De atleta, exigía; de dirigente, ignora

Monterrey.- Ana Gabriela Guevara fue una de las mejores atletas en la historia de México, pero como funcionaria pública en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha puesto en contra de los deportistas y de lado de directivos señalados por corrupción.

En su etapa de atleta élite, la ahora titular de la Comisión Nacional del Deporte, fue combativa y nunca quitó el dedo del renglón al exigir apoyos y la formulación de proyectos a largo plazo a las autoridades del Comité Olímpico Mexicano, a la Conade y a la Federación Mexicana de Atletismo.

"El presidente (Vicente Fox) destacó la presencia de la mujer mexicana a nivel internacional y nos exhortó a seguir echándole ganas, pero creo que de ganas ya estamos un poquito cansados, lo que hace falta es apoyar (más al deporte)", dijo en el 2001.

La medallista de plata en los Juegos Olímpicos Atenas 2004 pasó a ser la primera mujer en dirigir el deporte nacional endiciembre del 2018, pero su romance con el deporte mexicano duró poco.

A los seis meses de su gestión, Guevara empezó a lidiar con múltiples quejas de deportistas, fue cuestionada por cuatro investigaciones por posibles actos de corrupción en la Conade, recortó becas y jamás presentó un plan de trabajo (anual o sexenal) con metas y objetivos, situación que ella exigió a diferentes autoridades como atleta activa.

Guevara también ha tenido como sello principal en su administración sus constantes pleitos con presidentes de federaciones deportivas nacionales (boxeo, atletismo, tiro con arco, pentatlón moderno y ciclismo, entre otras) y con atletas élite, como el caso de la campeona mundial de raquetbol, Paola Longoria.

Pese a que Kiril Todorov fue desconocido por la World Aquatic como titular de la Federación Mexicana de Natación (por no seguir los reglamentos internacionales), y a quien se le sigue un proceso de peculado millonario en perjuicio de la propia FMN, la titular de la Conade jamás ha dejado de respaldarlo.

Guevara le quitó las becas a los nadadores en su trayecto a los Juegos Olímpicos Tokio 2020 (2021) y después condicionó a clavadistas y al equipo de natación artística a que dieran su respaldo a Todorov.

Al no acceder, Ana actuó y dejó sin becas a todos los deportistas acuáticos y sin su sueldo a sus entrenadores.