Opinion

Pelean alcalde y gobernador en liga de beis

LA COLUMNA
de El Diario

2018-10-08

• Pelean alcalde y gobernador en liga de beis

• Oportunidad de oro para Unión Ciudadana

• Foros de educación y seguridad, los tropezones

• Pasea Elizondo el maletín por Juárez

Es un océano inagotable de sorpresas el señor gobernador Javier Corral Jurado. Sorpresas negativas, desafortunadamente. Ahora le tocó bailar con el más feo a la Liga Estatal de Beisbol.
Metió Corral su cuchara en la final del campeonato del autoproclamado rey de los deportes al atribuirse el lanzamiento de la primera pelota en Cuauhtémoc y dejar por completo fuera de la pichada al presidente municipal de la más manzanera de las regiones manzaneras del mundo, Carlos Tena Nevárez.
El gobernador no pasa ni con miel a dicho alcalde no únicamente porque su origen es de Morena, sino porque el edil insistió por mucho tiempo que la Policía municipal debe ser dirigida por el Municipio y no por el Estado, como ocurre desde que, hace más de un año, Corral decretó intervenir las corporaciones preventivas de siete municipios, incluido Cuauhtémoc.
La Liga Estatal de Beis tiene una rara mezcla de control privado y público; depende en parte del Instituto Chihuahuense del Deporte, que participa en la designación de los llamados jurisdiccionales de zona (los manejadores de los equipos de primera) y por lo tanto el Gobierno estatal se arroga derechos de propiedad.
Así fue como se metió Corral al juego en el que Manzaneros enfrenta la final contra Algodoneros (Indios de Juárez no llegó ni a semifinales con su nuevo manejador Juan Pedro Plascencia, valga la anotación). Iban 3-2 los Manzaneros cuando tiró Corral la primera bola, el viernes por la noche.
Apenas empezó el encuentro con una ardiente asistencia de 20 mil almas y el municipio entró al quite suspendiéndolo. No lo pelaron para los permisos correspondientes, un buen sector de gradas móviles con miles de sentaderas moviéndose tan emocionadas como nerviosas amenazaban con venirse abajo, al alcalde le correspondía tirar la primera bola, fue ninguneado... y hasta ahí terminó la emoción.
Al día siguiente a media tarde reiniciaron hostilidades. Emparejaron cartones, pero Delicias no permitió que la final fuera jugada en Cuauhtémoc; al menos, argumentaron, en terreno neutral. Había pasado la oportunidad de Manzaneros. Anoche tuvieron reunión de jefes para tratar de llegar a un acuerdo. Al cierre de esta columna, cero.
Desde luego Corral a estas alturas desconoce las consecuencias de su actuación. Hizo la travesura y ahora está concentrado en los reflectores que pondrá al “encuentro anticorrupción” de este fin de semana en la ciudad de Chihuahua. No pudo controlar sus entrañas para respetar y colocarse al lado del alcalde de Cuauhtémoc, y menos preguntar a sus asesores sobre las condiciones del estado para llevar a cabo el juego. Ahí tenemos las consecuencias.

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La Unión Ciudadana tiene frente a sí la oportunidad del siglo para hacerse presente y dejar la realidad en claro sobre los temas de anticorrupción que serán abordados en el llamado “encuentro nacional” convocado por Javier Corral Jurado para llevarse a cabo en la ciudad de Chihuahua los días 11,12 y 13 de octubre.
Es en la Unión Ciudadana donde se agrupan fuertes sectores de la izquierda chihuahuense que se engarzaron para combatir la corrupción denunciada contra el régimen del priista César Duarte, y de pasada apuntalar un proyecto político partidario hacia la gubernatura alternativo al PRI, como lo fue justo el de Corral Jurado.
Actuales funcionarios de primerísimo nivel en el Gobierno estatal como Víctor Quintana, Patricia Borunda, Luz Estela Castro... y muchas otras figuras que hoy aparecen en el Gobierno electo de Morena, o en cargos legislativos, integraron primero Unión Ciudadana y pasaron luego a la Alianza Ciudadana como frente partidario si bien encabezado por el PAN, apuntalado por esas figuras porque el blanquiazul era controlado por opositores al propio Corral.
Desde luego, su líder principal y aglutinador lo fue Jaime García Chávez, el mismo que lideró aquella toma de Palacio de Gobierno con puertas y ventanas reventadas de por medio. Gases lacrimógenos; golpes, arrastrados, policías. Corral en un frente, Duarte en el otro. Abrió Jaime a su aliado y entonces candidato no sólo esas puertas, sino las puertas hacia la gubernatura.
Más de 30 figuras llamadas “nacionales” han sido convocadas por el gobernador para hablar de anticorrupción, y específicamente de la cacareada “operación justicia para Chihuahua”, emprendida contra el duartismo.
La Unión Ciudadana (UC) ha dejado claro por una parte que esa operación se ha quedado muy rabona porque ha dejado fuera de la persecución a importantes actores de aquella corrupción ahora protegidos celosamente por Corral, y el propio gobernador carga con severos señalamientos de corrupción a lo largo de sus dos años de régimen.
Esa es la radiografía completa que debe ser conocida en ese foro llamado nacional, y nadie mejor que la UC para correr las cortinas.

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La miel no es sobre hojuelas en materia de ejercicio gubernamental. Todavía no arranca la administración federal de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y enfrenta ya severas dificultades más allá de la imagen por temas como la boda fifí o polémicos nombramientos de nuevos funcionarios.
Un tema harto delicado es la suspensión de los foros sobre seguridad pública; empezaron con grandes expectativas y enormes espacios informativos pero han sido suspendidos de golpe y porrazo.
El ya nombrado titular de Seguridad Pública federal para el nuevo régimen que arranca el 1 de diciembre próximo, Alfonso Durazo, ha colocado como argumento la necesidad de tiempo para procesar la información recogida hasta el momento en esos “foros escucha para la pacificación y reconciliación nacional”.
Faltaban todavía muchos estados por cubrir y gran cantidad de mexicanos por escuchar y tomar en cuenta, según el espíritu de ese recorrido, “fundamental” en las estrategias que serán implementadas contra el flagelo que agobia el país, la violencia y la inseguridad.
En Guerrero fue reventado el foro de educación, con el mismo propósito que el de seguridad: contar con información suficiente para implementar acciones en ese ramo.
Conste que no fueron abordados esos asuntos por obligación legal; lo hizo el equipo de AMLO para demostrar voluntad política de que las cosas se harán, y se harán bien hechas, pero queda claro que la medición de los problemas a simple vista, en campaña, es diametralmente distinta a la operación en los hechos. Hay que ingresar al redondel para en verdad conocer a los toros.

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Ayer anduvo en Juárez el secretario de Obras Públicas del Gobierno estatal, Gustavo Elizondo. Paseó su maletín desde las oficinas del Pueblito Mexicano y por diversos puntos de la ciudad. No pierde tiempo del poco tiempo que sabe tiene para coronar negocios. Su estadía en el cargo será bastante menos perentoria que su fama, más todavía cuando la pasa aventando infecciosas cacayacas al autorrenunciado jefe del área en Juárez, el buen ingeniero Andrés Carbajal Casas.

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