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El Paso

Deja Pete Duarte legado de mejor salud pública

Rendirán homenaje al activista mexicoamericano, fundador de La Fe y directivo del Thomason

Jaime Torres/El Diario de El Paso

miércoles, 15 marzo 2023 | 06:00

Cortesía | Falleció a los 85 años

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Para honrar la memoria de Pete T. Duarte, quien fuera un hombre dedicado a su familia y líder comunitario, activista, atleta y mentor, este próximo 25 de marzo se llevará  cabo una celebración de vida en el Centro de Servicios Administrativos de El Paso Community College, del Edificio B, ubicado en 9050 Viscount Blvd.

Duarte, quien murió el pasado 4 de febrero, a la edad de 84 años de edad, es recordado por su familia, amigos y comunidad en general como una persona amorosa y generosa por haber sido un extraordinario ser humano y las múltiples aportaciones a la población, en especial a los más vulnerables.

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Uno de los impulsores en el desarrollo y crecimiento del Hospital General Thomason, ahora llamado Centro Médico Universitario, a principios de los noventa, Pete se convirtió en director ejecutivo del nosocomio, aunque prefería el título de ‘Sirviente Principal’ del centro hospitalario, según asienta su obituario. 

Durante su mandato de 14 años el Thomason fue nombrado dos veces entre los 100 mejores hospitales de Estados Unidos.

“Mis modelos a seguir y mis héroes eran todos sirvientes: Martin Luther King, Gandhi, la Madre Teresa, Nelson Mandela, nuestra primera juez del Condado de El Paso de raíces chicanas Alicia Chacón, mis padres y César Chávez. Todos ellos fueron visionarios y todos actuaron con esperanza, un valor que nos guía a todos en nuestra búsqueda de una mejor comprensión de las fuerzas que moldean y determinan nuestras vidas”, apuntó.

Durante décadas la comunidad de El Paso honró a Pete por sus muchas contribuciones con varios premios a lo largo de los años, entre ellos el nombramiento de Pete Duarte Head Start y el premio Golden Nugget que UTEP otorga a los alumnos más destacados de la universidad.

“Mi esposo Pete y yo compartimos muchas cosas, especialmente nuestra devoción por la familia, las prácticas indígenas mesoamericanas, el espíritu aventurero, el amor por viajar y nuestra profunda creencia de que la comunidad de El Paso podría ser un lugar mejor para todos”, dijo entristecida pero orgullosa su esposa Irma. 

Expresó que su marido era un hombre espiritual que conectaba con la gente a un nivel profundo. “Trabajó para sacar lo mejor de las personas”, dijo quien durante años fue testigo de las muchas personas que se acercaron a él personalmente o enviándole correos electrónicos o mensajes de texto.

“Sé que este tipo de afinidad genuina es rara y no doy por sentado su significado. Echaré de menos a mi esposo, por supuesto, pero sé que su legado de activismo, respeto por los demás y pasión constante por la comunidad de El Paso vivirá”, destacó su amada tras recordar una de las enseñanzas favoritas de Pete, proveniente del concepto maya de In Lak' Ech, que se traduce como “Tú eres mi otro yo”. 

Duarte, quien siempre fue ‘Pete’ para todos, sin títulos ni propiedades, fue un ícono conocido aquí y más allá de la región de El Paso-Ciudad Juárez por su defensa y trabajo por la equidad en la atención médica y por cuestiones de justicia social.

“Él practicó la charla, trabajando incansable y desinteresadamente. Su liderazgo y pasión ayudaron a cerrar con éxito las brechas en el acceso a la atención médica”.

Último de los ocho hijos de los trabajadores agrícolas inmigrantes Eduardo Simón y María Jesús Duarte en Moorpark, California, Pete pasó los primeros 13 años de su vida en los campos, recogiendo cosechas desde principios de primavera hasta principios de otoño. “A menudo, el cielo y los cielos eran nuestro techo, otras veces dormíamos y vivíamos en graneros, o en chozas de trabajadores agrícolas e incluso en automóviles”, escribió.

Según el historial familiar, Pete fue uno de los tres graduados de la escuela secundaria en su familia, el primero en su familia extendida en graduarse de la universidad. Su apetito por el conocimiento era tan insaciable como su pasión por la justicia, señalan sus familiares. 

Pasó tres años en República Dominicana trabajando con jóvenes. Allí también conoció y se casó con su compañera del Cuerpo de Paz, Joy Hudson. Aquí en El Paso, Pete se convirtió en un organizador comunitario de atención médica para la Guerra contra la Pobreza y al poco tiempo formó su familia, los hijos Eduardo y Pedro, y las hijas Marean y Lilia.

Duarte, quien nació en Moorpark, una pequeña comunidad en California, llegó a El Paso en el otoño de 1968 para trabajar en la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) en donde laboró y se graduó para luego convertirse en director ejecutivo de La Fe en 1980 y 12 años después, en director general del Hospital Thomason.

Desde su nombramiento Pete insistió en la ejecución cuidadosa de los servicios y el respeto por los demás. Su liderazgo dejó un legado de fortaleza y confianza a personas de todos los niveles. 

“Pete fue un modelo de servicio público. A todos nos enseñó con su ejemplo. Era humilde, amable y perdonador. Se aseguró de que sus acciones coincidieran con su discurso. Se preocupó por los menos afortunados e hizo todo lo que pudo para asegurar una “atención médica de calidad” para todos, dijo en su momento Alicia R. Chacón, primera juez del Condado de El Paso, con raíces chicanas.

No siempre fue fácil porque sabemos que había tantos “intereses especiales”. Tuvimos la suerte de que nos recordara que los únicos “intereses especiales” eran aquellas personas que nos necesitaban, añadió en su descripción el servidor público. “Cuando nos despedimos, decimos con amor 'Gracias, Hermano'”.

Y es que Pete Duarte representó la proyección triunfante de esta comunidad fronteriza y más allá; su vida y logros resuenan en todo el mundo y establecen un ejemplo sobresaliente de esperanza, amor y respeto.

“Pete siempre ha sido una luz en mi vida, tanto profesional como personalmente”, dijo Andrea Uribe-Sanders, quien conoció a Pete a finales de los 60 cuando era estudiante de enfermería y organizadora comunitaria mientras se establecían las bases para la clínica La Fe. 

“Sus incansables esfuerzos, entusiasmo y creatividad en la organización de la comunidad en torno a una clínica muy necesaria, fueron increíbles para observar y aprender... Pete ayudó a muchas personas de muchas maneras y ha sido una gran influencia en El Paso y más allá. ¡Gracias, Pete por ser TÚ!”, escribió.

A Pete le precedieron en la muerte muchos seres queridos, especialmente su esposa Joy Hudson Duarte y su hijo mayor Eduardo Duarte Alegría.

También le sobreviven su viuda Irma Camacho y sus hijos Rebecca y Joey, su hijo Pedro, sus hijas Marean Duarte y Lilia Jones, su nuera Rowena Alegría, su ahijada Celestia Alvarado, 13 nietos y 7 bisnietos. También le sobreviven sus hermanas Lily Villa y Dee De La Rosa y su hermano Ben Duarte y sus familias, así como Todd Hudson, Guillermo Camacho y Gilbert Camacho y familias.

Para honrar la vida de Pete su familia pide a las personas que en lugar de flores, donen tiempo, energía y recursos a su esfuerzo de justicia social favorito tal y como lo hizo este hombre que será extrañado, y que con su deceso ahora el mundo no tendrá su ingenio, sonrisa, pasión y amor.

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