El Paso

Cuestionan historia sangrienta de conquistadores españoles

Demandan activistas revalorar pasado de la región

Associated Press

domingo, 13 octubre 2019 | 06:00

Associated Press | Grupos acusan que hubo genocidio y colonialismo hacia población indígena

Albuquerque, N. M.– En Nuevo México, la imagen del conquistador español ha sido celebrada durante años con estatuas, retratos y procesiones públicas. Pero ahora activistas están exigiendo reevaluar la costumbre, señalando que los conquistadores fueron responsables del genocidio de la población autóctona.

En murales y eventos públicos, son comunes los homenajes a conquistadores como Don Juan de Oñate y Don Diego de Vargas.

En años recientes, sin embargo, tal actitud ha caído bajo intenso escrutinio. Una nueva generación de activistas indígenas y latinos está exigiendo quitar las imágenes de los conquistadores de las banderas, escuelas y calles. Afirman que el conquistador español es símbolo del colonialismo y el genocidio, que su imagen está caduca y que la actitud colectiva hacia el pasado colonial está cambiando.

Por ejemplo, los activistas convencieron a los organizadores de la Fiesta Santa Fe a que cancelen “La Entrada”, el acto conmemorativo del momento en que De Vargas recapturó Santa Fe para la corona española derrotando la tribu pueblo. Bajo presión, el distrito de educación pública de Santa Fe anunció que limitará los actos en donde actores se disfrazan de conquistadores. Este mes, la Universidad de Nuevo México dijo que tratará de rediseñar su estandarte en medio de quejas de tribus autóctonas porque el diseño actual exhibe un conquistador.

Elena Ortiz, presidente del capítulo en Santa Fe de Red Nation, una agrupación de tribus autóctonas, recalcó que las reformas se están concretando tras años de activismo público para que se examine el rol del conquistador español.

“Sigue habiendo actos en las escuelas con la figura de Don Diego”, se quejó Ortiz. “Este símbolo de genocidio no debería ser exhibido en las escuelas públicas”.

Las manifestaciones y protestas han causado tensiones entre latinos de Nuevo México –quienes se autodenominan hispanos– y las tribus indígenas autóctonas. Ambos afirman que la disputa es sobre cómo narrar más certeramente la historia del estado.

Ralph Arellanes, dirigente del Hispano Round Table of New Mexico, asevera que entiende el deseo de los nativos de narrar su punto de vista, pero insiste en que borrar del todo la participación de los conquistadores equivaldría a reescribir la historia.

“Es una historia complicada que necesita ser celebrada. Si no fuera por los hispanos, que llegaron primero a Nuevo México, la mayoría de las tribus indígenas hubieran sido aniquiladas, los conquistadores unificaron a la gente”, expresa Arellanes.

Los exploradores españoles fueron los primeros europeos en pisar lo que es hoy el centro-occidente del país, como Texas, California, Arizona y Colorado.

Si bien en varios estados son comunes las estatuas de conquistadores o tener calles y ciudades nombradas por ellos, en Nuevo México esa figura histórica ha tenido un papel prominente en la celebración de la cultura hispana, pues son muchos los habitantes que son hispanos o que dicen ser descendientes de los primeros exploradores españoles. En otros estados del centro-occidente, los latinos suelen considerarse mexicoamericanos o mestizos, es decir, descendientes de españoles y autóctonos.

La identidad española ha hecho que Nuevo México tenga una actitud singular en cuanto a la celebración de la figura del conquistador.

La imagen del conquistador está en todas partes: en el estandarte de las universidades, en el logo de compañías de mudanza, como mascota de un equipo de beisbol. En un festival anual en Santa Fe, los actores se disfrazan de conquistadores y montan a caballo por el pueblo, visitan escuelas y bailan con los niños.

El presidente de la asociación de gobernadores locales, E. Paul Torres, miembro de Ysleta Pueblo, dice que entiende las razones por las que los hispanos quieren rendir homenaje al pasado colonial y a la imagen del conquistador.

“A mí no me ofende, pero conozco algunos (de tribus autóctonas) que sí se ofenden”, manifestó Torres. “Yo estoy a favor de la unidad, de un mejor entendimiento entre todos”, agregó.

Si bien Torres dijo que él y otros líderes de Pueblo se alegran de que los organizadores de la Fiesta Santa Fe hayan cambiado La Entrada, no está de acuerdo con los activistas que quieren eliminar totalmente la imagen del conquistador.

“A mí no me molesta”, expresó Diego Lujan, ex concejal de Ysleta. “Todos tenemos que vivir y trabajar juntos”.

Nick Estes, profesor de historia norteamericana en la Universidad de Nuevo México y miembro de Red Nation, afirmó que los activistas desean que los líderes estatales dejen de rendir culto al pasado colonial y reconozcan la historia de los indígenas.

La pelea es peor que la que se libra en torno a los monumentos confederados, aseguró.

“Por lo menos hay un consenso nacional en torno al legado que dejó la esclavitud”, declaró Estes. “Este país no ha encarado su pasado en cuanto al genocidio de los pueblos indígenas”, concluyó.

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