El Paso
miércoles, 11 diciembre 2019 | 06:00
Miles de fieles católicos adoraron y cantaron las mañanitas a la Virgen de Guadalupe en las diversas parroquias de la ciudad al conmemorarse un aniversario más de su aparición en el Cerro del Tepeyac, ubicado al sur de la Ciudad de México, ante el indio Juan Diego en el año 1531.
Como es tradición las diferentes agrupaciones religiosas organizan diversas actividades este 12 de diciembre para revivir el pasaje milagroso que hoy en día mantiene no solo al pueblo mexicano unido en su fe, sino en muchos otros países latinoamericanos y otras partes del mundo, como en Estados Unidos.
“Si decimos ser mexicanos hay que respetar y honrar a la madre de Jesús, ella quiso ser mexicana, nuestra morenita María de Guadalupe, reina de México y emperatriz de América”, dijo Dolores García, devota de la patrona de México, tras asegurar que “todos somos sus hijos”.
Así como ella, cientos de feligreses acudieron al templo de San Marcos, ubicado en el este de la ciudad, para cantarle, acompañando al mariachi y al coro de la capilla, y llevarle ofrendas ante el altar.
Antes de la festividad los organizadores montaron una serie de eventos alusivos a la conmemoración desde el pasado 29 de noviembre y hasta el 6 de diciembre con ceremonias de oración Novena en el Santuario.
El 7 de diciembre la algarabía se sintió con la presentación del Desfile Guadalupano, en el que participaron contingentes de las diversas parroquias de la Diócesis de El Paso.
Integrantes de los distintos ministerios presentaron sus carros alegóricos, en los que mostraron temas alusivos, al tiempo que mariachis, danzantes y charros ofrecieron sus cantos, danzas y galopes a la Virgen Morena durante la ruta que inició y concluyó en la parroquia, tras marchar varios kilómetros a la redonda.
Cada 11 de diciembre a la media noche o al amanecer miles de devotos se congregan para manifestarle el amor y agradecimiento por los favores y milagros concedidos.
“¡Felicidades! Madrecita del cielo, nuestra Iglesia Católica, y todos los fieles nos sentimos bendecidos por Dios, porque tenemos una madre que vela por sus hijos, no somos huérfanos, sino somos una familia completa”, dijo María Cáceres.
Ante los pies de la Virgen, los católicos encabezados por su líder religioso, el padre Arturo Bañuelas, oraron e hicieron peticiones para tener familias unidas, una comunidad unida y ciudadanos de bien.
Al mismo tiempo y como hijos de Dios ofrecieron sus oraciones y compasión por las víctimas del pasado 3 de agosto así como por los sobrevivientes y sus familias en desgracia.
El miércoles los festejos a la Madre de todos los católicos iniciaron con un musical ‘en vivo’ de la historia de la Guadalupana, seguido por el Son de María en el Santuario con la participación del mariachi, matachines y grupos folklóricos.
Durante toda la noche los tambores resonaron durante la vigilia en la que los danzantes ofrecieron durante toda la noche en tanto daba inicio la misa solemne y serenata popular en honor a la Virgen de Guadalupe, a la que acudieron cientos de familias de la comunidad.
Al término de las actividades religiosas y la misa los feligreses recibieron un desayuno en el que hubo menudo, pan dulce y café en el salón parroquial.
Este día se oficiará otra misa solemne a las 6:30 PM, en la cual las intenciones se ofrecerá a las personas cuyos nombres están inscritos en las columnas del Santuario, en la plaza frente al Santuario en la que también los integrantes del comité guadalupano ofrecerá comida y un programa musical con matachines y grupos folklóricos.
Además de las celebraciones en la iglesia también este día en los hogares se celebran rosarios y danzas para honrar a la Virgen Morena, en las cuales se ofrece una comida típica para la festividad, llamada “reliquia”, la cual se les ofrece a los vecinos, familiares, danzantes.
Según la tradición el 9 de diciembre de 1531, ocurrió la primera de 4 apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, cuando caminaba por una de las veredas del Cerro del Tepeyac.
El indígena chichimeca, de 53 años de edad, oyó un canto singular y al detenerse para escucharlo y mirar hacia arriba vio un sol resplandeciente y en medio a una señora en actitud de oración.
Al saludarla, ella le dijo que era su deseo que labrase un templo en ese llano y le encomendó que le comunicara al señor obispo; sin embargo, este no le creyó.
Tras tres apariciones más y concederle el milagro de vida a su tío enfermo la Virgen pidió al indígena llevarle rosas al obispo como prueba de su existencia tal y como le había solicitado la señal comprobatoria de la voluntad de la Virgen.
Al soltar el ayate apareció pintada la imagen de la Virgen de Guadalupe y poco tiempo después inició la construcción del primer templo dedicado a la Madre de Dios, en el barrio conocido como La Villa.
En el año 1990 Juan Diego fue beatificado por el papa Juan Pablo Segundo en el Vaticano y en 2002 elevado a santo por la Iglesia Católica.