‘Hunden’ nuevas tasas a juarenses

Ciudad Juárez.— Los créditos más caros y el aumento, aunque menor, de los precios en productos y servicios, hunden cada vez más a los juarenses.

Por un lado, ante los incrementos encabezados por los alimentos y combustibles como el gas, los salarios se van “achicando”, mientras que solicitar un crédito o dar el “tarjetazo” ya no es opción.

Con el reciente aumento en 50 puntos, la tasa referencial alcanzó el 11 por ciento histórico, lo que pega directo a los créditos personales como las tarjetas y los préstamos de nómina. El dinero plástico cuesta cada vez más.

Para “Margarita” Vázquez, una trabajadora y ama de casa de 42 años, completar la despensa cada semana se ha vuelto una labor titánica, pues siempre hay cosas más caras y tiene que priorizar entre un producto y otro, aun cuando éstos estén en oferta.

La madre de dos hijos, de 16 y 18 años, comentó que con su salario como supervisora en una maquiladora y el de su esposo como técnico en otra, apenas sobreviven, y “ni hablar” de las tarjetas de crédito que manejan.

Relató que desde que comenzaron a subir considerablemente los precios decidieron guardarlas y no usarlas, y mucho menos adquirir más, ya que el salario no les alcanzaría para cubrir los pagos.

“Mejor decidimos bajarle al consumo, buscar comprar lo más indispensable y además barato, en oferta, porque pues no se puede así, todo subió mucho y así se ha quedado. Dicen que la inflación aquí ya ha bajado, pero la verdad no se siente, cada semana en el mandado veo todo más caro”, expresó.

Baja no se refleja en los bolsillos

De acuerdo con Isaac Leobardo Sánchez Juárez, encargado del Laboratorio de Economía de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, la tasa de inflación sí ha ido a la baja en los últimos cinco meses en esta frontera, sin embargo no se ve reflejado en el bolsillo de los juarenses porque sigue siendo un alza de precios, menor, pero un aumento.

“Las cosas siguen aumentando, lo que pasa es que la medida de referencia del Gobierno son las variaciones, es decir, qué tanto cambia de un período a otro. De un período a otro lo que vemos es que se está reduciendo esa variación, pero sigue siendo positiva, si fuera negativa estaría todo bien porque quiere decir que lo que se paga por un viaje o una comida bajó de precio”, explicó.

“La única forma de que se vea cierta mejoría sería cuando llegue a un valor de 2 o de 3 por ciento, pero aun ahí, como es positivo, período tras período, seguirían los aumentos en los precios”, mencionó el experto.  

Enero cerró con una inflación general del 6.98 por ciento, con lo que hiló cinco meses en desaceleración, es decir, que sí aumentaron los precios pero en menor proporción.

Después del 10.18 por ciento que se alcanzó en agosto del año pasado, en septiembre bajó a 9.37, en octubre a 8.67, en noviembre a 7.91 y diciembre 7.19 por ciento, indican los datos del Inegi.

Hogares con menos ingresos, los más afectados

El experto destacó que el incremento en los precios de los bienes y servicios en el país ha afectado más a los hogares con menores ingresos.

Aquellos con menores recursos dedican una mayor proporción del gasto al consumo de productos básicos, que muestran mayores incrementos en precios, mientras que gastan menos en cuidados de la salud o educación, dijo.

Por ser una referencia para los bancos comerciales, la tasa de interés del Banxico encarece todos los nuevos créditos: personales, automotrices, de vivienda, tarjetas, empresariales y de Gobierno.

De acuerdo con el presidente local del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Alejandro Sandoval Murillo, el alza de la tasa –que ha estado en aumento desde mediados del año pasado– impacta a los nuevos créditos y los ya existentes con tasas variables.