Opinion

Entre ratas y cínicos te veas

Javier Cuéllar
Abogado

2018-10-16

En un acto de suprema voracidad los diputados del Congreso del Estado se autoasignaron un aguinaldo de 88 mil pesos cada uno, lo que equivale a 40 días de su elevado salario y otros tantos de una compensación que no tienen más explicación que su codicia exacerbada porque con escasos tres meses de funciones no se justifica el espíritu de esa prestación que en los trabajadores generales no alcanza más que 15 días de salario que debiera aplicarse en forma proporcional si mucho a un día y medio. La demasía puede equipararse válidamente como un robo a las arcas públicas cometido desde lo más alto de sus curules.
No deja de sorprendernos diariamente cómo es que en México y especialmente en el estado de Chihuahua, existiendo un pueblo tan pobre, algunos políticos de nuestro país pueden enriquecerse exprimiendo las arcas públicas o la miseria nacional en forma tan abusiva y grande de tal manera que durante cientos y cientos de años la riqueza nacional no se ha acabado completamente aunque sí le han dado un buen bajón. César Duarte dejó las arcas estatales temblando con una deuda cifrada en 55 mil millones de pesos cuando al inicio de su sexenio solamente ascendía a 12 mil millones de sufridos pesos y aun así nuestros diputados morenos de desvergüenza han presupuestado dos millones 917 mil 860 pesos para el pago de un inmerecido aguinaldo a cada uno de los 33 miembros del Congreso. Tal parece que estos diputados han encontrado la forma infame de sacarle dinero hasta a las piedras.
Por lo visto, con la tolerancia del gobernador Javier Corral, nuestros diputados están inundados de codicia que ahora piensan saciar a costa del dinero del pueblo y a como vemos no tienen llenadera. La codicia es la ambición desmedida y exaltada de dinero, bienes u otro tipo de riqueza. La codicia es un vicio que lleva a alguien a querer acaparar más de lo que necesita. Ese afán de acumular riquezas se traduce en diversas acciones que resultan contrarias a los preceptos de la moral y del comportamiento ético, ya que pueden tener consecuencias negativas para otras personas o incluso para la sociedad en general.
Siguiendo la orientación de Amado Nervo a la contraria, tal parece que en las pasadas elecciones el pueblo de Chihuahua llevó al Congreso del Estado a unos políticos que, bajo el pretexto de la libertad y la lucha contra la corrupción y la impunidad únicamente reemplazaron a los autoritarios arrellanados sustituyéndolos por los autoritarios hambrientos que, a la manera de sanguijuelas infectas, se han constituido en unos parásitos que no tienen más objetivo que gangrenar la cosa pública.  Con este tipo de vividores las arcas públicas estarán más quebradas que nunca. Y lo peor de todo, sin esperanza de componerse mientras el pueblo vive en la miseria más dramática.
Inicialmente el coraje de todos estos políticos, que recientemente ascendieron al poder, fue que el licenciado César Duarte les dejó las arcas más frías que el Polo Norte, pero su enorme codicia atizada por su hambruna, les agudiza el ingenio para sacar dinero de donde sea y como sea con tal de satisfacer su enorme sed de riqueza. Lo que están haciendo en el Congreso estos diputados es una infamia que es más grave porque se han convertido en unos pobres políticos en pueblos de pobres a los que saquean sin ninguna consideración y sin ningún remordimiento.
Robar es malo, pero saquear a un pueblo y a un estado tan pobre y tan quebrado, endeudado hasta la coronilla como el nuestro debe ser mucho peor y me pregunto, ¿esta es la runfla de políticos que en las pasadas campañas electorales anduvieron pregonando honradez y justicia? ¿Estos son los que dijeron que eran la esperanza de México? ¿Esta pandilla de depredadores hambrientos son los que vinieron a sustituir a los otros? ¡Anda pos pobre pueblo el de Chihuahua que ha caído en manos de unos nuevos carroñeros que además de ratas son cínicos!

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