El Paso

Muere padre Harold Rahm, ‘santo’ del Segundo Barrio

El jesuita comenzó su ministerio en el Sagrado Corazón en la década de 1950; falleció en Brasil a los cien años

Roberto Carrillo
El Diario de El Paso

domingo, 01 diciembre 2019 | 06:00

Archivo | El padre Harold Rahm, S.J. Archivo | Un mural lo inmortalizó en el Segundo Barrio Archivo | Lo llamaban el padre de la bicicleta

A sus cien años de edad el padre Harold Joseph Rahm falleció en Campinas, Brasil, pero gracias a su labor sacerdotal en El Paso sigue viviendo en el corazón de los fronterizos que lo reconocen como “El Santo del Barrio”.

“Descanse en paz, padre Rahm, sacerdote jesuita. Gracias por su amor y servicio a los marginados, usted hizo una gran diferencia”, dijo conmovido el padre Ronald González, quien fuera párroco de la iglesia del Sagrado Corazón en el 2015, cuando el padre Rahm fue reconocido como Persona del Año del Segundo Barrio de esta ciudad.

El padre Rahm nació el 22 de febrero de 1919 en Tyler, Texas, pero fue en el año de 1952 cuando el joven jesuita inició su ministerio en uno de los barrios más humildes y representativos de El Paso.

“El Padre de la Bicicleta” causaba emoción y se ganaba el aprecio de los feligreses que lo veían desplazarse por las calles del Segundo Barrio en este medio de transporte, hecho que le hizo ganar la confianza de los niños y los jóvenes, que eran una de sus principales preocupaciones durante su sacerdocio.

La vocación sacerdotal del padre Rahm lo hizo ganarse el cariño de la feligresía de la parroquia del Sagrado Corazón, donde sirvió por 12 años antes de partir a Brasil.

“El padre Harold Joseph Rahm fue un sacerdote católico y jesuita que llegó a ser bien conocido por su trabajo con las pandillas y los jóvenes del Centro de El Paso, Texas”, hizo eco la Diócesis Católica de El Paso a un comunicado de la Compañía de Jesús.

Sin embargo, el arraigo del “Santo del Barrio” fue tal que los paseños nunca olvidaron al Padre de la Bicicleta, que así se desplazaba para ir en ayuda de quien lo necesitara.

En su primer año en el Sagrado Corazón creó el Centro Juvenil de Nuestra Señora, que está enfocado en jóvenes de bajos recursos.

Esta misión pastoral lo seguiría incluso en Campinas, región norte del estado de Sao Paolo en Brasil, donde el padre Rahm realizó esfuerzos para mantener a los jóvenes alejados de las adicciones por medio de programas de tratamiento y prevención.

“El Paso, para mí, es el lugar más maravilloso del mundo”, dijo el padre Rahm el recibir el premio que le fue otorgado por la comunidad en el 2015 como la Persona del Año del Segundo Barrio.

 “No hay personas como ustedes, en ningún lugar de esta Tierra”, dijo el sacerdote al referirse a la congregación que siempre le mostró su cariño.

“Dios lo ha recibido en casa. Él es un ícono y se le llama santo viviente. Él está en nuestros corazones, y debemos continuar su misión de amor. Su luz siempre brillará en El Paso”, coincidió la Diócesis de El Paso junto al comunicado de la Orden Jesuita.

Una vida de servicio

Harold Rahm nació en Tyler, Texas el 22 de febrero de 1919, y durante la escuela secundaria planeó convertirse en un médico como su padre. Pero se sintió atraído por el sacerdocio e intentó el seminario diocesano. 

No contento allí, leyó sobre las hazañas de los jesuitas Pere Marquette e Isaac Jogues, y decidió convertirse en jesuita. Ingresó en el noviciado jesuita en 1937 y fue ordenado sacerdote en 1950. 

Poco después de la ordenación, en 1952, fue nombrado pastor asistente en la gran parroquia de habla hispana del Sagrado Corazón en El Paso, que abarca el distrito de Chihuahuita y Segundo Barrio. El campanario de la iglesia es claramente visible desde el cruce fronterizo con Juárez, México, a solo dos cuadras de distancia. 

Junto con él en el Sagrado Corazón había cuatro sacerdotes ancianos para cubrir confesiones y funerales y otro joven sacerdote que sirvió como pastor y cubrió los deberes de la rectoría. La tarea de Rahm era estar en el vecindario densamente poblado donde las segundas casas estaban en patios traseros y callejones se habían convertido en calles. 

Este barrio era uno de los más pobres del país.

El papa Juan XXIII había pedido a los jesuitas en los Estados Unidos que enviaran más hombres a América Latina. El superior jesuita de Rahm, sabiendo que sus proyectos en El Paso tenían ayudantes capaces, le pidió que fuera a Brasil y le permitió elegir a su sucesor. Rahm persuadió al jesuita Richard Thomas, un ex alumno suyo en Tampa, para seguirlo en Sacred Heart.

A pesar de dejar El Paso en 1964, el padre Rahm estuvo siempre ligado a esta ciudad, a la que regresaba frecuentemente y donde una calle lleva su nombre. 

rcarrillo@diariousa.com

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