Opinion

Meta: 2021

Francisco Ortiz Bello
Analista

2018-09-22

Los procesos electorales en Chihuahua y el país han concluido. Con la declaratoria oficial del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Instituto Estatal Electoral de Chihuahua (IEE), formalmente se han dado por finalizados ambos procesos que, por primera vez en la historia del país y del estado, fueron concurrentes este año.
A través de la estrecha coordinación, o al menos eso era lo que se esperaba, entre ambos institutos electorales y de nuevas herramientas como la “casilla única”, o las nuevas y plenipotenciarias facultades del INE, la elección concurrente de 2018 llegó a su fin con un saldo aún incierto pero que, en el balance, parece inclinarse más hacia lo positivo.
Puntualizo, en cuanto a la elección en Chihuahua y a la de presidente de la República, senadores y diputados federales, las actividades del proceso electoral 2017-2018 han concluido, sin embargo aún quedan algunos pendientes en otros estados de la República, como el caso de la elección de Puebla, en la que, a pesar del aparente abultado triunfo a favor de la candidata del PAN Martha Erika Alonso (esposa del gobernador Moreno Valle), la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha determinado abrir todos los paquetes electorales y recontar todos los votos de esa elección, porque advierten severas irregularidades dentro del proceso.
Sólo como apunte al margen, en el caso de Puebla, los magistrados del TEPJF consideraron que la actuación de la autoridad electoral local fue “deficiente” y “afectó los principios rectores en la materia como son: los de certeza, imparcialidad, independencia, legalidad, máxima publicidad y objetividad”, por lo tanto, para lograr “resultados veraces, reales y ajustados a los hechos”, la Sala Superior ordenó llevar a cabo un nuevo escrutinio y cómputo en la totalidad de las casillas de los 26 distritos electorales, aclarando que esto no prejuzga sobre la validez o nulidad de la elección.
Hay dos aspectos relevantes en este caso. Uno, los magistrados de la Sala Superior hablan ya de anular la elección, al menos como una posibilidad. Y dos, el recuento y nuevo computo lo realizará el TEPJF, no la autoridad local electoral, es decir, cero confianza al instituto poblano. Además, claro, de los duros calificativos asentados en la sentencia contra el IEE de Puebla.
Retomando nuestro tema, la conclusión del proceso electoral en Chihuahua abre paso a los proyectos partidistas e independientes a la gubernatura del estado. Sí, así es. Aunque no faltarán quienes me critiquen señalando que es muy anticipado, que aún faltan tres años, que apenas inician los que fueron electos, y varios argumentos más en ese sentido, lo cierto es que una meta de la envergadura del Gobierno estatal no es algo que se pueda improvisar de la noche a la mañana. Antes, por el contrario, se trata de un macroproyecto político-electoral que requiere de una gran cantidad de elementos entre los que se debe contar, forzosamente, la adecuada planeación.
Así que no es nada apresurado ni prematuro hablar en estos momentos de los posibles candidatos al Gobierno estatal en el 2021, porque es evidente que para todos ellos y ellas ha empezado ya la cuenta regresiva.
¿Qué se requiere para construir una candidatura al Gobierno estatal? Primero que nada una propuesta sólida, una buena imagen y sólidos recursos. Y en las actuales condiciones yo agregaría que se requiere no pertenecer a ningún partido político, excepto Morena, claro.
Propuesta, candidato y recursos son tres elementos indispensables para armar un buen proyecto a la gubernatura. Pero es indispensable que estos tres factores coexistan simultáneamente, si falta uno de los tres será complicadísimo armar el proyecto, por no decir que imposible.
La propuesta se refiere, por supuesto, a lo que se ofrece al electorado. Planes de trabajo, proyectos de obras o programas, experiencia, resultados en cargos anteriores son sólo algunos elementos que deben integrar la propuesta. Entre más apegados a la realidad y más acordes con las necesidades de la comunidad, será mejor aceptada.
El candidato o candidata debe cumplir con varios requerimientos, pero los que no pueden faltar son: nivel aceptable de comunicación, empatía, buena imagen pública, disciplina, claridad de ideas,  pero sobre todo que le guste, que disfrute el trato con la gente.
