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Economía

México-EU: escenarios y retos

Una de las variables macro más relevantes, además del régimen político en cuestión, es obviamente la economía americana

José Carrillo / Agencia Reforma

lunes, 02 enero 2023 | 07:40

Associated Press

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Monterrey— En los 70's del siglo pasado, un autor de estrategia americano, Peter Schwartz con sede en San Francisco, lanzó lo que para mí, era la mejor manera de abordar durante la creciente incertidumbre de la época la necesidad de planear.

En ese entonces yo trabajaba en Planeación en Alfa y me estaba volviendo apasionado del tema.

La metodología daba una nueva lógica a la planeación estratégica y el libro "The Art of the Long View" (Planning for the future in an uncertain world), Peter Schwartz, 15 de Abril 1996, sentaba la base de la planeación de escenarios en un momento en que la gran incertidumbre del entorno hacía fundamental poder imaginar el futuro y con ello hacer planeación.

Peter Schwartz en su libro no recomendaba abstenerse de futurear y hacer solo planeación operativa; su recomendación era determinar las variables del entorno más relevantes para aquello que se desea planear y armar, basado en 2 ó 3, las más relevantes de estas variables, lo que se llama "Escenarios".

No eran pronósticos puntuales sino relatos del entorno que se podría definir con combinaciones de 2 ó 3 de dichas variables.

El método te pedía construir 2 ó 3 escenarios clave del entorno de la empresa a planear e imaginar a la empresa y su plan estratégico desempeñándose en cada uno de dichos escenarios.

Es mi impresión que el método sigue teniendo relevancia, más aún en nuestro México que en los siguientes años dos años enfrentará las elecciones quizá más importantes de la última década, luego de haber visto lo que significaba primero desear y luego vivir cuestionando, un cambio en el escenario político nacional.

"No más PRI". La opción llevaba 30 años planteándose y, muy merecidamente, AMLO aplastó al PRI y a las demás fuerzas políticas del momento en las elecciones del 2018.

No me voy a poner a analizar si el resultado fue bueno o al menos mejor que más de lo mismo. El ejercicio llevado a cabo durante las elecciones del 2018 fue un gran signo de madurez en la sociedad mexicana y se sentaron pacíficamente las bases del cambio que hemos venido experimentando en este sexenio.

Una de las variables macro más relevantes, además del régimen político en cuestión, es obviamente la economía americana.

Más para la región Norte del país, tan dependiente no solo del comercio internacional entre nuestros dos países sino también en cuanto a la influencia político-social que afecta nuestra vida diaria como ciudadanos del Norte de México, más específicamente de Monterrey.

En los próximos dos años hay de nuevo elecciones en México y en USA. Allá es posible pensar en la reelección de Biden pero esto no es seguro. En México podemos pensar en la repetición de un gobierno de izquierda, populista o en un cambio hacia una nueva dirección.

Tampoco quiero especular al respecto pero sí quiero enfatizar la importancia de pensar en los entornos que se pueden esperar, solo considerando dichas variables de corte político en Estados Unidos y en México.

Los grados de libertad de ambos países ahí están pero las dependencias cruzadas también (política, economía, sociedad, migración, flujo de divisas, etc, etc.)

¿Qué tanto fervor independentista en México? Y, sobre todo, ¿qué tantos grados de libertad económica tiene nuestro país para poder ejercer con fuerza dicho fervor? Y, a la vez, aunque no sea tan claro, ¿qué tanto puede el régimen de USA patear el pesebre de un proveedor tan trascendental como México, para industrias tan diversas como la automotriz y otras relacionadas con acero y otras materias primas clave procedentes de México?

Además, ¿cómo manejar los aspectos económicos sin tomar en cuenta la cada vez mayor dependencia social de ambas economías? Divisas, mano de obra barata, población hispana (mexicana?) etc.

Mi teoría es que ambos lados deben seguir dando prioridad a una buena relación económica y al mismo tiempo seguir dando paso a la crítica y enormes diferencias sociales e ideológicas de ambos países.

Es para mí muy claro entonces que las bases económicas del escenario más probable indican un mayor entrelazamiento entre ambas economías. Cadenas de suministro cada vez más amplias y complejas, estructuras de capital de las empresas manejadas cada vez con mayor flexibilidad, a pesar de la aparente rigidez de las leyes correspondientes, etc.

Veo flujos económicos cada vez más mayores entre ambos países y fuerzas migratorias/sociales, igualmente cada vez más entrelazadas; cada vez dentro de un marco regulatorio más claro pero sujeto a todo tipo de permisividad e informalidad en las cadenas de suministro y en la migración.

México ya no solo es fuente directa de migración y de mercancías; también es puerta de entrada, muy grande, para el flujo de ambas variables al menos de Centroamérica.

El espejismo chino ya se ubicó en una posición lógica debido no solo a las diferencias ideológicas sino a la geografía. Nunca será equivalente maquilar un producto en México que en China.

Dado todo lo anterior veo muy factible que esta sea la base de la planeación, al menos en cuanto a lo bilateral de lo económico, lo migratorio y lo social.

Las señales de TV seguirán siendo cada vez más abiertas, la integración de idiosincrasia y aspecto sociales igual; las divisas provenientes del comercio exterior entre ambas economías y el flujo de divisas por empleo o residencias de ambos lados de la frontera igual.

Esa es mi apuesta.

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