Opinion

La caravana migrante

Sixto Duarte
Analista

2018-10-22

De acuerdo con nuestra historia, México ha sido siempre un país solidario con la población inmigrante. Desde el momento de la Conquista, misma que dio paso a la Colonia, hasta el día de hoy, México se ha distinguido por ser un país que se caracteriza por su hospitalidad en el contexto internacional. Los motivos de los diversos flujos migratorios, atienden principalmente a las distintas coyunturas históricas que se han dado en diferentes partes del mundo. Es vocación de México, desde hace siglos, ser un país fraterno con el mundo.
Afirmo con tal contundencia esta aseveración, pues desde el momento que Hernán Cortés pisó territorio de lo que hoy es México, los nativos de las zonas que encontró a su paso, mostraron hospitalidad ante la creencia que presenciaban la visita de una deidad, de acuerdo con lo que establecían sus profesías. El mestizaje de la población de nuestro país tiene como causa, la enorme cantidad de migración española que se asentó en México por más de tres siglos.
Durante la época del Porfiriato, México recibió población proveniente de Europa que venía a nuestro país a “hacer la América” buscando mejores condiciones de vida. México, igualmente fue siempre receptivo. La diáspora judía tuvo como destino nuestro país desde antes que se iniciara la persecución por parte del régimen nazi. Los judíos, al igual que las distintas minorías encontraron en México un lugar al cual podían llamar hogar. De igual forma, mientras se desarrollaba la guerra civil en Líbano, miles de libaneses emigraron a México y empezaron desde cero en su nueva patria.
Miles de españoles llegaron a México a partir de la Guerra Civil española. Cuando se le preguntó al presidente Cárdenas cuántos españoles estaba dispuesto a aceptar en México, dijo que a todos. Cárdenas, como simpatizante de la República Española, abrió las fronteras para todos aquellos que desearan venir aquí. El exilio republicano encontró en México una nueva oportunidad de vivir. Destaco en este capítulo de la Historia a “Los niños de Morelia”. Ya no hablemos de la recepción de Leon Trotsky en nuestro país.
Siguiendo en el plano internacional, México fue el único país del hemisferio en oponerse a la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos, misma que era impulsada por Estados Unidos y los intereses de ese momento. El resto de los países se doblegaron ante el Imperio, mientras México, con toda dignidad, tomó partido por un país con el cual se comparten lazos históricos y geográficos. Lo mismo sucedió al interior de la Liga de las Naciones, pues México condenó la invasión de Italia a Etiopía y por ese solo hecho, Etiopía mantuvo su posición en dicho organismo.
El mundo tiene una enorme deuda con México en estos temas. A partir de la conducción de una política exterior digna y soberana, México pudo ser hogar y refugio de quienes en los momentos más complicados de su vida, no encontraban donde morar, encontrando aquí, las oportunidades que se les negaron en sus países de origen, abonando de paso a la pluralidad cultural de este país. El mundo, por otro lado, jamás ha sido solidario con México en el mismo tema, pues nuestros migrantes son maltratados, principalmente en la frontera que compartimos con Estados Unidos.
Desafortunadamente, a partir del gobierno de Ernesto Zedillo, la conducción de la política exterior de México ha sido principalmente entreguista e indigna, volteando siempre al norte, esperando no incomodar aunque ello implique renunciar a valores nacionales. Refiero a esto por los acontecimientos recientes respecto a la caravana migrante. Bastó una amenaza del presidente Trump obligando a México a detener dicha caravana en sus fronteras, para que el Gobierno mexicano, atento a esa instrucción, la acatara para no incomodar a los vecinos.
Si bien estoy de acuerdo en que no es asunto de México el resolver las causas que originaron dicha caravana, tampoco considero que lo óptimo sea envolverse en la bandera de la solidaridad, y abrir la puerta a todos los inmigrantes centroamericanos en México. Si supuestamente el país está como dice López Obrador que está, no nos encontramos en condiciones de satisfacer las necesidades internas, mucho menos de solventar las externas. Considero que hay otras maneras de apoyar, pero en un momento de crispación política como el que vivimos, con incertidumbre respecto al destino de las inversiones en el corto plazo, abrir la frontera representaría un problema, tanto para México como para quienes decidan venir.

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