Opinion

Transas y amoríos son conocidos en Palacio

LA COLUMNA
de El Diario

2018-09-10

• Transas y amoríos son conocidos en Palacio

• Viene limpia en Tránsito y canizalistas

• Los cuernitos de ‘Pancho’ Muñoz a Rocío

Dos funcionarios de alto nivel y muy cercanos al patrón, Javier Corral, conocen con precisión la pata de la que cojea su coordinador de Comunicación Social, Jesús Antonio Pinedo Cornejo. Al gobernador le jugará el dedo en la boca, no a ellos.
Se trata de la secretaria de la Función Pública, Stefany Olmos; y el director general de Administración de la Secretaría de Hacienda, Guillermo “Memo” Luján Peña.
Han tomado ambos funcionarios mucha distancia de Pinedo porque saben que es el antiejemplo de austeridad y decencia promulgados por el gobernador del Estado. Le conocen bien el corrido.
Sin embargo, ni Olmos ni Peña han podido hacer mucho porque el patrón se encierra en su mundo de “La Coneja” y hasta ahí llegan su mirada y sus oídos.
Todos los auditores, secretarias y funcionarios menores de Hacienda y la Función Pública conocen los vínculos que se fueron creando entre la novia de Pinedo Cornejo, la hermana de ella; el marido de ésta... y por ahí una larga lista.
Hubo abogados que llevaron los contratos a firma, hay auditores que revisan esos convenios, hay secretarias y contadores que entregan los cheques... y todos, que conocen de esos ambientes, concluyen: igual o peor que durante la administración de César Duarte.
Es irrefutable que hay tráfico de influencias. No hubo licitaciones; es innegable que borbotea la corrupción como reventada alcantarilla de aguas negras. La hermana funcionaria (Cristina Licón Atilano) le está entregando proveeduría a su hermana empresaria (Abril Licón) y a su cuñado; y que en todo el actor principal es nada menos que el vocero del Gobierno del Estado. Casi cinco millones de pesos nomás de entrada... papelitos en mano, todo documentado por El Diario. Sin duda un amor muy caro para el pueblo de Chihuahua.
La reacción de Pinedo ante las publicaciones no pudo ser otra que la tangente y el intento de distracción sobre los acuerdos comerciales entre El Diario como empresa, el Gobierno y la información manejada.
Acepta los hechos publicados sin rebatir uno solo. Eso es lo importante, lo demás es anecdotario. Cinismo podemos llamarle. No quiso abundar sobre su relación con la empresaria porque se trata de su vida privada; así dijo. Por supuesto, pero cruzó los límites al convertirla en proveedora del Gobierno del Estado a través de su propia administradora en Comunicación Social.
Guillermo Luján, Stefany Olmos, y los órganos de fiscalización legislativos tienen una tarea por llevar a cabo. Deben explicar cómo admitieron otorgar contratos y pagar varios millones de pesos a la empresa de la hermana de una funcionaria estatal.
El gobernador podrá permitir que haga chilar y huerto su amigo Pinedo pero los funcionarios encargados de autorizar, pagar y fiscalizar los recursos son igual de responsables en la misma corrupción si son omisos y negligentes. Agarrado el punto de la madeja no lo soltaremos.

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Ayer, por cierto, tenía gira de entrada por salida en Juárez precisamente Araly Cristina Paulina del Rocío Licón Atilano (media hermana de Abril Susana. Por eso uno de los apellidos es distinto).
La administradora de la Coordinación de Comunicación Social tenía como propósito dar las gracias a su subordinada en Juárez, Ivette Ochoa. La decisión está tomada pero no pudimos confirmar que se haya llevado a cabo. La transparencia no es el fuerte del corralismo.
Ivette Ochoa fue colocada en esa área por el propio Pinedo cuando este argumentó que ya no le servía Estelita Rey –la antecesora– porque venía de la administración duartista aunque en realidad su trayectoria en el área sumó casi las dos décadas. Era parte del ‘inventario’ pero aun así fue castigada con el despido.
Ahora la sanción fue para Ivette pero por parte del subcoordinador de Comunicación Social en Juárez, José Pérez Espino. Presionó de tal forma hasta conseguir que el propio Pinedo estuviera de acuerdo en despedir a la otrora amiga y protegida. No siempre son los mismos intereses y las mismas amistades. Jesús Antonio anda hoy en otra órbita; anda en su segundo aire.

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Vuelta por completo la sangre al cuerpo, nuevamente dueño de la situación, Armando Cabada se apresta a cobrar las facturas generadas a lo largo de la campaña y postcampaña electoral entre sus colaboradores que sigilosamente cambiaron de bando en aquel engañoso episodio cuando le entregaron la constancia de mayoría al morenista, don Javier González Mocken.
Ya rindió el independiente alcalde la protesta de ley ante el Cabildo la noche del domingo; la de ayer por la tarde sería una ceremonia eminentemente política ante cientos de integrantes de la sociedad juarense y autoridades de los distintos niveles de gobierno. Ahí termina le tormentosa etapa de la reelección.
De aquí al fin de semana combinará Cabada Alvídrez su ejercicio operativo de gobierno con las renuncias de todos sus funcionarios de primero y segundo nivel presentadas la semana pasada hacia la reintegración de su nuevo cuerpo operativo.
Tenemos datos de que la limpia mayor alcanzaría varios niveles de la Dirección de Tránsito y los Centros Comunitarios. Quizá también algunos mandos de la Policía Municipal.
En todas esas áreas quedaron visibles las huellas de la traición, la deslealtad y la falta de compromiso con el proyecto independiente. Brincaron con Mocken apenas vieron bocabajeado a Armando. La familia Canizales quiso jugar en dos o más frentes como siempre y deberá decir adiós a la nómina y al influyente cobijo que brinda la alcaldía.
Las acciones respectivas llegarán el fin de semana.
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Han bajado ruidosamente los bonos de la excandidata panista a senadora, Rocío Reza Gallegos. Subió varias fotos a su Face el ahora diputado federal de ese mismo partido, Miguel Riggs.
En varias imágenes aparece el legislador durante la toma de protesta del alcalde electo de Meoqui, Ismael Pérez Pavía. También la excandidata; y Francisco “Pancho” Muñoz, secretario particular del gobernador, Javier Corral.
El caso es que “Pancho” aprovechó para hacer la travesura en una de las fotos poniéndole cuernitos a Rocío (la imagen está en la versión digital de La Columna), cosa que jamás hizo cuando era ella flamante secretaria de Desarrollo Social y menos cuando fue candidata a senadora.
Fuera del poder el respetillo se pierde automáticamente.

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