Opinion

AMLO y El Paso: un análisis

Gerardo Rodríguez Jiménez
Periodista e Investigador Académico

2018-12-01

El Paso— Los mexicanos de la frontera y el mundo que apoyaron a Andrés Manuel López Obrador desde su primera contienda por la Presidencia de México en 2006, ahora ven su deseo hecho realidad. Después del hartazgo popular por tanta muerte, desigualdad, corrupción y robo, México tiene un nuevo presidente de izquierda, y con ello renace una nueva esperanza; como también nuevas preocupaciones.
Aunque después del discurso de AMLO todo sigue en relativa paz, se percibe una calma nerviosa. La realidad es que, debido a las recientes presiones migratorias, intereses económicos encontrados, filosofías opuestas, geopolítica dominante colonizadora y sentimientos nacionalistas en ambos lados de la frontera, el clima binacional entre EU y México está mas tenso de lo normal.  
Históricamente los intelectuales de El Paso han apoyado los movimientos antielitistas y revolucionarios opositores en México desde el extranjero, y siendo fieles a esta tradición, muchos de ellos también celebran hoy. Más de cien paseños de todos los sectores y géneros: activistas, académicos, intelectuales, trabajadores, inmigrantes, estudiantes, etc. –con excepción de uno que otro empresario– se reunieron en la plaza de El Paso el año pasado, cuando AMLO aún no arrancaba su candidatura de manera oficial, para apoyarlo con entusiasmo en el inicio de su gira estadounidense. Hasta el alcalde de El Paso, Dee Margo, atendió el sábado la toma presidencial mexicana, siendo que su homólogo de Juárez no fue.
En su discurso inicial, la pasión se desbordó en aplausos cuando AMLO agradeció la presencia de Evo Morales, presidente y líder indígena boliviano, nada extraño siendo que es considerado un gran orador. Sin embargo, algunos economistas e historiadores fronterizos son más cautelosos en su análisis: “AMLO ha prometido muchas cosas, pero no ha dicho cómo piensa llevarlas a cabo específicamente”, señaló el catedrático Tom Fullerton a El Diario de El Paso.
Por su parte, AMLO aseguró ayer que a partir de enero habrá zona libre en la frontera: bajará el IVA y doblará el salario mínimo, dijo, más los efectos económicos de tales decisiones y los detalles específicos aún están por conocerse.
Recientemente hubo también elecciones en EU, en donde los republicanos perdieron la mayoría del Congreso, un revés al presidente Trump, entonces el contexto político binacional de inicio para AMLO es un poco más favorable que antes, cosa que puede cambiar si Obrador, quien se ha centrado más en su discurso en los últimos años, empezara a tomar decisiones que la derecha extrema de EU pudiera percibir como peligrosas. Desde luego, de igual manera siempre hay que ser vigilantes de los movimientos de la supremacía blanca mundial, que ahora está a la vista abierta y descaradamente.
Estamos ante el inicio de un nuevo sexenio en México, un triunfo popular izquierdista que no sucedía desde 1934 y que es refrescante para muchos mexicanos, hartos de lo mismo después de vivir décadas de desilusión y que, debido a la desigualdad, la pobreza, los asesinatos, los secuestros, la impunidad, la corrupción y el miedo persistentes en México, miles de nosotros, y quienes amamos nuestra tierra, hemos optado por emigrar hacia el Norte en búsqueda de mejores condiciones sociales, oportunidades económicas, seguridad y trabajo.
Un discurso es un discurso, y AMLO lo hace muy bien, pero los retos son enormes, y desde la frontera recordaremos con interés su promesa de someterse a una evaluación objetiva en dos años y medio para decidir si sigue o no en su cargo público, y si su presidencia es lo que realmente le conviene a los intereses del país, como nos prometió.

grj@diariousa.com

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