Opinion

Exdueños del pueblo persiguen sigla ganadora

LA COLUMNA
de El Diario

2018-11-16

• Exdueños del pueblo persiguen sigla ganadora

• Es recibida Mayra Chávez en filas de AMLO

• La exhibición de caídos en el Cerecito

• Obligado Corral a aceptar muerte de Patrick

El 2021 corre con prisa de velocista. Llegó el trascendido que José Reyes Baeza anda buscando acercamiento con liderazgos nacionales del partido de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) porque el PRI ni con oxígeno prestado tiene esperanzas de recuperar aire en el año y medio que resta para fijar proyectos sucesorios serios.
“No pasa de rumor”, nos dicen los generales baecistas, pero las llamadas telefónicas y las solicitudes de audiencia hacia los nuevos del jefe de Los Pinos aparecen en distintas bitácoras. Sigue en ese contexto repitiéndose el nombre del baecista Marco Adán Quezada como posible futura adquisición morenista.
Aducen baecistas que los mensajes ciertamente van y vienen pero todavía no en carácter institucional sino a nivel individual; es decir, personajes particularmente de Morena se han arrimado a actores del baecismo para ir abriendo brecha y tratando de generar compromisos desde ahora. Es lógico que también haya sido a la inversa.
En ese sentido estaríamos hablando del propio exgobernador Reyes, de su aliado Alejandro Cano, por el lado tricolor; por el lado morenista de Juan Carlos Loera, de Martín Chaparro, de Cruz Pérez Cuéllar. En medio de todos algún duartista como Enrique Serrano y hasta el exprecandidato a la alcaldía de Chihuahua, Ricardo Boone.
El mismo ejercicio es llevado a cabo por operadores de la alcaldesa panista de Chihuahua, María Eugenia Campos; el independiente, Alfredo “El Caballo” Lozoya y unas muy leves asomadas del también independiente Armando Cabada, visto bastante cerca de Loera.
Aunque es gobernador y su influencia es indiscutible, Javier Corral no figura en ese entramado. Ha intentado por todos los medios crear un buen ambiente con AMLO pero tiene perdida la credibilidad tanto con el presidente electo como con sus operadores, salvo Loera que por necesidad institucional debe continuar la relación.
Visto así el contexto blanquiazul, Corral se convierte en pasado, gobernador sí pero sin expectativas de quedar en posibilidades de heredar la silla porque no preparó terreno para nadie, ni logró las alianzas con el nuevo partido federal en el poder al que hoy todos buscan. Queda en el PAN firme Maru, considerada el futuro de ese partido y también deseosa de conseguir todos los apoyos posibles, así sean morenistas.

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No sabemos si en el mismo contexto del tema anterior –da la impresión que sí- pero el licenciado Serrano ya colocó una pieza importante por las trincheras externas de Morena, su ahijada Mayra Chávez es ahora la coordinadora en Juárez del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, el proyecto de Andrés Manuel López Obrador para tratar de desperezar y poner a chambear a los ninis.
A través de ese programa “vincularemos a nuestra empresa a jóvenes con deseos de impulsar su aprendizaje e iniciar una carrera dentro de la industria. Bienvenida a esta tu casa”, le dice Eduardo León en su Face a la exdiputada local y expresidenta del PRI municipal en esta frontera.
Apenas fue ayer cuando Mayra mostraba en su cuenta de Twitter su más profunda indignación por el presidente electo López Obrador que reaccionó con un besote ante una pregunta incómoda lanzada por una reportera.
“Qué ocurre en nuestro país cuando el presidente electo soba, les dice corazoncito y besa sin su consentimiento a las mujeres, específicamente a las periodistas?”, preguntó. Fue nomás a una periodista pero ella prefirió el plural acaso para impresionar con el énfasis.
No sabía seguramente la exdiputada que su padrino el excandidato a la gubernatura, exalcalde y expresidente municipal (todo en tiempos de César Duarte), Enrique Serrano, estaba tomando velocidad en su relación con algunos operadores morenistas de buen nivel y que ella terminaría tan pronto en el equipo del gobierno electo.
Fuera de ese detalle, la revelación sobre las negocias entre ambos equipos PRI-Morena y algo de esas molestas contradicciones a las que todo ser humano se enfrenta en la vida (cacayacas que luego deben ser olvidadas por cambio en las conveniencias), todo lo demás está bien.
Mayra es bastante movida y conoce bien el mundo territorial electoral, que al final de cuenta es lo que se requiere para esos puestos. Si como plus consigue que los ninis trabajen, recibirá mil aplausos.

