Azota pandemia de opioides

La mayoría de los días, Michael Buchanan puede ser visto parado en la banqueta enseguida de Punto de Partida, el centro de crisis de opioides situado en la calle Yandell, al Este-Centro de El Paso. Este hombre de 65 años está recuperándose de su desorden en el uso de sustancias contra el que ha luchado durante 34 años.

En el mismo lugar, hace un mes y medio, Buchanan tuvo una sobredosis de heroína que combinó con fentanilo. Aunque su proximidad al centro de crisis logró que Claudia Delfin, la coordinadora de reingresos de Punto de Partida, pudiera aplicarle de inmediato Narcan, un medicamento que revierte la sobredosis de opioides, salvando su vida.

“Punto de Partida me ayudó a conseguir un apartamento y a salir de las calles”, dijo Buchanan. “En este momento me están ayudando a obtener un pase para el autobús para que pueda acudir a las citas con mi médico”.

Punto de Partida forma parte de una red local de organizaciones que proporcionan recursos y apoyo para los paseños que son adictos a los opioides. La crisis de salud pública se está sintiendo cada vez más localmente en medio de decomisos récord de narcóticos letales como el fentanilo y las muertes por sobredosis que se han incrementado dramáticamente en el Condado de EP.

La sobredosis de droga fue la causa número uno de muertes accidentales en el Condado de EP en el 2020, enlistada en el reporte anual del Médico Forense. Fue la primera vez en cinco años que las muertes accidentales relacionadas con las drogas excedieron el número de muertes por “lesiones por traumatismos”, que incluyen accidentes automovilísticos.

“El año 2020 rompió récords históricos de muertes por sobredosis”, comentó Kasey Claborn, profesora de Psiquiatría de la Universidad de Texas en Austin y principal investigadora del Proyecto CONNECT, un proyecto que le da seguimiento a la información de sobredosis de drogas. EP fue uno de cuatro condados en Texas que formaron parte del proyecto piloto del estudio.

En Estados Unidos ha habido 96 mil 779 muertes por sobredosis entre marzo del 2020 y marzo del 2021, de acuerdo al Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Claborn comentó que el año 2021 tiende a ser peor.

“La última vez que vi los registros estábamos a punto de superar las 100 mil muertes por sobredosis a nivel nacional en este año, lo cual es completamente devastador”, dijo.

Ella espera que las comunidades fronterizas como EP continúen con la tendencia al alza en muertes por sobredosis, a pesar del incremento de decomisos de droga en la frontera. Advirtió que aún no ha analizado la información de sobredosis del 2021 en El Paso.

El médico forense del Condado de EP no respondió a las peticiones que se le hicieron para saber el número de muertes por sobredosis de drogas en lo que va del año 2021.

Delfín comentó que tener una “zona segura” para las personas que son adictas a los opioides –un lugar en donde la gente pueda usar drogas con un rápido acceso al Naloxone y a otras personas que están a su alrededor en caso de una sobredosis– es importante para reducir el riesgo de una sobredosis fatal y para combatir el estigma que rodea la enfermedad.

“Hemos salvado más o menos 10 vidas al mes en los últimos seis meses, debido a la estrategia de reducción del daño”, comentó Adán Domínguez, encargado del programa en Punto de Partida.

“La reducción del daño” es un término usado para describir estrategias para minimizar la posibilidad de tener consecuencias peligrosas asociadas con el uso de drogas, tales como el riesgo de una sobredosis o la transmisión de enfermedades infecciosas como la Hepatitis C o el VIH por compartir agujas.

La reducción del daño contrarresta la estrategia de la “guerra contra las drogas”, que se ha enfocado en penalizar el uso de drogas en un esfuerzo para frenar esa práctica, de acuerdo a Gilberto Pérez, codirector ejecutivo de la Alianza para la Reducción del Daño en Texas.

“Nosotros vinculamos la justicia con la reducción del daño de una fuerte manera, porque como sabemos, la guerra contra las drogas es una guerra contra la gente afroamericana y morena”, dijo Pérez.

Los afroamericanos tienen casi seis veces más probabilidades de ser encarcelados que los anglosajones por ofensas relacionadas con las drogas aun cuando los índices de uso de las mismas son similares entre ambas razas, de acuerdo a la Asociación Nacional de Avance de Gente de Color.

En Punto de Partida, los métodos para la reducción del daño incluyen entrenamiento para la recuperación, estrategia educativa como los tutoriales sobre el Narcan e información sobre la higiene de las agujas y el programa de reingreso a la cárcel. 

El centro también funciona como un “intermediario de recursos”, dijo Domínguez, y ayuda a la gente que tiene un desorden en el uso de sustancias a encontrar empleo, opciones de vivienda, oportunidades educativas y más, como parte del “plan de recuperación”.

