Opinion

El desgaste de gobernar

José Ignacio Gallardo
Analista

2018-10-16

Gobernar desgasta, eso es un hecho. Es algo que la mayoría de los políticos mexicanos experimenta. Este fenómeno político se da en todos los ámbitos y a todos los niveles. Sin embargo, hay unos casos más dramáticos que otros. Sólo basta observar el caso del gobernador de Chihuahua, que experimentó altos niveles de desgaste al poco tiempo de gobernar. El caso de Javier Corral Jurado es emblemático, resulta interesante y revelador ya que hasta los ciudadanos y organizaciones que lo apoyaron cuando intentaba ser gobernador, ahora lo repudian y lo condenan de manera pública.
Tal es el caso de la marcha convocada en la capital del estado y frente al propio Palacio de Gobierno del Estado. Figuran entre los convocantes, algunas organizaciones sociales como Unión Ciudadana, que en su momento impulsaron y hasta apadrinaron políticamente los inicios de campaña de Corral en su segundo intento por ser gobernador del estado. Uno de los que encabezaban el contingente es el reconocido abogado y activista Jaime García Chávez, quien es uno de los líderes que estuvieron muy cerca de Javier Corral cuando el ahora gobernador más lo necesitaba. Pero fiel a su costumbre, Corral también traicionó al abogado García Chávez y a la lucha que ambos encabezaban e impulsaban. Defraudando la confianza de quienes le apostaban a un cambio verdadero. Se ha defraudado a los que querían justicia verdadera, no venganzas personales y justicia selectiva.
Es por eso que García Chávez, de ser uno de los más cercanos apoyadores de la causa corralista se ha convertido en uno de los más acérrimos críticos de la actual administración estatal. Otro que sin querer pero queriendo, atacó al gobierno de Corral, es Andrés Carbajal Casas. Resulta paradójico que quien durante dos años completos estuvo cobrando, a pesar de no presentar resultados satisfactorios en la Subsecretaría de Obras Públicas del Gobierno de Estado en esta frontera, ahora decida renunciar e iniciar el ataque en contra de integrantes del gabinete.
Hubiera sido más conveniente que todas esas irregularidades que hasta ahora encuentra el ingeniero Carbajal Casas fueran denunciadas en su momento. Hacerlo 24 meses después de estar cobrando puntualmente, no habla bien del denunciante. Incluso algunos pudieran encuadrar su conducta con la de algún oportunista, y hasta cómplice.
A nivel local, el caso del presidente municipal, el independiente Armando Cabada, de igual manera es indicativo de que efectivamente gobernar desgasta a los políticos. Las cifras con las que obtuvo el triunfo en su reelección no son las más convenientes para sus siguientes aspiraciones políticas. Fueron muchas promesas incumplidas, aspectos prioritarios de la ciudad que no fueron debidamente atendidos. Además de un sinnúmero de temas urbanos no resueltos que tienen molestos a los juarenses. Eso fue lo que provocó que Cabada no se reeligiera de una manera contundente. Situación que incluso fue honestamente reconocida por el propio alcalde reelecto en su segunda toma de protesta. Esta vez no fallaremos, sentenció Armando Cabada en franco reconocimiento a los yerros cometidos en los pasados dos años. La promesa sigue en pie.
Es sin duda un hecho indiscutible que existe ese desgaste natural durante el ejercicio de gobernar. Por eso resulta paradójico el caso del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ya que aún no empieza a gobernar y ya inició el desgaste. Prueba de ello es la pésima recepción que tuvieron entre los ciudadanos algunos nombramientos como el de Manuel Bartlett Díaz, futuro director de la CFE. Hasta miembros de su propio equipo rechazaron ese nombramiento. Tatiana Clouthier, quien fuera su coordinadora de campaña, fue de las primeras dentro del círculo más cercano a AMLO, en reprobar dicho anuncio. No sólo eso, también declinó participar en el gabinete presidencial, donde ya tenía reservado un lugar como subsecretaria en la Secretaría de Gobernación.
Luego vino otro desgaste para AMLO en el momento en que liberaron a Elba Esther Gordillo, ya que se considera, fue parte de una negociación del presidente electo con el Gobierno federal. Luego vino más desgaste derivado de los foros de pacificación y la insistencia de AMLO en el asunto del perdón a los criminales. El tema del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México también ha representado un desgaste anticipado para López Obrador. Bueno, hasta la opulenta boda de César Yáñez, el hombre de todas las confianzas del próximo mandatario mexicano, lo ha raspado y desgastado. Es difícil saber hasta dónde llegará el desgaste de los actuales gobernantes, pero si quieren seguir vigentes y con fuerza política, algo deben hacer ya para detenerlo. 

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