Ante crisis, optan por comprar artículos de segunda mano

Bueno, bonito y barato son las características que todo cliente busca al adquirir un producto que satisfaga sus necesidades aunque no sea nuevo, sobre todo en tiempos donde la economía familiar se ha visto afectada por la pandemia del Covid-19.

“Desde hace muchos años que yo ya no compro artículos nuevos… es un tiradero de dinero. Me convertí en un cliente inteligente”, dijo Pablo Meraz, residente de la zona Central, quien desde hace tiempo compra artículos de segunda mano.

Manifestó que junto con su esposa acude con frecuencia a lugares donde venden este tipo de mercancías casi nuevas, que sólo tienen algunos rasgos de haber sido usadas pero que trabajan bien. 

Laura Calderón, comerciante y vendedora de artículos usados, sabe muy bien lo que los clientes quieren y por ello decidió abrir su negocio hace seis años para impactar de manera positiva en la economía familiar.

Y es que ella, al igual que muchas madres de familia, sabe que ser un cliente inteligente le puede traer grandes beneficios no sólo a ella sino a todos los miembros de la familia.

Afirma que en tiempos difíciles en que la economía está por los ‘suelos’ por la falta de trabajos a consecuencia de la pandemia, el adquirir artículos de segunda mano en buen estado es una alternativa que alivia la economía familiar.

A esta tienda denominada ‘Las Tres B Second Store’, ubicada en el cruce de Texas y Cotton, en la zona Sur-Central, acuden decenas de clientes residentes de la ciudad y otras poblaciones del condado a adquirir sus muebles y artículos decorativos para el hogar.

Recámaras, comedores, mesas, sillas, lámparas, refrigeradores, estufas y lavadoras, entre otros artículos, son los que Calderón ofrece a sus clientes desde los últimos seis años, cuando decidió cumplir uno de sus sueños e independizarse.

“Mucha gente en realidad no puede comprar nuevo pero busca cosas buenas. Aquí en mi negocio siempre trato de que el mueble sea de calidad y a un buen precio”, dijo la madre de familia de tres hijos y originaria de Zacatecas, México.

Expresó que la idea le nació luego de que sus hijos crecieron y por un pensamiento: “nunca me ha gustado que las cosas sean depositadas en la basura por tener un desperfecto, por pequeño que sea”, dijo quien en su juventud trabajó con empresarios coreanos, americanos, mexicanos y judíos.

Calderón, quien llegó a la frontera cuando tenía 15 años, dijo que lo primero que hizo fue integrarse a la industria maquiladora en Ciudad Juárez, pero con el paso del tiempo incursionó en diversas empresas en el área de ventas y fue así que le nació la idea de tener su propio negocio.

“Lo que vendo trato de que funcione y se vea bien, de otra manera sería robar; si vendo algo que no sirve estaría defraudando a los clientes, quienes son a los que nos debemos como empresa. La honestidad es primero, aseguró, quien lleva las compras, ventas y la administración del negocio.

Para la comerciante, al comprar en este tipo de negocios la gente se ahorra hasta un 60 por ciento en comparación a un artículo nuevo, expresó tras mencionar que ella también vende algunas mercancías nuevas.

Como ejemplo, dijo que un escritorio que cuesta en el mercado 899 dólares, ese mismo mueble lo vende ella en 350 dólares, lo que resulta muy atractivo para el cliente y así la mayoría de los artículos.

Esta mujer emprendedora explicó que la mercancía que adquiere proviene directamente de fabricantes o subastas, por lo que a través de sus proveedores obtiene artículos que requieren sólo de una ‘manita de gato’ para que queden funcionando a la perfección. “Yo aquí tengo personal especializado que los repara”.

Agregó que aunque su fuerte son los muebles también ofrece electrodomésticos, que adquiere de un comerciante que personalmente los repara si traen alguna falla; “me gusta dar garantía, por eso trabajo sólo con él”. 

Y aunque tiene su clientela acreditada y ésta a su vez recomienda a nuevos consumidores, afirmó que la pandemia afectó el negocio drásticamente al tener que cerrar durante dos meses. 

“Mucha gente se quedó sin trabajo al cerrar muchos negocios y eso ha inhibido las ventas pero esperemos que mejore más adelante”, expresó visiblemente preocupada por el constante aumento de los casos de coronavirus registrados, los cuales ya superan los siete mil en el condado.

Al mismo tiempo hizo un exhorto a la comunidad a que utilicen la mascarilla para evitar contagiarse y se propague la enfermedad, esto luego de que hay mucha gente que se molesta al pedirles que utilicen el cubrebocas al ingresar a un negocio.

De acuerdo a los expertos, los precios bajos son una forma de competencia; muy exigente y peligrosa, pero sin duda una alternativa atractiva para cierto tipo de clientes.

Sin embargo también aconsejan que hay varios artículos que no deben comprarse nuevos como: muebles, joyas, herramientas, equipos para hacer ejercicios, artículos para bebés, instrumentos musicales y vehículos, entre otros. Al comprarlos usados se obtienen ahorros muy atractivos y hasta de mejor marca.