Comparte la mesa en Acción de Gracias

El Paso.- María y sus tres hijos ya se habían resignado a no comer pavo en el Día de Acción de Gracias, debido a la precaria situación económica por la que atraviesa desde hace varios meses, luego de haberse quedado sin trabajo.

Acostumbrada a reunirse con su familia y a seguir la tradición que su madre le heredó María comentó que aunque atraviesa por momentos difíciles siempre ha sido una mujer agradecida con la vida y es en esta fecha cuando refrenda aún más ese sentimiento.

“Entiendo que en la vida hay buenos y malos tiempos por lo que hay que estar preparados para todo. Hoy se atravesó una mala racha pero pronto saldremos adelante ”, dijo la madre soltera al salir del restaurante Jalisco Café con cuatro platillos surtidos con pavo, elote, puré y pan que les compartiría a sus hijos en casa.

Ella, al igual que muchas personas fue una de las beneficiadas con una dotación alimenticia para que celebrara la festividad en familia gracias a la labor comunitaria que promueve Héctor Daniel Chávez, propietario del mesón, ubicado en el popular Segundo Barrio, en el sur de El Paso.

Y es que este hombre caritativo, veterano de la Marina de los Estados Unidos, mantiene la tradición que inició su tía Antonia hace 17 años y cada año reparte comida a las familias necesitadas.

“Es una forma de regresar un poco lo mucho que me ha dado la vida como un humilde empresario de la industria restaurantera”, expresó Chávez mientras servía un par de platillos junto con dos de sus sobrinas.

En el Día de Acción de Gracias alrededor de 400 personas acudieron desde temprana hora y hasta entrada la tarde por su dotación.

Gracias al apoyo de diversos grupos de la ciudad, como la asociación de exalumnos de la preparatoria Bowie y miembros de la comunidad fue posible repartir la porción del pavo y su guarnición. 

En total fueron 70 pavos los que fueron sazonados por el personal de la cocina, encabezado por su propietario, días previos a lacelebración tradicional para dar gracias por las cosas que sucedieron en el año y enfocarse en las que vendrán. 

La festividad, cuyo origen tiene que ver con el agradecimiento a las cosechas del campo, es celebrada por los estadounidenses durante siglos y cuyo alimento protagonista de la cena es el pavo.

“Ya eran dos años que no hacíamos esta actividad por cuestiones del covid, pero ya que está controlado decidimos reanudarla”, dijo Chávez  tras agradecer el apoyo y solidaridad de la comunidad.

“Gracias a Dios aquí siempre nos han dado un plato   para compartir la cena con nuestra familia'', dijo Cristina, habitante del Segundo Barrio, quien acudió con su prima Alicia a recoger su provisión.

Manifestó que ella, al igual que sus parientes acuden al restaurante cada año, recuerdo cuando era niña que mi mamá nos traía porque como no se completaba veníamos a recoger nuestra cena.

“Gracias, muchas gracias. Hoy tendré una comida caliente”, dijo un joven visiblemente desorientado al recibir su platillo y una botella con agua.

Durante el día fue notoria la presencia de personas de la tercera edad y hombres desamparados que no cuentan con un hogar. Unos decidieron sentarse a comer en una mesa del restaurante y otros decidieron llevarse su comida a casa como María y sus tres hijos.