Y finalmente en el tema de los recursos, quizá el más determinante –y controversial– de los tres, contrario a lo que se piensa no sólo se refiere a dinero, es decir recursos económicos.
Para construir un buen proyecto político de cualquier índole, es necesario contar con un buen equipo de colaboradores (recursos humanos), resulta también indispensable contar con una estructura e infraestructura de equipo, herramientas y materiales mínimos para lograr el objetivo (recursos materiales), así como con recursos técnicos que faciliten todas las tareas (asesores calificados en diversas ramas de la política, el marketing, la comunicación y otras, estudios demográficos, encuestas, sondeos, etcétera). Por supuesto, el dinero es esencial. No hay proyecto alguno, en cualquier campo de la actividad humana, que se pueda realizar sin los recursos económicos necesarios.
Ahora que ya sabemos qué se requiere para aspirar, con regulares posibilidades de éxito, a ser candidato o candidata para gobernar el estado, ¿quiénes encuadran dentro de este perfil?
Por el lado del PAN no hay más que un solo nombre: María Eugenia Campos Galván, la alcaldesa de la capital. En sus primeros dos años de Gobierno municipal hizo lo necesario para lograr un refrendo apabullante del electorado capitalino en su reelección, a pesar del “fenómeno López Obrador” y a pesar de los esfuerzos del gobernador por obstaculizar su proyecto, pese a que son del mismo partido.
No obstante, hay quienes mencionan al senador Gustavo Madero como una posibilidad blanquiazul. Sin embargo, debemos decir desde ahora que Madero no es buen candidato, su imagen de empresario autócrata, impopular y soberbio choca brutalmente contra la sencillez de una sociedad harta de este tipo de políticos. Además de haber perdido la elección por el Senado precisamente.
En los terrenos de Morena la definición de su candidato o candidata a gobernador pasará necesariamente, lo sabemos bien, por la criba de Andrés Manuel quien palomeará sin duda alguna a quien abandere esta posición.
De manera natural, por el caudal de votos obtenidos, Morena es el partido que más posibilidades tiene –actualmente– de obtener la gubernatura en el 2021, pero eso dependerá, claro, del papel que realicen sus diputados en el Congreso local y López Obrador a nivel nacional. También es, por las mismas razones, el partido que más figuras o nombres tiene para seleccionar de entre ellos a su candidato. Juan Carlos Loera de la Rosa, Cruz Pérez Cuéllar y, eventualmente, Marco Adán Quezada, son algunos de los nombres con reales posibilidades de buscar esa posición.
Insisto, este es un análisis en las condiciones actuales, presentes, que puede variar significativamente en los siguientes tres años, dependiendo de una multiplicidad de factores, y por eso mismo la importancia de señalar que la gubernatura del estado es un proyecto, para cualquiera de los aspirantes y de los partidos, que se debe construir, trabajar, planear, desde ya.
El movimiento independiente en Chihuahua se vio muy fortalecido en la pasada elección, obtuvo más de 100 mil sufragios en toda la entidad, pese a que la votación atípica de Morena “borró” del mapa mediático los resultados de los candidatos sin partido y tiene, de forma casi natural, en el presidente municipal de Juárez su mejor carta para buscar el Gobierno estatal. Aunque también se ha mencionado al alcalde independiente de Parral, Alfredo Lozoya, bien se sabe que ambos han trabajado de la mano y en estrecha coordinación, por lo que se espera en realidad una suma de esfuerzos y habilidades en favor del juarense.
Del PRI no hay mucho que decir. Luego del resultado electoral del pasado 1 de julio, se advierte un enorme daño a la imagen institucional del partido además de figuras con muy escasa credibilidad y confianza por parte del electorado. Seguramente su presidente estatal y líder del GPPRI, Omar Bazán, será quien busque esa candidatura, pero habrá que esperar a ver lo que dispone José Reyes Baeza Terrazas quien, desde el CEN del tricolor (aún tricolor) seguramente estará tomando acciones y decisiones en ese sentido.
Estos son los nombres que aparecen hoy en el escenario político electoral de Chihuahua, con posibilidades reales de suceder a Javier Corral en el 2021. Sólo quienes hagan bien la tarea de construir desde ahora un buen proyecto llegarán a puerto seguro dentro de tres años.

X