El Paso

Sentencian a ‘El Chapo’ a prisión de por vida

Concluye en NY juicio contra líder del Cártel de Sinaloa

Alan Feuer
The New York Times

jueves, 18 julio 2019 | 06:00

Associated Press | Asegura que en EU no hay justicia

Nueva York— Fue uno de los forajidos más notorios de los últimos 100 años: un brutal líder del cártel mexicano, un traficante astuto que contrabandeaba drogas por más de 12 billones (miles de millones) de dólares y hundió a su país en una tragedia de largo alcance de derramamiento de sangre y corrupción.

Pero el miércoles por la mañana, la carrera criminal de 30 años de Joaquín Guzmán Loera, conocido en todo el mundo como El Chapo, alcanzó su capítulo final cuando un juez federal en la ciudad de Nueva York lo condenó a cadena perpetua.

La sentencia de por vida, estipulada por la ley como resultado de la severidad de los delitos de Guzmán, se dictó en el Tribunal Federal de Distrito en Brooklyn, donde el líder fue condenado el pasado invierno por cargos de drogas, asesinato y lavado de dinero después de un extenso juicio de tres meses.

Mientras algunos de los agentes federales que lo habían perseguido durante años observaban desde la galería, el juez Brian M. Cogan emitió la sentencia y Guzmán, de 62 años, fue escoltado para prepararse, en espera de una apelación, para pasar el resto de su vida tras la rejas.

Antes de desaparecer en una celda de detención detrás de la sala del tribunal, le lanzó un beso a su esposa, Emma Coronel Aispuro, quien asistió a la mayor parte de su juicio y fue implicada en un puñado de sus crímenes.

Aunque Cogan no tuvo más remedio que condenar a Guzmán a prisión perpetua, hizo notar que la "inmensa maldad" de los crímenes del señor de la droga era evidente. Más allá de la condena de por vida, además de 30 años adicionales, le ordenó pagar $12.6 billones (miles de millones) que le serán decomisados.

Guzmán, con un aspecto desaliñado y ligeramente indispuesto, entró bajo vigilancia en la sala de audiencias del octavo piso poco antes de las 9:30 a.m. Llevaba un traje gris holgado, con su corbata torcida y un bigote de nuevo crecimiento que oscurecía su labio superior.

Tras leer una declaración preparada, dijo que no había recibido un juicio justo y se quejó de su reclusión en la cárcel federal de Manhattan, calificándolo de "tortura psicológica, emocional y mental las 24 horas del día".

“Dado que el Gobierno de los Estados Unidos me enviará a una prisión donde nunca se volverá a escuchar mi nombre, aprovecho esta oportunidad para decir que aquí no hubo justicia”, dijo.

Aunque Cogan no especificó dónde Guzmán cumpliría su condena, es probable que lo envíen a la prisión federal más prohibida del país, la Instalación Máxima Administrativa Penitenciaria de los Estados Unidos, o ADX, en Florence, Colorado.

Las décadas de carrera de Guzmán sobre el Cártel de Sinaloa, una de las mafias criminales más poderosas de México, se cerraron solo después de años de investigación y persecución conjuntas por parte de las autoridades estadounidenses y mexicanas.

Su capacidad para evadir de forma persistente la captura, y luego escapar de la prisión después de que lo atraparan, subrayó la profunda corrupción del Gobierno mexicano por parte de su cártel, que utilizó el soborno y la intimidación para controlar no solo a la Policía local, estatal y federal, sino a algunos de los funcionarios de más alto rango en el Gobierno nacional.

“Se hizo justicia no solo para el Gobierno mexicano, sino para todas las víctimas de Guzmán en México”, dijo Raymond P. Donovan, el agente a cargo de la oficina de Nueva York de la Administración de Control de Drogas (DEA), quien fue fundamental para capturar al narcotraficante.

Después de la sentencia, uno de los abogados de Guzmán, Jeffrey Lichtman, habló fuera del juzgado y se quejó, como había hecho su cliente, de que el largo proceso legal había sido injusto.

“Todo lo que quería era justicia y al final del día, no lo consiguió”, dijo Lichtman, y agregó que “el juicio estuvo amañado y así lo ha sido desde el día 1”.

Momentos después, Richard P. Donoghue, el fiscal federal en Brooklyn, cuya oficina procesó el caso con colegas de Miami y Washington, también se dirigió a los periodistas.

Donoghue dijo que las autoridades no podían deshacer el sufrimiento que Guzmán había causado, “pero podemos asegurarnos de que pasa cada minuto de cada día de su vida en prisión”.

El juicio se llevó a cabo bajo un intenso escrutinio de los medios y una estricta seguridad que involucró a perros detectores de bombas, francotiradores de la Policía y oficiales federales con sensores de radiación. El veredicto del 12 de febrero se produjo después de más de una semana de deliberaciones del jurado. En última instancia, Guzmán fue declarado culpable en los 10 cargos de la acusación.

Los fiscales presentaron algunos de los cargos más graves posibles contra él, presentando evidencia de que envió cientos de toneladas de drogas a los Estados Unidos desde México y causó la muerte de docenas de personas para protegerse a sí mismo y sus rutas de contrabando.

El caso reveló con gran detalle el funcionamiento interno del cártel de la droga en Sinaloa, como la forma en que contrató a consultores de tecnología de la información y cómo empacó su cocaína en “condones” de goma.

Pero dada la fama y notoriedad del acusado, el juicio también fue un bullicioso circo legal, incluyendo una horda de reporteros internacionales, un constante flujo de curiosos “narcoturistas” en la corte y una aparición del actor que interpreta al narcotraficante en una serie de Netflix. 

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