Frena muro supervivencia del lobo mexicano en EU

Silver City— En la primera muestra documentada de cómo el muro fronterizo entre Estados Unidos y México separa a dos poblaciones de lobos en peligro de extinción, un lobo gris mexicano –probablemente en busca de un nuevo hogar y compañera– no pudo cruzar hacia el sur la frontera en Nuevo México el mes pasado. 

Un rastreador satelital (GPS) en el cuello del lobo transmitió periódicamente sus ubicaciones al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EU, institución que la semana pasada los compartió con el Centro de Diversidad Biológica.

El lobo nació en el zoológico del condado de Sedgwick en Kansas y fue bautizado como ‘Mr. Goodbar’, antes de su liberación en 2020 en la zona desértica de Arizona. El espécimen recorrió –entre el 23 y el 27 de noviembre– 23 millas de la frontera aledaña a la valla, en las que el muro evita que la fauna salvaje cruce hacia México.

“El Día de Acción de Gracias de Mr. Goodbar fue triste, ya que se le frustró el tener un romance con una hembra con la cual cazarían juntos ciervos y liebre”, dijo Michael Robinson, un defensor de la conservación senior en el centro ecológico. “Pero más allá de las frustraciones de un animal, la pared separa lobos en el suroeste de los de México y exacerban la endogamia en ambas poblaciones”.

El 28 de noviembre, Mr. Goodbar se dirigió al noroeste, lejos de la frontera. Recientemente se ubicó más al norte, en el bosque nacional de Gila, donde vive la mayoría de los lobos mexicanos.

La administración de Trump construyó vallas incluso en puntos remotos de Nuevo México, donde cruzan las personas. Los conservacionistas han pedido que estos muros se eliminen y hayan identificado los espacios prioritarios que se debe reabrir en la frontera, incluyendo aquellos donde se impidió el paso a Mr. Goodbar.

Las vallas de bolardos obstruyen los movimientos naturales de la vida silvestre. Además de los lobos mexicanos, existen docenas de especies de vida silvestre raras que también necesitan cruzar las fronteras, incluidos los zorros y los mapaches de cola anillada.

A principios de 2017, en eventos separados, dos lobos procedentes de México ingresaron a los Estados Unidos. Uno cruzó por el punto donde Mr. Goodbar después no pudo, luego regresó a México. Dos meses después, otro lobo, una hembra, cruzó a Arizona y autoridades la capturaron para aplacar a la industria ganadera. Ella todavía está en cautiverio y es la madre de Mr. Goodbar.

“El presidente Biden debería derribar la pared”, agregó Robinson. “Permitir que los lobos grises mexicanos vayan libremente por el sublime desierto denominado de Chihuahua y sus exuberantes montañas que parecen islas en el cielo. No podemos permitir que este monumento a la estupidez estrangule lentamente un vasto ecosistema”, señaló el ecologista.

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Antecedentes

Desde principios hasta mediados del siglo XX, el Gobierno de Estados Unidos exterminó en el oeste a los lobos en nombre de la industria ganadera y se comenzó también a envenenar a los lobos en México. Salvados en 1973 tras la aprobación de la Ley de Especies en Peligro de Extinción, un total de siete lobos grises mexicanos capturados salvajes se criaron con éxito en cautiverio y sus descendientes fueron reintroducidos a los Estados Unidos en 1998 y a México en 2011.

Más de 200 lobos mexicanos viven en los Estados Unidos hoy y alrededor de 40 en México. Pero la diversidad genética en la población de Estados Unidos ha disminuido. Ambos grupos requieren conectividad genética para la supervivencia a largo plazo.