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El Paso

Se desploma recaudación de impuesto sobre ventas

13.2 por ciento la caída más grande en una década

Cassandra Pollock / The Texas Tribune

martes, 02 junio 2020 | 06:00

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Austin— Texas recaudó alrededor de 2.6 mil millones de dólares en ingresos por impuestos estatales sobre las ventas en mayo, lo que representa la mayor disminución año tras año en más de una década, anunció el lunes el Contralor del Estado, Glenn Hegar.

El monto es 13.2 por ciento menor que los aproximadamente $3 mil millones que el estado recaudó en el mismo mes del año pasado.

La mayoría de los ingresos recaudados el mes pasado provenían de compras realizadas en abril y reflejan el primer vistazo de un mes completo a nivel estatal sobre cómo el nuevo coronavirus impactó a las empresas. Entonces los texanos vivían bajo una orden estatal de quedarse en casa y el gobernador Greg Abbott, al igual que líderes de todo el mundo, ordenó a las empresas de varios sectores que se cerraran para combatir la propagación del virus.

“Las disminuciones significativas en los ingresos por impuestos a las ventas fueron evidentes en todos los principales sectores económicos, con la excepción de los servicios de telecomunicaciones”, dijo Hegar en un comunicado de prensa. 

“La mayor disminución se produjo en las recaudaciones por la extracción de petróleo y gas, ya que las compañías de energía redujeron los gastos de perforación y terminación de pozos tras la caída de los precios del petróleo”.

El anuncio del lunes es el más reciente recordatorio de la devastación económica que enfrenta el estado, y cómo la recuperación podría durar meses, incluso años, incluso cuando las empresas comiencen a reabrir sus operaciones, lo que alimenta los ingresos por impuestos a las ventas. A medida que las pautas de distanciamiento social continúan aflojándose, dijo Hegar, los sectores más afectados por la pandemia “deberían comenzar a recuperarse lentamente”, pero “las operaciones que se reanuden a una capacidad reducida darán como resultado reducciones continuas en el empleo, los ingresos y la actividad sujetos al impuesto sobre las ventas durante meses por venir”.

Los números del lunes también reflejan el retraso en los datos a medida que los ingresos se recopilan y posteriormente son dados a conocer por el estado. El mes pasado, por ejemplo, Hegar anunció que las recaudaciones de los impuestos sobre las ventas para las compras en marzo cayeron aproximadamente un 9 por ciento, que en ese momento era la mayor disminución desde enero de 2010.

Otras importantes recaudaciones de impuestos también disminuyeron en mayo, dijo Hegar el lunes. Los impuestos sobre el combustible para motores, por ejemplo, disminuyeron un 30 por ciento desde mayo de 2019, marcando la mayor caída desde 1989. Y el impuesto de ocupación hotelera bajó un 86 por ciento desde mayo de 2019, marcando la mayor caída registrada en los datos desde 1982.

Los líderes estatales ya están comenzando a compensar algunas de las pérdidas del estado, que seguramente estarán a la vanguardia de la próxima sesión legislativa regular en 2021.

Abbott, en conjunto con el vicegobernador Dan Patrick y el presidente saliente de la Cámara de Representantes de Texas, Dennis Bonnen, republicano de Angleton, instruyeron a ciertas agencias estatales e instituciones de educación superior el mes pasado para reducir sus presupuestos en un 5 por ciento. Varias agencias y programas quedaron exentos de la directiva, incluidos el Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas, la Comisión de la Fuerza Laboral de Texas y los fondos para los distritos escolares.

Las agencias y los programas excluidos de la directiva constituyen la mayoría de los fondos de ingresos generales del estado, según la Junta Legislativa del Presupuesto, aunque los tres funcionarios republicanos dejaron en claro que podrían ser necesarios recortes presupuestarios adicionales, a medida que el panorama fiscal se aclare más.

Las agencias sujetas a las reducciones del 5 por ciento tienen hasta el 15 de junio para presentar sus planes de recortes a la oficina del gobernador y la Junta de Presupuesto Legislativo.

Algunos republicanos han presionado por reducciones de presupuesto de dos dígitos, argumentando que las consecuencias económicas merecen tal acción. Después del último anuncio de Hegar sobre los ingresos por impuestos a las ventas en mayo, el House Freedom Caucus ­­–grupo conservador de línea dura– emitió un comunicado pidiendo a las agencias estatales “que identifiquen de inmediato un mínimo del diez por ciento de los gastos no esenciales para eliminar”, alegando que es clara “la necesidad de aplicar una política estricta de responsabilidad fiscal en la próxima sesión legislativa”.

Hasta ahora, al menos una agencia estatal ha excedido la directiva del 5 por ciento, y el comisionado de Agricultura, Sid Miller, anunció la semana pasada que había ordenado al Departamento de Agricultura de Texas que redujera su presupuesto en un 10 por ciento.

“Este será un año difícil para las familias de Texas, y el gobierno estatal necesita apretarse el cinturón junto con todos los demás”, dijo Miller en un comunicado de prensa. “Si bien Texas podría estar reabriendo, sentiremos el impacto económico de esta pandemia durante mucho tiempo”.

No está claro cuánto de los recortes iniciales del 5 por ciento servirán para  compensar lo que se espera que sea un déficit masivo. La representante estatal Donna Howard, una demócrata de Austin que pertenece al Comité de Asignaciones de la Cámara, el cual se encarga de redactar el presupuesto, dijo en un comunicado –después del anuncio de recorte presupuestario– que si bien reconoce las consecuencias económicas, es importante que la Legislatura revise todas las opciones disponibles para abordarlo “con cuidado y consideración intencional”.

“Se ordenó a las agencias estatales de Texas instituir reducciones de gastos similares en 2010 para abordar una brecha de ingresos de $27 mil millones y se alcanzaron ahorros de $1.2 mil millones por sus esfuerzos”, dijo Howard. “Las instrucciones en ese momento desaconsejaban reducciones generales no específicas y requerían realizar un análisis de los posibles impactos de las reducciones. Una guía más específica por parte del liderazgo actual, similar a las instrucciones de 2010, sería útil para realizar este ejercicio”. (Cassandra Pollock/The Texas Tribune)

 

 

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