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Qué casualidad tan misteriosa, ahora quien cayó en el Cerecito ha sido el jefe de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Juárez, Adolfo “Fofo” Castro Jiménez. Extraoficialmente nos dicen que el reporte de Tránsito habla de conducción “errática” del vehículo que manejaba el jueves a las siete de la tarde por la Paseo Triunfo y más o menos Plutarco Elías Calles. Segundo grado de ebriedad llevaba entre pecho, espalda y cerebro.
Hace unos días le tocó “la de malas” al director del Fideicomiso de Puentes Fronterizos, el panista Sergio Alejandro Madero Villanueva. A este lo agarraron cerca de la medianoche casi golpeando el alcoholímetro el tercer grado. Ambos potenciales peligros al volante, en la parte más seria de los hechos.
Sergio Almaraz, el nuevo jefe de Tránsito, ha confesado entre los suyos su enemistad con el amarillismo y la exposición “innecesaria” de vidas y honras, pero la misteriosa casualidad es que los apellidos de Madero y Castro fueron a parar a los medios informativos antes siquiera que les fueran leídos sus derechos en el frío Cerecito. ¡Será la expertise adivinadora de los periodistas!
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El gobernador fue criticado ayer por chihuahuenses que –sin denostar la gravedad del asesinato del turista estadounidense Patrick Braxton– se sintieron dolidos por el interés que ha manifestado el gobernador en este caso cuando el territorio chihuahuense está lleno de cruces por la violencia.
“No distinguimos el valor de la vida entre las personas, pero es claro que cuando se atenta contra personas inocentes, que nada tienen que ver con los grupos delincuenciales o las disputas entre bandas criminales, esos casos de personas buenas, deben ser vistas como una prioridad y jamás deben quedar impunes”, asentó Javier Corral en la publicación que admitió la muerte del joven norteamericano.
Las críticas se concentraron entonces en recordar al mandatario decenas de casos que en la entidad siguen impunes.
Entre ellos el homicidio del líder de Coparmex en Parral, Uriel Loya, la desaparición del doctor Blas Juan Godínez y cientos más que permanecen en la impunidad.
El asesinato del estadounidense Patrick Braxton no es cosa menor. Sitúa al estado en la mira internacional, con severos impactos para el turismo, pero principalmente para la buena imagen que el Gobierno del Estado busca proyectar.
Es por eso que el gobernador Corral se vio obligado a reconocer el asesinato y hasta señalar a un capo de la droga como responsable a pesar de que hasta ayer no existía ni un solo indicio del cuerpo, ni los resultados de los análisis de las muestras de ADN que fueron tomadas a familiares.
La aceptación del homicidio por parte del gobernador obedece al riesgo de tensión en las relaciones con los vecinos del norte.
En ese escenario, la prioridad para la Fiscalía es encontrar el cuerpo y lograr la captura del presunto responsable apodado “El Chueco”. Es la única forma en la que se avizora calmar las aguas en medio del anuncio de familiares y amigos de Patrick de iniciar a la brevedad acciones en una cruzada en busca de justicia.
Si el gobernador hubiera hecho su trabajo en la Sierra desde que tomó protesta nada de esto hubiera pasado. Su imagen no estaría recibiendo la andanada que sufre. Evidentemente policías ministeriales y de la Comisión de Seguridad bajo su mando trabajan para el crimen organizado... ¿o qué hacen entonces allá sus destacamentos si los cárteles dominan toda la región?

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