Opinion

Cuadrar las cifras

Sergio Sarmiento
Periodista

2018-09-12

Ciudad de México.- ¿Lo bueno de Andrés Manuel López Obrador? Sin duda su honestidad personal, especialmente en un país en que la Sedesol y la Sedatu pueden entregar 700 millones de pesos en costales de efectivo a empresas fantasma. ¿Lo malo de López Obrador? Sus cifras que no cuadran.
Ayer el diputado de Morena Manuel Rodríguez González describía una iniciativa de "Ley de Austeridad Republicana" que logrará ahorros por "450 mil millones de pesos" con los recortes a sueldos, prestaciones y gastos de los altos funcionarios. Es una cifra enorme, de 8.6 por ciento de los 5.2 billones de gasto presupuestados en 2018. El problema es que, según Hacienda, los salarios de todos los altos funcionarios, de director de área a presidente, suman apenas unos 5 mil millones de pesos. Ningún recorte que no toque a los trabajadores de base y a muchos programas gubernamentales se acercará a la meta.
Las propuestas del presidente electo, sin embargo, no sugieren una disminución sino más bien un aumento del gasto. Tan sólo la dispersión de dependencias gubernamentales en el país tendrá un costo conservador de 125 mil a 135 mil millones de pesos. Además, el gobierno ha ofrecido una amplia serie de nuevos subsidios que representan cientos de miles de millones de pesos al año.
Tampoco cuadran las cifras del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, para el que López Obrador ha pedido un debate que desemboque en una consulta popular. Un buen debate, sin embargo, requiere información precisa. El próximo secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, ha afirmado que el avance del aeropuerto de Texcoco es de sólo 20 por ciento, pero el director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, Federico Patiño, dice que, a julio pasado, el avance era de 31.5 por ciento y señala toda una serie de indicadores técnicos que así lo señalan. Yo no soy un especialista, pero sería importante cuadrar las cifras.
Lo mismo pasa con el nuevo aeropuerto de Santa Lucía. Nos dijeron que sería una ganga de apenas 70 mil millones de pesos, contra más de 200 mil millones del nuevo aeropuerto. Pero al parecer la cifra es falsa. Si bien el gobierno entrante no ha proporcionado información detallada sobre el proyecto, el Colegio de Ingenieros Civiles ha señalado que, considerando simplemente los metros cuadrados de construcción con el presupuesto más bajo posible, el costo sería de 217 mil millones de pesos. Esta cifra no considera las vías de acceso, que tendrían una factura adicional de 63 mil millones de pesos. Otros rubros podrían elevar el proyecto a 385 mil millones de pesos. El mismo Colegio de Ingenieros Civiles, por otra parte, considera que el nuevo aeropuerto de Texcoco costaría 232 mil millones de pesos y no los 285 mil millones calculados hasta el momento.
Está ahí también el caso de la nueva refinería de Dos Bocas. Rocío Nahle, la futura secretaria de Energía, dice que costará 6 mil millones de dólares. Cuando algunos especialistas han señalado que, debido a que sería una refinería de crudo pesado, el costo sería más bien de 20 mil millones de dólares, la respuesta ha sido que quizá le costaría 20 mil millones a Peña Nieto, pero serán sólo 6 mil millones con Andrés Manuel. No es un argumento convincente.
Es positivo que esté a punto de comenzar un gobierno con un presidente honesto en un momento en que el país se despierta todos los días con información sobre presuntos actos de corrupción. Pero yo me sentiría más tranquilo si sus cifras cuadraran mejor. La corrupción tiene un costo importante, los errores de cálculo también.

En costales
No sé qué me preocupa más: que Rosario Robles haya ordenado entregar 700 millones de pesos en costales de efectivo a empresas fantasma o que no se haya dado cuenta.

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