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El Paso

Ayuda intérprete iraní a refugiadas afganas

Erfani apoya a las mujeres evacuadas a tener una transición exitosa a este nuevo estilo de vida y las oportunidades que tienen en EU

De la Redacción / El Diario de El Paso

domingo, 28 noviembre 2021 | 06:00

Cortesía | Kaylen Erfani Cortesía | Refugiadas en el Complejo Doña Ana de Fort Bliss

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“Cuando aterricé en el Aeropuerto JFK no podía hablar. Sé hablar inglés, pero cuando la gente me hablaba no podía responder. Estaba impactada con la cultura. Estuve mirando y observando. Me tomó un año acostumbrarme, ya que todo es tan diferente”.

Kaylen Erfani, ingeniera en software de New Jersey, viajó 2 mil millas usando sus propios fondos al Complejo Doña Ana de Fort Bliss, situado en Nuevo México, para ayudar a las evacuadas afganas a iniciar una nueva vida en Estados Unidos.

Erfani compartió su experiencia con las evacuadas afganas que temporalmente están viviendo en Nuevo México. Ella se mudó de Irán a New Jersey en el 2016 para continuar con su educación.  Dejar atrás a sus amigos y familia fue emocionalmente difícil para Erfani.

“Pensé que había aterrizado en otro planeta, que no estaba en la Tierra. La gente se veía diferente, hablaba diferente, comía diferente, vestía y actuaba diferente”, dijo Erfani.

Ella encontró una serie de obstáculos después de alejarse de todo lo que había conocido.

Enfrentó desafíos día a día al estar en un nuevo país, tales como aprender cómo hacer las compras en un supermercado, obtener una licencia de conducir, e interactuar diariamente con personas ordinarias. Erfani comentó que no fue fácil, le tomó un largo tiempo adaptarse y cometió muchos errores a lo largo del camino.

“Me tomó casi dos años sentirme cómoda”, señaló Erfani.

Al igual que mucha de la experiencia de Erfani, los evacuados afganos que están en el Complejo Doña Ana de Fort Bliss en Nuevo México están pasando por un cambio cultural, dejando todo lo que conocían en su país de origen y empezando nuevas vidas en Estados Unidos, en donde todo es completamente diferente.

“Yo crecí allí, soy de Irán. Tengo muchos amigos que son afganos. Mi ciudad natal está cerca de Afganistán, así que tuvimos muchas interacciones”, dijo Erfani. “Eso me trajo muchos recuerdos, conozco a la gente, conozco su cultura y su religión”.

Su familiaridad cultural le dio confianza en su habilidad para conectar con los evacuados afganos.

“Sentí el dolor de las mujeres y niños”, comentó Erfani. Ella simpatiza con su situación y espera que entiendan que tienen personas que están aquí para ayudarlos en esa transición.

Desean ayuda desesperadamente, Erfani buscó cualquier oportunidad para suavizar el dolor de los evacuados afganos.

“Cuando vi la noticia de toda la locura que estaba sucediendo, estuve buscando la manera de ayudarlos. Estuve tratando de buscar organizaciones que me prestaran dinero o estar allí físicamente, si ellos me necesitaban en algún lugar”.

Después de hacer solicitudes a través de múltiples organizaciones de voluntarios, eventualmente recibió un correo electrónico en donde le informaron que el Complejo Doña Ana de Fort Bliss necesitaba traductoras femeninas.

“No podía manejar de noche. Me tomó cinco días, me fascina viajar, aunque éste fue mi primer viaje largo que hice sola”, dijo Erfani.

Ella manejó más de 25 horas, más de 2 mil millas y atravesó nueve estados. Gastó su dinero en gasolina, comida y alojamiento.

Cuando Erfani arribó a Doña Ana se convirtió en parte del equipo de participación femenina, cuya misión actual es ayudar a las mujeres afganas a tener una exitosa transición del estilo de vida del Medio Oriente al de Occidente y proporcionarles información acerca de las oportunidades que tienen en este país.

“Estamos tratando de que las mujeres salgan de su zona de confort”, señaló Erfani.

El objetivo final del equipo es ayudar a limitar el impacto cultural debido al nivel de visibilidad e independencia que existe en la sociedad estadounidense y que no es habitual en las culturas del Medio Oriente.

“Todos los días despierto y sé que estoy en el lugar adecuado y estoy haciendo lo correcto para la gente que lo necesita”, dijo Erfani.

Al caminar de tienda de campaña en tienda de campaña, el equipo de participación femenina distribuye folletos, escritos en Dari y Pashto, que enlista las clases que se imparten en Doña Ana para que asistan las mujeres. Las clases les enseñan acerca del sistema de educación en Estados Unidos, sus derechos, y a familiarizar a los evacuados afganos con las leyes y varias religiones que hay en Estados Unidos.

“Tenemos una oficial del Ejército, una doctora y mi antecedente como ingeniera en software. Ellas van a ver que una mujer puede convertirse en ingeniero”, dijo Erfani.

También siente que sus servicios están generando definitivamente un impacto en las vidas de las afganas.

“Ellas se sienten cómodas porque yo soy de su país natal, en términos de región”, aseguró Erfani.

La retroalimentación que ha recibido ha sido positiva.

“He visto que se han abierto conmigo. Estoy tratando de ser una buena traductora y sentir su dolor”.

El trabajo de Erfani en Doña Ana es un primer paso compartido, ella se siente agradecida de la oportunidad de hacer la diferencia en las vidas de las más recientes ciudadanas de Estados Unidos.

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