Abre sus Alas

Ciudad Juárez— En noviembre del año pasado firmó un contrato con los Pericos de Puebla de la Liga Mexicana de Beisbol, pero cuando apenas empezaban con los entrenamientos de pretemporada, el beisbolista fronterizo James Cubillos, y el resto del equipo, fueron enviados a sus hogares debido a la contingencia sanitaria.

A finales de febrero pasado, poco a poco se integraron los peloteros de los Pericos a las prácticas de pretemporada, entre ellos Cubillos, que junto a 58 jugadores más, se disponía a encarar primero la pretemporada y después la campaña 2020 de la pelota profesional mexicana de verano.

“Tengo un contrato con ellos, lo firmé en noviembre”, dijo Cubillos vía telefónica desde su casa. “Pero nos mandaron de regreso por lo del coronavirus, así es que por ahora estamos nada más esperando que nos hablen para regresar”.

Así, una vez que pase la contingencia y la actividad deportiva reinicie, el jugador nativo de El Paso volverá a Puebla para pelear por un lugar en el roster de los Pericos.

La historia de Cubillos en el beisbol, que por ahora lo tiene como parte de un equipo profesional, inicia desde que él era muy chico, pues a los tres años de edad ya manifestaba su gusto por el llamado ‘rey de los deportes’.

“A los tres años empecé en El Paso. Desde que estaba chiquito me dormía con mi guante y con mi bat”, recordó Cubillos, quien es egresado de la Americas High School.

“A esa edad veía a mi papá jugar softbol y desde entonces me gustó el beisbol y la verdad me enamoré del deporte.” A invitación de Gil Armendáriz, del equipo Brujos, el año pasado James tuvo su primera experiencia en el beisbol de Ciudad Juárez, tanto con el equipo hechicero en el Campeonato Regional como con los Indios en el Estatal.

— ¿Cómo fue tu experiencia en el beisbol de Juárez?

“Una experiencia muy buena para mí porque además aprendí mucho español, y disfruté cuando estaba jugando con mi equipo, con un ambiente muy bueno”.

— ¿Qué te ha parecido el beisbol que se juega en Juárez?

“Me encantó, el ambiente también, los aficionados, es muy diferente de Estados Unidos cuando yo estaba en colegio, porque acá apoyan mucho a los jugadores y me encanta jugar ahí”.

A los tres años empecé en El Paso. Desde que estaba chiquito me dormía con mi guante y con mi bat”.