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El Paso

Despiden a estudiante muerto en accidente en Río Bosque

Tenía apenas 15 años de edad; lo llora su familia

Jaime Torres/El Diario de El Paso

domingo, 28 noviembre 2021 | 06:00

| Yahir, con su perro Bolt, amigos inseparables durante 13 años Jaime Torres/El Diario de El Paso | Familia y amigos rodearon el féretro; momentos emotivos en el cementerio

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Invadidos por un profundo dolor familiares y amigos despidieron al joven Yahir Yamil Amaya Gojara, de 15 años de edad, quien perdiera la vida en un accidente vial la mañana del pasado 17 de noviembre en un camino de terracería, ubicado en un área denominada Río Bosque, en los linderos del Valle Bajo.

El destacado estudiante de Mission Early College fue sepultado en el cementerio Monte Carmelo, en donde sus seres queridos rindieron un homenaje para celebrar lo que fue su corta vida en este mundo.

Entre el dolor y gratos recuerdos de su existencia los deudos le dieron el último adiós con las pautas de las notas musicales y alabanzas entonadas por Ana Minjarez, amiga de la familia, quien amenizó la ceremonia luctuosa al tiempo que elevaban sus plegarias por su eterno descanso.

A un lado del féretro su madre Ericka, acompañada de su hija Yacaranday, devastada y entre lamentos dijo que su hijo es y seguirá siendo: “El amor de mi vida, la luz de mis ojos, la alegría de la casa... mi razón de vivir”, y aunque desolada alabó que su retoño estuviera ya con Dios.

De pie y flanqueando el ataúd, café caoba, donde yacían los restos del joven, la familia permaneció incansable e incrédula por el pasaje que estaban viviendo. “Era tan sólo un niño lleno de vida y con muchas ganas de seguir viviendo”, dijo uno de los concurrentes.

Previo a la sepultura, los dolientes se acercaban al ataúd para tocarlo y depositar una rosa roja junto al ramo central. Otros recostaban su pecho para estar más cerca y con voz entrecortada le expresaban lo mucho que lo querían, como su segundo padre Roberto, quien con un beso al féretro le dio el último adiós.

“Señor, me has mirado a los ojos sonriendo, has dicho mi nombre... en la arena, he dejado mi barca, junto a ti, buscaré otro mar...”, fue uno de los cánticos entonados por la gente que despidió al menor en su viaje sin retorno.   

“Era un gran niño, un modelo de niño... excelente en su escuela. Todos lo recordamos y recordaremos con mucho cariño y siempre vivirá en nuestros corazones”, dijo conmovida la afligida madre.

No obstante, externó que “el vacío que nos deja con nada se va a llenar, pero sabemos que él tenía un destino qué seguir y ese día se llegó. Dios me lo prestó, es misericordioso y yo aprendí mucho de él”, manifestó antes de abordar la limusina de la mortuoria Sunset Funeral Homes, quien brindó los servicios fúnebres.

“Era un jovencito de tan sólo 15 años, tan amado por su madre Ericka, mi gran amiga, amado por su hermana Yacaranday, su abuelita Martha, sus tíos  y toda la familia. Al igual que por muchos de nosotros que aunque no llevamos la misma sangre, nos ganó a todos con su amor y simpatía”, dijo trastornada Ana, quien al igual que su esposo Oscar le tenía un gran cariño.

Y es que para todos era un jovencito único en su forma de ser, muy aventurero, disfrutaba la vida al máximo en todo lo que hacía, siempre súper inteligente y dedicado en sus estudios, comentó tras recordar que en varias ocasiones la llegó a llamar tía.

Para su prima Aylen su partida también le dejó un gran vacío, “Yahir era la alegría de la casa, le gustaba competir mucho entre los primos, siempre nos decía que era el mejor y que era un ganador”, expresó mientras fijaba su mirada al cielo y recordaba sus actividades favoritas: jugar futbol y videojuegos.

“No tuve un hermano, sólo a mi hermana Arely, pero siempre lo consideré como un hermanito. Me duele mucho su ausencia. Me quedo con las buenas memorias, me quedo con nuestras hamburguesas prohibidas, con la soda prohibida, las pizas, desvelos, con esos recuerdos me quedo”, dijo sollozante.

Su tía María, al igual que su hija Aylen, lamentó el deceso y recordó que el pequeño Yahir perdió a su padre Oscar cuando tenía dos meses de nacido. “Ahorita está de fiesta su padre recibiendo a su hijo”, describió.

Relató que hace dos semanas su ‘bebé’, como ella lo llamaba, se despertó muy contento diciendo a su madre que había tenido un sueño: mamá ¿qué crees?... por fin pude conocer la voz de mi papá, él estaba sentado en la sala y yo me estaba yendo a la escuela y me dijo: ¿cómo estás m’ijo? ¿cómo amaneciste? lo que lo llenó de felicidad.

Y siguió: una semana después sucede esto. Qué bendición podemos sentir de saber que tal vez su padre decidió que era el momento de llevárselo, dijo sorprendida al describir a Yahir como un joven muy aventurero, de ideas locas, propias de un chico de su edad y deseoso por vivir.

Ese día, mientras su madre se alistaba para llevarlo a la escuela e irse a trabajar, “este chamaco travieso dijo: tengo unos 30 o 40 minutos para manejar el Jeep literalmente atrás de la casa, ni siquiera a una milla de distancia donde él encontró su destino”, manifestó su tía, luego de agradecer al Creador por haberlo tenido con ellos 15 años de su vida.

De acuerdo al parte policial, el menor conducía un Jeep Wrangler, 2006, por un camino contiguo al Canal Franklin cuando repentinamente perdió el control y se produjo la volcadura. El joven murió en el lugar como resultado de las heridas mortales que sufrió.

Lo que me consuela es que se fue feliz porque hizo algo que él estaba practicando, algo que a él le gustaba hacer... cosas peligrosas, dijo, al resaltar que así son nuestros jóvenes, al hacérseles fácil las decisiones que toman como este deporte extremo que le arrebató su vida y truncó sus sueños de convertirse en un médico anestesiólogo. 

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