Disfruta Óscar Jiménez su etapa de titular con América

Ciudad de México— En 2016, el Chapecoense sufrió una tragedia que estremeció al mundo, Leicester City tiró las apuestas al ganar la Premier League, Lionel Messi renunció a la Selección de Argentina y los Cachorros de Chicago conquistaron la Serie Mundial tras 108 años.

También, en diciembre de ese año, el chihuahuense Óscar Jiménez llegó al América.

En un club en el que la paciencia es tabú, el portero resistió seis años por su oportunidad como titular.

"Si me tocaba un partido o dos trataba de hacerlo lo mejor que fuera porque sabía que tenía poco margen de error y pocas oportunidades", dijo a CANCHA, de cara a la visita de hoy contra Santos.

Jiménez, ya de 34 años, aguardó a la sombra de Agustín Marchesín y luego de Guillermo Ochoa, seleccionados de Argentina y México. No lo quebró la espera. Su esposa, la actriz Mariana Echeverría, fue uno de sus bastiones, tal y como lo es ahora su hijo Lucca.

En seis años como suplente, apenas jugó 13 partidos de Liga MX. La inactividad es veneno para el futbolista. En promedio, jugó dos partidos de Primera División por año, así que en 180 minutos se jugaba parte de la permanencia en el Nido; eso lo preparó para la titularidad.

"Ahora cambia un poco la presión, y es normal, pero también sentía esa presión cada vez que me tocaba jugar porque tenía que hacerlo mejor que el que estaba jugando. La gente no iba a entender que un portero necesita ese ritmo, necesita esa regularidad", confesó.

Quizá la resiliencia de Jiménez se remonte a su niñez, cuando se mudó de su natal Chihuahua a Ciudad Juárez, en donde en 2008 fichó para los Indios, con toda la problemática social incluida en el paquete.

"Era un miedo salir de casa, el toque de queda a las seis de la tarde, si bien entrenábamos en la mañana, la ciudad estaba vacía, la afición tenía miedo de ir al estadio", recordó.

Jiménez sacrificó la regularidad que comenzaba a tener en Lobos BUAP o Jaguares por el América, el club de sus amores, que se tardó en corresponderle.

"Hay que vivir el presente, trabajar día con día porque todo esto se puede ir.

"Me costó mucho estar acá, así que voy a trabajar día con día para aferrarme", advirtió.

El América y Óscar Jiménez tienen un vínculo más allá de lo laboral: ambos nacieron un 12 de octubre.

Destaca presión de jugar en las Águilas

Julio González en Pumas, Sebastián Jurado en Cruz Azul y Antonio Rodríguez en Chivas... Los clubes grandes están repletos de historias de porteros que esperaron años por la titularidad, que muy pronto se les escurrió de los guantes.

En América, no sólo los guardametas comparten dicho pesar.

"Un ingrediente más en América sería la personalidad porque no cualquiera puede portar estos colores y se ha visto: llegan jugadores, se van, pero creo que el América no está hecho para todos, así que los que estamos acá sabemos qué significa, damos la vida por este club y queremos levantar la 14", comentó a CANCHA.

Jiménez es admirador del portero italiano Gianluigi Buffon, de la música de Luis Miguel, del golf y la cocina. La titularidad en la portería del América le llegó a una edad en la que jugadores de campo analizan el retiro.

"Creo que si bien tengo 34 años, me siento muy bien. Creo que esa madurez de la familia, de estar estable, que mi esposa (la actriz Mariana Echeverría) me apoya muchísimo, entonces creo que para un portero el tener esa tranquilidad en tu cabeza, que es lo más difícil, le hace bien.

"Ahora que mi hijo puede ir a los estadios, el saber que está ahí, que me enseñan videos, es lo más bonito, poder decirle que estuve ahí, luché, que su papá no tuvo miedo al éxito ni miedo a los retos y poder verlo, imagínate, estar abajo conmigo, festejando, sería de los momentos más felices que podría pasar", atajó Jiménez, quien hoy ante Santos apenas jugará su partido 17 en Liga MX con el América.