Opinion

Una tregua no está mal

Javier Cuéllar
Abogado

2018-09-18

De acuerdo a información proporcionada a El Diario de Juárez por el licenciado Jorge Nava López, titular de la Fiscalía General del Estado Zona Norte, las ejecuciones han disminuido en el último mes en la ciudad debido a una tregua pactada entre las jefaturas de la bandas de delincuentes que operan en nuestro territorio. Por fin alguien ha entendido que vivir en un estado de guerra permanente no beneficia a nadie.
Es una lástima que la disminución de asesinatos en nuestra comarca no sea el resultado de una acción de orden emprendida por las autoridades y tengan que ser los propios jefes del hampa quienes introduzcan un poco de paz en nuestra sociedad. Bien lo dijo la Baronesa Marie von Ebner, famosa novelista austriaca: “Solamente puedes tener la paz que tú proporcionas”. Un poco lamentable pero es preferible esta paz pactada desde abajo que la paz inexistente no proporcionada desde arriba. “Algo es algo dijo el calvo cuando le salió un pelito”.
Lo que sigue es que las autoridades correspondientes aprovechen esta tregua para lograr convenios a modo para que la paz que ahora se ha pactado se extienda en el futuro entre nuestra comunidad. Se puede lograr la paz si todos los involucrados tienen la voluntad de hacerlo. Juan Luis Vives nos dice: “La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla”.
Al final ya se dieron cuenta que vivir en un estado de guerra permanente entre ellas les ha resultado muy costoso en vidas humanas y en gananciales porque en medio de un estado de guerra nadie puede progresar ni trabajar, ni los buenos ni los malos, ni en lo bueno ni en lo malo. Nadie puede disfrutar del producto de su trabajo sin que exista en el medio social un respeto elemental al orden constitucional y una paz con seguridad pública.
Lo difícil será conservar esta paz que se ha pactado donde sea, en el cielo o en el mismo infierno, pero lo importante será que dure porque bien lo dijo Proudhon: “La paz obtenida en la punta de la espada no es más que una tregua”. Y hasta ahora sólo de tregua se ha hablado, pero debemos afianzarla porque muchas veces estas treguas conseguidas a punta de metralleta, solamente sirven para que los contendientes se posicionen mejor para causarse más daño, y lo cierto es que no debe tratarse de eso, la paz de esta tregua debe acrecentarse para que toda nuestra sociedad se vea verdaderamente beneficiada y así las autoridades puedan colaborar un poquito, pues deben hacerlo por el bien de todos.
La noticia no fue lo mejor que pudiera esperarse pero lo cierto es que esta pausa de paz nos beneficia a todos, aunque más valiera que los protagonistas se decidieran a proporcionar a su ciudad una paz duradera, una paz de fondo para que la vida en nuestra comunidad valga la pena y no estemos todos los días con el sobresalto del balazo y la ejecución, necesitamos algo más de fondo, más duradero, porque “La paz de hecho no es la paz de principio” (Eschenbach).
La fuente de toda esta violencia son los tremendos sobregiros de dinero que se manejan en el tráfico de narcóticos y sinceramente creemos que la guerra contra las drogas se encuentra perdida desde hace tiempo, por lo que resulta inútil mantener el esquema prohibicionista que actualmente prevalence. Mejor sería legalizar el uso de estas sustancias toxicas siguiendo el ejemplo de más de la mitad de los estados de la Unión Americana. El problema de los adictos ya lo tenemos, lo que importa es quitarle al narcotráfico su ingrediente de violencia extrema que tanto nos ha dañado y que tantos hogares ha enlutado. Tan dolorosas son las muertes de adictos y colaboracionistas de las bandas del narcotráfico como dolorosas son las muertes de los oficiales de la ley que caen en el cumplimiento de un deber que no tiene valor social alguno.
Para triunfar en el problema del narcotráfico y su narcodependencia consecuente es necesario tener más que fuerza y valentía, sentido común y no dar una batalla que de antemano está perdida. Y al efecto Napoleón Bonaparte nos dijo: “Para triunfar es necesario tener, más que nada, sentido común”. Y ya sabemos que el sentido común no es el más común de los sentidos, es tonto llevar a nuestras fuerzas sociales al matadero sin ninguna esperanza de triunfo. serán muertes inútiles.

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