Sergio Pacheco González
Analista
Inicia un año nuevo. Un ciclo temporal al que en ocasiones se le atribuyen posibilidades y capacidades que sólo parcialmente pudieran ser reales, en tanto se cuente con la información y se esté en condiciones de aprovecharla en beneficio propio y de la colectividad.
En otro ámbito, más personal, se ha caracterizado por ser el momento en el que se plantean propósitos, usualmente abandonados u olvidados conforme transcurren las semanas y los meses, para ser retomados cuando el ciclo se renueva.
No obstante, como indica el refrán, la esperanza es lo último que se pierde y por ello no es inviable plantear nuevos o reiterados propósitos y deseos para el año que inicia.
Así, frente a los problemas y las deficiencias persistentes, es deseable se den visos de atención de manera planificada y sistemática, de manera tal que permitan observar sus avances y la clara intención de modificar las condiciones prevalecientes. En este sentido, se desea que los recursos acumulados en el Fideicomiso de Puentes Fronterizos de Chihuahua cumplan con su “fin primordial de financiar y administrar la rehabilitación o desarrollo de infraestructura en beneficio de la población de Ciudad Juárez, Chihuahua”.
Que la disminución del impuesto sobre la renta (ISR), del impuesto al valor agregado (IVA), del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) y el incremento al salario mínimo cumplan con el propósito de estimular la inversión, generar empleos mejor pagados y mejorar el nivel de bienestar de la población juarense.
Se desea que la política de seguridad pública y la procuración de justicia, profundicen en las causas de todo tipo de violencia, que se minimice la pérdida de vidas, se abata la impunidad y se salvaguarde la vida de hombres y mujeres, el patrimonio de las familias y de las empresas. Que las escuelas dejen de sufrir robos y se regularice la tenencia de vehículos ingresados al país de manera irregular, estableciendo los justos procedimientos de manera tal que la práctica irregular sea desalentada y sus promotores y principales beneficiarios sean sancionados.
Que el propósito de brindar seguridad a la población fortalezca la prevención, al tiempo que frene y revierta las tendencias presentes en la pérdida de vidas por feminicidio y juvenicidio. La extorsión y el secuestro sucumban y prevalezca el respeto a los derechos humanos, privilegiando la vida.
El deseo de que los concesionarios del transporte público de pasajeros por fin cumplan sus reiteradas promesas y ofrezcan su servicio con autobuses nuevos, cómodos y dignos de sus usuarios y usuarias. Que los conductores de sus vehículos respeten los límites de velocidad y conduzcan atendiendo las medidas preventivas, disminuyendo las colisiones con otros usuarios de la vialidad y los atropellos, condiciones que deben cumplir también los conductores de transporte especial, dedicados al traslado de personas contratadas en la industria maquiladora.
Que las inundaciones recurrentes tengan solución, los socavones se adviertan y el personal de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento cuente con los recursos para realizar las medias preventivas. Se planeen las obras y se cuente con los medios para la introducción del drenaje pluvial, se recubra la acequia paralela al bulevar Juan Pablo II y se construya el acotamiento que minimice los riegos de incidentes viales.
El propósito de contar con alumbrado público se consolide restableciendo la capacidad existente y ampliando su cobertura a las zonas de la ciudad donde aún es inexistente. Que su cumplimiento no represente el endeudamiento de las arcas municipales y por lo tanto la desatención de otras necesidades de la ciudadanía, es un deseo compartido y expresado por diversos sectores.
Lograr una mejor seguridad vial, es una tarea compartida por las autoridades y la ciudadanía. Destinar mayores recursos a labores preventivas, es una necesidad evidente. Los incidentes viales reiteran una y otra vez, que el factor humano es su principal causante. Sancionar es una atribución de la autoridad y una medida que pretende inhibir la reiteración de los actos indebidos. Además, los recursos humanos y el equipo de transporte con los que cuenta la Dirección General de Tránsito son insuficientes para una improbable e indeseada vigilancia de cada intersección y cada tramo de vialidad.
El respeto por la vida de las demás personas y por la vida propia, en nuestras interacciones cotidianas es un buen propósito, que, presente en autoridades y ciudadanía, beneficiaría a todas y todos.