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El Paso

Endurece Abbott bordo con púas y militares

Elementos de la Guardia Nacional de Texas bloquean el punto principal de cruce de migrantes en el río Bravo

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

miércoles, 21 diciembre 2022 | 12:00

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Con alambre de púas, armas largas y unidades militares, elementos de la Guardia Nacional de Texas bloquearon ayer el punto principal de cruces irregulares en el Sector El Paso, y exhortaron a los migrantes a acudir a los puentes internacionales.

“De verdad no es justo, ¿tantos militares para qué?, es como si van pa’ una guerra, un muro de contención. ¿No tiene corazón para los niños, señor presidente? Por favor, no somos animales, somos igual que usted”, dijo el venezolano Reynaldo José Calle refiriéndose al presidente Joe Biden, mientras los militares resguardaban aproximadamente 800 metros de la frontera con Ciudad Juárez.

Cientos de migrantes de países como Venezuela, Nicaragua, Perú, Colombia, Cuba y Ecuador se quedaron varados en ambos lados del río Bravo, llamado río Grande en Estados Unidos. Los soldados de la Guardia Nacional repetían con un altavoz que no cruzaran porque es ilegal. 

“Es ilegal cruzar por aquí, por favor diríjase al puente internacional, por su seguridad, por favor, diríjase al puente internacional”, advirtieron a un grupo de cuatro migrantes adultos, dos hombres y dos mujeres, mientras cruzaban el cauce que divide a México de Estados Unidos.

Pese a las advertencias, una de las mujeres continuó caminando sobre el río con las manos levantadas, y al llegar al bordo estadounidense uno de los migrantes levantó la cerca de púas para ingresar frente a los elementos militares, quienes le advertían que no ingresara.

Tras el ingreso de cada uno de los migrantes, agentes de la Patrulla Fronteriza los esposaron y detuvieron, frente a la mirada de decenas de venezolanos que esperan en Ciudad Juárez el fin de la orden de salud pública llamada Título 42.

Después, decenas de migrantes más se acercaron hasta los elementos de la Guardia Nacional, quienes también les advirtieron que el bordo del río Grande “no es un punto de entrada” y no los iban a dejar pasar, por lo que durante la tarde continuaron sumándose junto al muro fronterizo grupos de personas.

Entre ellos destacaba una familia compuesta por una pareja y un niño pequeño, con una mochila verde de cocodrilo y un muñeco de peluche amarillo en las manos, quien se colocaba en cuclillas junto a sus padres mientras éstos suplicaban a los estadounidenses que los dejaran entregarse con los agentes de la Patrulla Fronteriza para poder solicitar asilo político ante el Gobierno de Biden.

Envuelto en una bandera de Venezuela, Alejandro Rojas, de 26 años, lamentó también la militarización de la frontera y dijo esperar que las autoridades de Estados Unidos terminen con el Título 42 y les dé una oportunidad de ir a trabajar.

“A Juárez llegué anoche (el lunes), somos un grupo de siete compañeros. Tengo tres meses que salí de Venezuela; la bandera la traigo desde Venezuela. Cuando yo llegué anoche había como 500 personas más o menos que se estaban entregando, de ahí nos fuimos a dormir aquí en la calle porque no teníamos en dónde quedarnos, pero esta mañana cuando me desperté como a las 4:00 de la mañana ya vi que estaban los militares poniendo todo eso”, relató.

Después de cruzar la selva del Tapón del Darién entre Colombia y Panamá, y de haber viajado cinco días en el tren para llegar a Juárez, los sudamericanos padecieron la temperatura de 0 grados centígrados (32 Fahrenheit) que se sintió la madrugada de ayer, pero lo más difícil fue ver cómo les cerraban la frontera.

Sin embargo, Alejandro mantiene la esperanza de que el presidente Biden termine con el Título 42, el cual fue instaurado el 21 de marzo de 2020 por el expresidente Donald Trump con el argumento de que los migrantes representan un “grave riesgo” para la propagación del Covid-19 entre los estadounidenses.

“Que nos abra la puerta, que abra la puerta a la gente que realmente vamos a trabajar, a salir adelante. Yo quiero entrar legal, pedirle asilo a ellos, buscar un trabajo y estar estable allá”, dijo Alejandro, quien en su país se dedicaba a la venta de autopartes.

José Calle también clamó al gobernador de Texas, Greg Abbott, que no necesita tener militares en la frontera porque los migrantes no son gente mala.

“Aquí no somos gente mala, ¿qué están haciendo ahí, o es que piensan matar personas? Yo cuando llegué acá y vi eso pues… eso se lo dejamos a Diosito, él puede derrumbar fronteras. Nosotros estamos durmiendo en un albergue, pero uno arriba de otro, hay muchas personas”, comentó.

Una mujer quien dijo ser originaria de La Habana, Cuba, también lamentó la medida, debido a que su nacionalidad no aplica para la expulsión a través del Título 42.

“Se me descargó el teléfono, no tengo dinero, no tengo nada”, dijo angustiada la isleña mientras recorría el bordo mexicano en el que los agentes de la Policía Municipal se mantuvieron retirando a los migrantes que se acercaban a ver hacia Estados Unidos.

Migrantes nicaragüenses también cuestionaban por dónde podían cruzar la frontera, debido a que eran mandados al puente internacional pero los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de los Estados Unidos los devolvían, pese a que la Patrulla Fronteriza ha recibido a la mayoría de sus compatriotas en el Sector El Paso.

“Nuestras operaciones en la Patrulla Fronteriza en el Sector El Paso continúan de manera normal”, aseguró su oficina de Comunicaciones Estratégicas ayer a El Diario, pese a la militarización ordenada por el gobernador de Texas por el punto de mayor cruce irregular de personas en el sector.

Los dejaron pasar por la noche

Por la noche, finalmente las autoridades estadounidenses dieron acceso al grupo de migrantes que comenzaban a acampar en el río del lado americano.

Un integrante de la Guardia Nacional con un megáfono dio instituciones de que serían recibidos por una puerta al oriente de donde se encontraban.

De manera inmediata, los migrantes se levantaron y caminaron hacia la entrada que les indicaron, quedando el lugar solo en pocos minutos. Instantes después llegó un convoy de aproximadamente unas 20 vans para trasladar a los migrantes.

La vigilancia y el cerco que se montó desde la mañana se mantuvo en el lugar.

Hasta el fin de semana, el promedio diario de cruces irregulares en el Sector El Paso fue de 2 mil 150 personas durante diciembre, la mayoría de ellas por el punto en donde se instalaron los militares.

A través de un comunicado de prensa, el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos advirtió a los migrantes que conforme lo exige la orden administrativa de suspensión dispuesta por la Corte Suprema, la orden sobre salud pública en virtud del Título 42 seguirá vigente en este momento y las personas que intenten ingresar en Estados Unidos ilegalmente seguirán siendo expulsadas a México.

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