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El Paso

Cruzan más rusos a EU vía México en busca de asilo

Algunos huyen para no ser arrestados y llegan con la esperanza de encontrar la libertad pero también en EU los detienen

Miriam Jordan/The New York Times

lunes, 28 noviembre 2022 | 06:00

The New York Times | Cientos de originarios de Rusia, como el matrimonio conformado por Mariia Shemiatina y Boris Shevchuk, son retenidos por autoridades migratorias de este país, pasando hasta seis meses separados de sus seres queridos

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Pine Prairie, Louisiana— Se habían enamorado en su primer año en la Facultad de Medicina en Rusia, unidos por su compromiso de construir la democracia en un país donde cualquier esperanza restante de ella estaba desapareciendo.

Cuando Rusia invadió Ucrania este año, Mariia Shemiatina y Boris Shevchuk, que se habían casado y se habían convertido en médicos, publicaron videos del derramamiento de sangre y mensajes contra la guerra en las redes sociales. “Hago un llamado a los rusos para que vean la verdad, para que no crean las mentiras de los medios rusos”, escribió Shemiatina, de 29 años, en Instagram. Sus publicaciones fueron eliminadas por las autoridades una y otra vez, dijo, hasta que sus cuentas fueron bloqueadas.

La Policía llamó a su familia en busca de la pareja, que se había escondido. Seguros de que estaban a punto de ser reclutados para servir como médicos en el frente, o encarcelados por su actividad política, la pareja decidió huir.

Lograron llegar a México a mediados de abril. Dos semanas después, se dirigieron a un puerto de entrada de Estados Unidos, entregaron sus pasaportes y solicitaron asilo, esperando probar por primera vez la verdadera libertad. En cambio, les esposaron las manos, les pusieron grilletes en los pies y los trasladaron en avión a centros remotos de detención de inmigrantes en la zona rural de Louisiana. Pasarían seis meses antes de que se volvieran a ver.

“Cuando salimos de Rusia, pensé que nuestro sufrimiento terminaría”, dijo Shevchuk, de 28 años, en una entrevista desde las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Pine Prairie, Louisiana. “Me siento impotente”.

Mientras el presidente ruso, Vladimir Putin, toma medidas enérgicas contra los disidentes y arresta a los evasores del Servicio Militar, un número creciente de rusos cruza la frontera Sur de Estados Unidos. Pero contrariamente a sus expectativas de asilo y libertad, muchos de ellos están siendo enviados a centros de detención de inmigrantes que parecen prisiones.

Incluso antes del asalto de Rusia a Ucrania, los activistas antigubernamentales habían estado saliendo del país y buscando refugio en los Estados Unidos. El éxodo se intensificó después de que comenzara la guerra a finales de febrero, alcanzando las cifras más altas de la historia reciente. En el año fiscal 2022, las autoridades estadounidenses procesaron a 21 mil 763 rusos en la frontera Sur, en comparación con 467 en 2020. Sólo en octubre llegaron 3 mil 879.

Toda persona que toca suelo estadounidense tiene derecho a solicitar asilo, aunque sólo se otorga a quienes puedan demostrar que fueron perseguidos en su país de origen por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un determinado grupo social.

Muchos solicitantes de asilo son liberados y se les permite argumentar sus casos más tarde en la Corte. Pero miles son enviados a centros de detención, donde es difícil conseguir abogados y reunir pruebas, y las posibilidades de obtener asilo son extremadamente escasas.

“En proporción, en comparación con personas de otros países, hay más rusos detenidos”, dijo Svetlana Kaff, una abogada de inmigración con sede en San Francisco que dijo que la han inundado las solicitudes de ayuda.

Al igual que los médicos jóvenes detenidos en Louisiana, muchos dijeron que habían venido a Estados Unidos pensando que serían bienvenidos como aliados en la lucha estadounidense por la democracia en Rusia y Ucrania.

Olga Nikitina, que huyó de Rusia con su marido después de que lo encarcelaran allí varias veces, pasó cinco meses en las mismas instalaciones que Shemiatina. “Todo el tiempo que estuve allí, nos trataron como basura”, dijo Nikitina, de 33 años. “Llamé a las líneas directas, pero no ayudó de ninguna manera”.

Su esposo, Alexander Balashov, de 33 años, estuvo detenido durante cuatro meses en una instalación en Batavia, Nueva York, donde dice que los oficiales le dijeron a él y a otros que no tenían derechos porque habían ingresado ilegalmente al país.

Los grupos de derechos humanos han documentado durante años el confinamiento prolongado, la negligencia médica y el maltrato a los inmigrantes detenidos, especialmente aquellos alojados en instalaciones contratadas con fines de lucro como las de Pine Prairie y Basile, a 30 millas de distancia, donde estuvo recluida Shemiatina.

Los solicitantes de asilo rusos entrevistados dijeron que han estado a merced de los guardias que los tratan con indiferencia y, con frecuencia, con hostilidad.

ICE se negó a discutir casos individuales, pero dijo en un comunicado que la agencia estaba “firmemente comprometida con la salud y el bienestar de todos los que están bajo su custodia”. Dijo que la agencia revisa periódicamente sus operaciones de detención para asegurarse de que los no ciudadanos “sean tratados con humanidad, protegidos de cualquier daño, se les brinde atención médica y de salud mental adecuada y reciban los derechos y protecciones a los que tienen derecho”.

El grupo GEO, la empresa privada que opera una red de centros de detención de inmigrantes, incluidos los de Louisiana, dijo que sus instalaciones brindan acceso a atención médica las 24 horas, un programa de orientación legal y llamadas telefónicas gratuitas a abogados.

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