Opinion

Día Mundial sin Auto

Alma A. Rodríguez
Académica

2018-09-09

Cada 22 de septiembre desde hace algunas décadas, en distintas partes del mundo se conmemora el Día Mundial sin Auto, en el cual se busca traer a la reflexión algunos temas como el uso excesivo del automóvil en las ciudades, las consecuencias sociales y ambientales que esto conlleva, así como también la posibilidad de hacer uso de otras alternativas de movilidad, como caminar, usar bicicleta o el transporte público.
México empezó su participación en esta fecha de manera no oficial en la década de los 90, y desde entonces algunas ciudades han realizado campañas y acciones para promover el uso más consciente del vehículo. Desde vías recreativas, caminatas urbanas, paseos ciclistas, cierres temporales de los centros de las ciudades al tránsito automotriz, hasta campañas en redes sociales para promover que más gente asuma sus traslados de ese día de una forma distinta, y con ello, darle un respiro a la ciudad, disminuyendo la congestión vial y mejorando la calidad del aire.
En Ciudad Juárez, hace dos años se realizó una iniciativa en redes sociales para promover esta fecha, varias agrupaciones de la sociedad civil, algunas instituciones de educación superior, e incluso algunas dependencias de gobierno se sumaron a la campaña en redes sociales, publicando una fotografía o un video de su traslado, y compartiendo la experiencia que habían tenido. La campaña fue exitosa en el sentido de que detonó reflexiones y debates muy interesantes respecto a la ciudad que tenemos y a la flexibilidad que tenemos como habitantes para movernos.
Entre las experiencias relatadas, sobre todo de docentes y estudiantes del Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte (IADA), se encontraron relatos de lo difícil que en ocasiones es poder utilizar el transporte, en cuanto a disponibilidad en horarios nocturnos, a la inexistencia o poca difusión de por dónde pasa cada ruta y la localización de las paradas, las condiciones de poco confort dentro de las unidades, etc. Otros, relataron su experiencia en bicicleta, de la agradable sensación de llegar al trabajo/escuela de manera activa, pero también de cómo los baches, alcantarillas abiertas y los mismos conductores que no respetan al ciclista, ya que presionan, gritan o hacen sonar el claxon no ayudan a una sensación de seguridad.
Por último, otros tantos relataron su experiencia de trasladarse caminando, haciendo notar en su mayoría lo complejo de circular de esta manera, pues la inexistencia de banquetas, su invasión o malas condiciones, así como la falta de cruces seguros, hacían más complicado de lo que debería de ser el traslado. Sin embargo, hubo un relato que tuvo mayor difusión que ningún otro, y fue el de un grupo de tres estudiantes que realizaron su recorrido caminando por mas de cinco horas desde su casa, por el rumbo de Las Torres hasta la Universidad, al norte de la ciudad.
Para algunos, esta actividad que tuvo fines pedagógicos sonaba más a una hazaña, y de alguna forma lo fue, pues es cierto que trasladarse por esta ciudad sin un automóvil es casi una hazaña, por las condiciones deplorables que se ofrecen a la población para moverse de otra forma. Esta idea, de que caminar o ir en bici de la casa a la escuela sea una hazaña, es algo que deberíamos de reflexionar a fondo, pues cuando cosas que deberían de ser naturales y cotidianas se convierten en hazañas, significa que algo no se está haciendo bien.
Para casi el 50 por ciento de la población de esta ciudad, todos los días son Día Mundial sin Auto, muchas de ellas por que un automóvil es algo económicamente inalcanzable o inviable. Por ello, la conmemoración del Día Mundial sin Auto es un mensaje dirigido a las autoridades que tienen el poder de decisión en materia de políticas de movilidad, que deciden cuánto y cómo se invierte en este tema. Pero también va dirigido a ese poco más del 50 por ciento de la población que realiza sus viajes diarios en automóvil, para que se haga un uso más crítico del mismo, para hacer consciencia de las consecuencias que el uso personal genera a nivel ambiental y social, y que, con ello, seamos capaces de mejorar nuestros hábitos de movilidad.
El día mundial sin auto, como se ha mencionado, es una estrategia pedagógica, que busca hacer reflexionar y poner sobre la mesa el tema de la movilidad urbana. Pero para que tenga un efecto real en nuestra ciudad, se deben dar pasos contundentes. Para esto, gobierno debe tomar en serio la inversión y ejecución de proyectos para el impulso al transporte público, y a la mejora de las condiciones para la movilidad no motorizada. Este próximo 22 de septiembre, cae en sábado, en muchos países este día, directores de instituciones de gobierno, rectores, presidentes municipales y altos funcionarios toman parte de la actividad. Sería interesante, no por cuestiones mediáticas, sino por empatía, que los tomadores de decisiones en la materia experimentaran un día sin auto, utilizando el transporte o utilizando la bicicleta y banquetas de nuestra ciudad. La exhortación queda abierta.

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