Deportes

Del diamante a la inmortalidad

El exbeisbolista Antonio Barrón es una de las seis personas que serán entronizadas el próximo miércoles al Salón de la Fama del Deportista Juarense

Eduardo Morán / El Diario

lunes, 18 noviembre 2019 | 06:00

Alfonso Ocón / El Diario

Desde muy niño ya pisaba los diamantes de beisbol de las ligas infantiles de Juárez y entonces soñaba con ser jugador profesional, sueño que vio cumplido a los 20 años, pero lo que no imaginaba Antonio Barrón era que un día sería inmortalizado en el Salón de la Fama del Deportista Juarense, lo que se hará una realidad este miércoles 20 de noviembre.

El pasado 30 de agosto, después del mediodía, Barrón recibió de parte de su abuelo la noticia de que su nombre había sido uno de los más votados en la elección de los nuevos inmortales, noticia que compartió con familiares y amigos, al tiempo que había una cierta incredulidad mezclada con una fuerte emoción.

“De hecho, para ser sincero no pensé que tuviera el currículum para llegar a estar en el Salón de la Fama. Nunca lo pensé. Claro, nunca piensa uno eso, nada más juegas y das lo mejor que puedes, pero ya viendo los recuerdos, con los recortes, con todo lo que se juntó para poder mandar todo al Salón de la Fama, pues se da uno cuenta de que si hizo algo, se hizo algo dentro de la carrera beisbolística”, mencionó Antonio Barrón.

“Y eso es una satisfacción propia, que ya no la había sentido hace mucho tiempo porque pues nada más va uno a jugar y te diviertes. Yo tengo retirado del beisbol cerca de 14 años, sin saber nada del beisbol, pero regresar a esos momentos es muy bonito”.

-¿Cuántos años jugó beisbol?

“Desde los 4 años hasta los 35 años estuve dentro del beisbol, empezando con Moyotes, Hormigas, en las diferentes ligas. Aquí estuve en la Niños Héroes, ahí fue donde empecé, de ahí fui a la Basaseachi, después a la Villahermosa, a la Miguel Zaragoza, estuvimos jugando en la Liga Satélite, puedo decir que casi todas las ligas, otros torneos también en la Carlos Amaya, pues recorriendo todas las ligas de la ciudad”.

-¿Qué posición jugaba?

“Cátcher. De hecho en los infantiles lo mueven a uno en diferentes posiciones, a mí me gustaba mucho el pitcher, entonces sí piché, de hecho tuve cinco juegos sin hit ni carrera en las categorías infantiles, uno en un estatal, uno en un nacional y los otros tres aquí en las infantiles. Sí me gustaba, me gustaba pichar, pero la dinastía no me dejó y regresé a ser cátcher”.

-¿Cuál es el momento que recuerda con más satisfacción?

“Yo pienso que la vez que ganamos el Nacional en Poza Rica, Veracruz, en la categoría infantil, 12 años.

No éramos el equipo a vencer, era Monterrey. Logramos llegar a la final, de hecho la final no fue contra ellos, nosotros en la semifinal sacamos a Monterrey, que eran los favoritos. Y logramos sacar el campeonato”.

-¿Cuál era su sueño de niño?

“Como beisbolista era, como todos, llegar a jugar profesional. De hecho jugué profesional para los Diablos del México. Esa oportunidad me la dio ‘Peluche’ Peña, que vino a hacer un tryout aquí en Juárez, entonces de ahí yo fui el único escogido de la ciudad para ir a participar con el equipo de los Diablos de México, que es una sucursal de los Piratas de Pittsburgh, y fui cuando tenía 20 años”.

-¿Fue fácil salir de la ciudad a los 20 años?

“No, no, no. Es totalmente diferente, dejar la familia, dejar todo, en ese entonces el trabajo, es difícil, pero si quieres cumplir un sueño tienes que arriesgarte y dejar un poco de las cosas que tienes a la mano”.

-¿Qué le ha dejado el beisbol en su vida?

“El beisbol, como todos los deportes, es bien competitivo, yo creo que gracias a ello siempre se quiere uno superar en cualquier cosa. Yo pienso que es una de las cosas más grandes que me deja el ser deportista, que todas las cosas que uno hace las quieres hacer lo mejor posible”.

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