Opinion

Tampoco la primera dama pasa por ingenua

LA COLUMNA
de El Diario

2018-09-11

• Tampoco la primera dama pasa por ingenua

• Por temor a AMLO recurren a expertos suizos

• Grajeda se deja fotografiar con la transa

• En su clímax el agarrón “Coneja”-golfernador

La información llegó rauda y veloz con un propio, alguien que buscó aclarar ante esta columna que no son el director general de administración de Hacienda, Guillermo “Memo” Luján Peña ni la secretaria de la Función Pública, Stefany Olmos, los principales ni los únicos conocedores y críticos del coordinador de Comunicación Social en el Gobierno del Estado, Jesús Antonio Pinedo Cornejo.
Quien siempre tiene la mirada de lumbre dirigida hacia dicho funcionario es nada menos que la primera dama del estado, doña Cinthia Aideé Chavira. Ella conoce el corrido a Pinedo de cabo a rabo y jamás le ha tenido confianza ni en tamaño de un comino. Nomás para empezar, sabe que su principal debilidad es la flojera, y como esta es la madre de todos los vicios, de ahí se ha derivado todo lo demás.
Para Luján Peña, Olmos e indudablemente para doña Cinthia, no es ninguna sorpresa que Pinedo haya sido agarrado por El Diario con los dedos en la puerta de una forma que sólo es inobjetable para él mismo por evidente conveniencia y para el gobernador, Javier Corral, quien al momento de reaccionar furibundamente en su favor y contra El Diario estamos seguros que ni el reportaje había leído adecuadamente.
Seguro a Corral como a mucha gente no le importará nada que Pinedo tenga por novia a la media hermana de la administradora de Comunicación Social; eso es vida privada, ha insistido el funcionario estatal, donde sí compartirá su asombro y su enojo será cuando lea detenidamente el trabajo periodístico y encuentre que la novia es proveedora de Comunicación Social y que quien le extiende los cheques es su hermana la administradora... con el visto bueno de Pinedo. Si Corral no quiere leer eso que le pregunte a Memo, a Olmos o a la presidenta del DIF.
Y será mayor el coraje del mandatario cuando sepa que su directora administrativa en Comunicación Social, Paulina Licón, mantiene sólidos vasos comunicantes con el exjefe secretario de Salud durante el duartismo, Pedro Hernández, a quien le deben llegar parte de las nuevas ganancias. Nadie sabe para quién trabaja.

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No hay empresario crédulo. Gran parte de su éxito de hecho se finca en la desconfianza, en caminar con pies de plomo pero firmes y sin dudas a la hora de tomar decisiones. Así son las fábricas humanas de hacer dinero.
Sobre la superficie hemos observado aguas mansas en la relación de esos gigantes con el nuevo régimen que encabezará el izquierdista Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En el fondo las cosas son muy distintas.
Durante la campaña electoral el gran empresariado mexicano aceptó finalmente encuentros con el tabasqueño más por la persistencia del candidato y las tendencias que lo mantuvieron en la cúspide que por convicción personal. Algunos conglomerados anduvieron con Ricardo Anaya, otros operaron con Pepe Toño Meade.
Alfonso “Poncho” Romo, el tiburón neoleonés de los dineros, no soltó de la mano a López Obrador y al menos generó las condiciones indispensables para que sus correligionarios esta vez no se le echaran encima al hoy presidente con el viejo estribillo del “peligro para México”.
Cuando AMLO dijo que la iniciativa privada no tiene nada de qué preocuparse tras obtener el triunfo electoral, los empresarios creyeron la mitad; no bajaron bandera. No se quedaron tras sus escritorios revisando estados de cuenta y oportunidades de inversión.
Pusieron manos a la obra de inmediato y justo hoy trabajan febriles en colocar bajo buen resguardo sus fortunas porque de una cosa sí están seguros: serán afectados por aumentos de sueldos, movimientos de impuestos y otros aspectos no menores como la implementación de políticas económicas de izquierda. Cada acción de este tipo para ellos representa miles de millones. Tienen intereses por cada rincón de la República.
Hemos sabido que los magnates han contratado los servicios de expertos financieros suizos y neoyorquinos para que analicen escenarios y propongan las medidas correspondientes a las necesidades respectivas de sus fortunas. Recorren los especialistas los principales centros económicos del país.
En Chihuahua los empresarios están tratando de poner bajo buen resguardo jurídico inclusive sus herencias. Apellidos como Mares, Almeida, Baeza, Terrazas, Creel, Lara, Fuentes, Corral... son algunos de los muchos que tienen contratados los servicios de extranjeros de cara al futuro del país.
Nadita nos extrañaría una crisis financiera ocasionada por la fuga de capitales hacia bancos del extranjero. Se ve y se siente poco todavía en la superficie pero en el fondo el tropel ensordece. Algo o mucho deben saber ya los especialistas del nuevo presidente.

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Si no existe una contraorden de último momento, hoy estarán otorgando una multimillonaria licitación, sin mínimos ni máximos, en favor de la nueva empresa favorita del sexenio, SIMA, que fue apalancada muy bien por Ernesto Ávila, el secretario de Salud de triste recuerdo.
No se ve por dónde pudiera existir esa disposición que contraríe los designios de Palacio si el nuevo secretario del ramo se pasea y fotografía con los operadores de licitaciones dirigidas: Basilio Orozco y Daniel Frías, en imagen que le presentamos en el digital, y que sin preocupación alguna fue subida al Face de la institución.
La opinión favorable y de respeto del galeno Jesús Enrique Grajeda en el gremio médico y la sociedad entera, se encuentra en riesgo, en el berenjenal de intereses que lo rodean y amenazan con envolverlo.
Bien haría el médico en realizar una modificación en la estructura, a fondo, comenzando por este tipo de funcionarios, que tanto daño le provocan a la Secretaría de Salud, antes de seguir avanzando con decisiones como la licitación de hemodinamia que hoy llega a su fase final con la apertura de proposiciones y fallo definitivo. No vaya a ser que le estén tendiendo la camita tan rápido.
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A contra reloj laboraban ayer los cuerpos jurídicos de dos bandos encontrados: el de Javier Corral, el “golfernador” empeñado en mantener en prisión a quien hasta hoy es la figura más importante de los maxijuicios, y los de exsecretario general del PRI, Alejandro Gutiérrez, decidido a dar “el grito de Independencia” lejos de la celda del Cereso de Aquiles Serdán.
Los tiempos se agotan, la estadía del empresario coahuilense en el penal pende de un hilo y los leguleyos conceden pocas esperanzas al Estado de salir triunfador en esta contienda. Empero la instrucción del gobernante es firme: tapar hasta el último recoveco por el que pueda escapar “La Coneja”.
Después de que el juez local estableció como condicionantes para que enfrente el proceso local en libertad el uso de un brazalete eléctrónico (cuyo pago deberá correr a cuenta del priista), fianza de un millón de pesos (que es como soltar una carcajada para Gutiérrez, “La Coneja”) y permanencia en la ciudad (donde radica su familia desde que ingresó al penal), sólo queda la controversia jurídica por la causa de los 250 millones de pesos sobre la que pesa ya un sobreseimiento.
La puerta está casi abierta. Tan sencillo como desechar el amparo que promovió el Estado, o convocar a audiencia en la que el juez federal revoque la prisión preventiva. Si el Gobierno federal realmente tiene la intención de dejarlo en libertad antes de que llegue Obrador, este es el momento.

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