Francisco Ortiz Bello
Analista
El extraño fenómeno migratorio que han protagonizado miles de centroamericanos, principalmente hondureños, y que ha mantenido una amenaza permanente en varias ciudades fronterizas, entre ellas la nuestra, parece estar llegando su fin.
Con la deportación de casi mil migrantes, más el retorno voluntario de otros 9 mil en días recientes, 2 mil que han solicitado al Gobierno mexicano el apoyo para regresar a su tierra y otros 7 mil que lo han hecho por su cuenta, la fuerza que habían cobrado como movimiento social empieza a perderse, a diluirse, a debilitarse.
Sin embargo, aun no se puede decir que el riesgo está conjurado completamente. Me refiero al riesgo de una llegada masiva de migrantes –casi equiparable al de una invasión–, con todas las consecuencias nocivas de algo así. Pero también al riesgo que implica satisfacer la demanda de los que siguen adelante, y de los que, finalmente, decidan quedarse en territorio mexicano. En cualquiera de las ciudades fronterizas a las que lleguen.
¿Cuál es el escenario que se percibe “riesgoso”? Bueno, más allá de valoraciones xenofóbicas o racistas, en realidad un invitado que no fue invitado a la comida, para decirlo coloquialmente, siempre quitará algo de alimento a los que sí fueron convidados, aunque esta sea una manera un poco brusca y hasta un tanto mezquina de decirlo, la realidad es esa. Siempre quedaría el recurso muy tradicional en México, de “echarles más agua a los frijoles”, pero con eso de que algunos desprecian ese platillo, más vale reconsiderar la postura.
Pero ese ejemplo, el del invitado no invitado, es soló una manera de hacer más gráficos y tangibles los riesgos que implica una gran cantidad de migrantes centroamericanos en nuestra ciudad. Sin empleo, sin dinero y con grandes carencias o problemas de salud, estas personas demandarán –en grandes cantidades– toda clase de servicios, atenciones y, por supuesto, alimento, con todo lo que una situación así implica.
Por eso es que tanto el presidente municipal Armando Cabada como el gobernador del estado Javier Corral han tenido que considerar responsablemente las eventuales ayudas y apoyos que este grupo de personas requerirá. Estamos hablando estrictamente de apoyo humanitario, que no se le puede regatear a nadie, y menos negar.
Pero habrá que ser muy realistas, de los que aún continúan su marcha hacia la frontera de México con EU, unos 6 mil se calcula, algunos llegarán a Ciudad Juárez sin duda alguna. Y de esos que finalmente lleguen a nuestra ciudad algunos se quedarán o querrán quedarse a vivir aquí, ¿Cuántos? Imposible saberlo, pero ocurrirá y más vale estar preparados para ello, tanto autoridades como sociedad.
En este contexto, el programa de información a migrantes desarrollado y ejecutado por el Instituto Estatal Electoral de Chihuahua cobra una gran relevancia, ya que se trata de que, a través de proporcionarles toda la información relativa a su estatus legal, social y humanitario, los migrantes estén en mejores condiciones de decidir sobre su futuro, conozcan sus derechos, los principales riesgos que enfrentan, así como las instancias que pueden acudir en su apoyo, tanto nacionales como internacionales.
El presidente consejero del IEE, el ingeniero Arturo Meraz, ha realizado presentaciones de este programa en distintas ciudades de EU, y por supuesto también en esta frontera. El objetivo central es brindarle al migrante toda la información relativa a su condición y situación, para que eviten en la medida de lo posible, malos tratos, accidentes o de plano violaciones claras a sus derechos, pero también para que valoren adecuadamente el nivel de vulnerabilidad en el que se encuentran.
El pasado martes en la Casa del Migrante de esta frontera Arturo Meraz presentó un foro de información ante poco más de 200 migrantes que acudieron al evento. Lo acompañó la licenciada Eunice Rendón, una mujer que es toda una autoridad nacional en el tema. Tuve la oportunidad de entrevistar a ambos en mi programa de radio Vox Populi 860, confirmando los dos la necesidad de este tipo de programas y eventos. La información es vital para los migrantes en su crítica situación de alta vulnerabilidad.
Bien por el IEE incursionando en temas de alta sensibilidad y que, con la estrategia y anticipación adecuadas, se puede reducir de manera importante sus efectos nocivos. Ahora queda la pregunta: como sociedad, ¿estamos preparados?