El Paso

Se plantan frente a Irán …bueno, un poco más lejos

La Marina ha cumplido la orden de su comandante en jefe de contrarrestar a Teherán en el Medio Oriente, pero de la manera menos provocadora posible

Helene Cooper / The New York Times

domingo, 25 agosto 2019 | 06:00

The New York Times | Enviar un portaviones a través del estrecho de Ormuz podría provocar precisamente el tipo de conflicto que quiere evitar el Pentágono The New York Times | Para llegar al golfo Pérsico, los aviones de combate vuelan sobre Omán y otros aliados del golfo, pero no sobre Irán The New York Times | El USS Abraham Lincoln se ubica a 600 millas náuticas de territorio iraní The New York Times | Este buque de guerra estadounidense es impulsado por energía nuclear The New York Times | 5 mil 600 hombres y mujeres se encuentran a bordo de este portaviones

A bordo del USS Abraham Lincoln, en el norte del mar Arábigo— Acá, disuadir a Irán significa evitar a Irán.

Los 5 mil 600 hombres y mujeres a bordo de este portaviones impulsado con energía nuclear no se aventuran cerca de las aguas iraníes, a pesar de la advertencia que lanzó el asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump de que el buque de guerra está en el Medio Oriente “con el propósito de enviar un mensaje claro e inconfundible” a Irán para que se mantenga alejado de los intereses de Estados Unidos en la región.

Más bien, el que se ha mantenido alejado de Irán ha sido el Abraham Lincoln. En los últimos cuatro meses, el navío no ha entrado al golfo Pérsico ni al estrecho de Ormuz, los pasos cruciales de buques petroleros que se suponía que debía proteger.

“Reconocemos que las tensiones se han elevado, y no queremos entrar en guerra”, señaló el capitán William Reed, un piloto de combate que comanda la fuerza aérea del navío. “No queremos escalar la situación con Irán”.

En resumen, la Marina ha cumplido la orden de su comandante en jefe de contrarrestar a Irán en el Medio Oriente, pero de la manera menos provocadora posible. Solo que el lugar donde debe posicionarse el Lincoln –uno de los once portaviones impulsados con energía nuclear del país– es una decisión a cargo de la Quinta Flota de la Marina, que tiene su cuartel general en Bahréin. El temor es que enviar un portaviones a través del estrecho de Ormuz, justo cuando Trump ha intensificado las diferencias con Teherán, podría provocar precisamente el tipo de conflicto que quiere evitar el Pentágono.

“Siempre que un portaviones se acerca a la costa, en especial a aguas confinadas, aumenta de manera significativa el peligro para el barco”, mencionó James Stavridis, un almirante retirado que fue comandante supremo aliado de la OTAN. “Se vuelve vulnerable a los submarinos impulsados con diésel, los misiles teledirigidos lanzados desde la costa y las tácticas enjambre de pequeños botes armados con misiles”, todo lo anterior parte del arsenal y de las maniobras tácticas de Irán.

Por lo tanto, el Lincoln permanece al norte del mar Arábigo y a veces a más de 600 millas náuticas del estrecho de Ormuz. A menudo, el Lincoln está en la costa de Omán, no lejos de Mascate. Los hombres que pueblan las playas del sur de Irán no tienen que preocuparse de ver el Lincoln en el horizonte.

Un sábado reciente, al norte del mar Arábigo, con sus enormes olas y su resaca violenta, los pilotos de combate lucharon contra ráfagas de viento para atrapar el cable de parada cuando aterrizaron en el portaviones que cabeceaba. A diferencia del golfo Pérsico y sus aguas mucho más tranquilas, en esta época del año, en el norte del mar Arábigo el entorno es feroz. El barco se ha enfrentado con una serie de monzones.

Los oficiales de la Marina aseguran que todo lo que pueden hacer en el estrecho de Ormuz o el golfo Pérsico lo puedan hacer desde el norte del mar Arábigo.

“Desde aquí, podemos llegar a Irán con facilidad”, comentó el contralmirante Michael E. Boyle, comandante del grupo de ataque del portaviones, en una entrevista realizada sobre el puente de mando del Lincoln. Cinco niveles debajo, se estaban catapultando aviones F/A-18 de la cubierta de despegue con dirección a Irán, pero estos se asegurarían de permanecer alejados de la frontera de 19 kilómetros que rodea el espacio aéreo iraní, afirmaron los oficiales de la Marina. Para llegar al golfo Pérsico, los aviones de combate vuelan sobre Omán y otros aliados del golfo, pero no sobre Irán.

Boyle señaló que los aviones pueden atacar a Irán con la misma facilidad desde el norte del mar Arábigo que desde el golfo Pérsico, pero destacó una diferencia crucial: “Pueden llegar hasta nosotros cuando estamos allá. Cuando estamos aquí, no pueden”.

Trump ordena ataque

Aun así, ha habido momentos de tensión. La noche que Trump ordenó un ataque en contra de Irán por el derribo de un dron estadounidense manejado a control remoto –aunque luego lo suspendió de una manera abrupta–, los pilotos, los marineros y los infantes de marina a bordo del Abraham Lincoln se alistaron para entrar en acción.

“Estuve en el turno de esa noche”, mencionó Reed, el piloto de combate. “Te preparas para la ofensiva, pero también debes estar listo para jugar a la defensiva”. Reed lo comparó con estar en “la mira del tigre”.

El barco estaba preparado para lanzar ataques a blancos iraníes en tierra. Oficiales y marineros enrolados habían ensayado y practicado una infinidad de veces, pero de pronto era una situación real.

“Se podía sentir el estrés en los marineros más jóvenes”, comentó Reed.

En el centro de comando del portaviones, Boyle y los oficiales del barco también estuvieron a la espera.

“Todos los sistemas estaban encendidos; todas las luces estaban en verde; estábamos esperando la orden”, recordó Boyle. “Y la orden no llegó”.

El presidente había cambiado de parecer. Era temprano por la mañana al norte del mar Arábigo cuando el Lincoln recibió la llamada del cuartel general en Bahréin para que suspendiera el ataque.

“¿Un alivio? Vaya que sí”, confesó Boyle. “Cualquiera que haya sido el motivo de que no tuviéramos que presionar el botón, nos alegra”.

FRASES

“Reconocemos que las tensiones se han elevado, y no queremos entrar en guerra”

William Reed, 

capitán

“Siempre que un portaviones se acerca a la costa aumenta de manera significativa el peligro para el barco”

James Stavridis, 

almirante retirado que fue comandante supremo aliado de la OTAN

“Todos los sistemas estaban encendidos; estábamos esperando la orden y no llegó”

Michael E. Boyle, 

contralmirante y comandante del grupo de ataque sobre la orden de Trump tras derribo de dron estadounidense

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