La demanda de los servicios de Punto de Partida está superando el tamaño y capacidad de las instalaciones, comentó Domínguez. Aunque otros grupos y organizaciones locales ofrecen rehabilitación, apoyo clínico y algunos servicios educativos –incluyendo a Aliviane, Proyecto de Vida, Área de El Paso de Narcóticos Anónimos, la Alianza para la Reducción del Daño de EP y el Programa Colegiado de Recuperación de la Universidad de Texas en EP– Punto de Partida es el único que tiene la misión de contar con un centro de crisis las 24 horas enfocado en la estrategia de reducción del daño.

Sin embargo, últimamente el centro no ha podido estar abierto las 24 horas. Actualmente está abierto de las 7 a.m. a las 11 p.m., porque necesita más personal y recursos para poder operar día y noche.

“Necesitamos un edificio más grande porque estamos creciendo”, comentó Domínguez. Él espera incrementar el número de empleados y servicios para incluir médicos en el lugar y unidades móviles.

Aunque el centro de crisis está financiado por dos subsidios estatales, no recibe recursos de la Ciudad ni el Condado, un apoyo que es necesario para ser sustentable a largo plazo. Laura Cruz Acosta, portavoz del Ayuntamiento, dijo que la Ciudad no destina fondos para los programas de reducción del daño como los de Punto de Partida.

Pérez, quien es nativo de EP, fue director de programa del Proyecto Encuentro, que actualmente está cerrado, y que ofrecía la reducción del daño y servicios de crisis de opioides en EP a través de un subsidio por cinco años, pero cerró debido a la falta de financiamiento.

“No es sustentable. Recibimos financiamiento durante un par de años y luego, inesperadamente si uno no sigue defendiendo esos recursos o se acaba el dinero, el programa ya no puede sostenerse”, dijo.

La organización en la que Pérez trabaja actualmente, la Alianza de Reducción del Daño de Texas, recientemente pudo lograr que se aprobara un millón de dólares como parte del presupuesto de la Ciudad de Austin, informó Pérez.

“El Proyecto Encuentro fue víctima de la escasez de financiamiento, desafortunadamente, lo cual es extremadamente común y muy problemático”, dijo Claborn. Su trabajo, que consiste en darle seguimiento a las sobredosis en el Proyecto CONNECT incluía anteriormente la coordinación con la Alianza de Colaboradores Fronterizos, la organización del Proyecto Encuentro.

Claborn comentó que aunque algunos condados de Texas están mejorando en cuanto a la estrategia de financiar la reducción del daño, la mayoría está demasiado politizada.

Los programas de intercambio de jeringas son ilegales en Texas, además de en San Antonio, a pesar de los esfuerzos que ha hecho el representante estatal de EP Joe Moody, quien presentó la legislación en la sesión de primavera del 2021 de la Legislatura de Texas que pudo haber despenalizado el intercambio anónimo de jeringas usadas. La medida no fue aprobada.

“Cuando uno trabaja con las partes más conservadoras del estado, la reducción del daño es usualmente considerada como inmoral”, dijo Claborn. “Así que, usualmente los condados y los oficiales públicos no necesariamente apoyan los esfuerzos de la reducción del daño, que podrían ser controvertidos desde el punto de vista político”.

Pérez comentó que el Proyecto Encuentro va a ser revivido en el futuro a través de una sociedad con grupos de UTEP, en donde existe un creciente énfasis en la reducción del daño como una herramienta clave para combatir los impactos letales de la epidemia de los opioides.

Valerie Barela es la coordinadora del Programa de Recuperación Colegiada de UTEP, que ofrece apoyo y recursos educativos a los estudiantes para la rehabilitación del desorden de abuso de sustancias.

Barela encabezó un taller virtual abierto el miércoles por la mañana, enfocado en la concientización de los opioides y la prevención de sobredosis. Esto formó parte de los eventos que se programan regularmente por la organización para incrementar la conciencia y seguridad en el campus cuando se trata de los opioides.

Durante el taller, Barela comentó que está tratando de alentar a los oficiales de Policía de UTEP para que empiecen a cargar kits de Narcan como una estrategia de reducción del daño. Agregó que aún no ha tenido éxito.

El Departamento de Policía de EP no respondió cuando le preguntaron si sus vehículos están equipados con kits de Narcan, o si los oficiales reciben entrenamiento sobre cómo usar medicamentos que revierten una sobredosis como Narcan.

En Punto de Partida, el personal como Delfín y Domínguez están muy conscientes de la manera en que las sobredosis impactan a la comunidad. Recordaron una situación reciente en donde atendieron siete sobredosis en un día en un hotel situado en la calle Dyer.

“Son personas con las que nos hemos relacionado, las conocemos, así que, cuando nos damos cuenta lo que pasó nos afecta”, dijo Domínguez.

“Nosotros proporcionamos la reducción del daño con la esperanza de que un día vendrán y empezarán el camino hacia la recuperación, pero mientras tanto nuestra intención es mantenerlos vivos hasta que ese día llegue”, dijo.