Opinion

Cal o vida en el cerro

Cecilia Ester Castañeda
Escritora

2018-09-05

Es hora de analizar nuestros principios, nuestros valores, nuestros reglamentos, esas guías con las cuales comparamos cada acto que nos dirigirá por uno u otro camino como sociedad. A veces parecen no estar claros y, en la vorágine de cambios y retos del mundo actual, resulta indispensable hacer una pausa antes de dirigir a conciencia la energía colectiva en la dirección deseada.
Lo digo a propósito de la polémica desatada por el mantenimiento del mensaje sobre la Biblia visible desde hace varias décadas en el llamado cerro Bola.
“Cd. Juárez: la Biblia es la verdad, léela”, reza la leyenda que se ha vuelto emblemática en la frontera y, publicó El Diario, en días pasados fue retocada por miles de feligreses evangélicos. Sin embargo, en el 2018 cubrir 30 mil metros cuadrados de una ladera con cuatro mil litros de mezcla de cal, según datos de este medio, desata inquietudes sobre la contaminación en la Sierra de Juárez justamente en un momento cuando estamos viviendo las consecuencias de siglos de negligencia —o franca irresponsabilidad— en el manejo de la naturaleza y los expertos señalan la disminución en curso de los ecosistemas vegetales en la región.
¿Vale la pena conservar un mensaje religioso a costa de uno de los pocos espacios libres de mancha urbana?
Aquí las opiniones varían. Cuando en el 2014 la misma congregación que hizo la pinta original marcó otra pendiente con un mensaje en conmemoración de la obra de uno de sus dirigentes, el Municipio la obligó a borrarla y anunció que ya no se otorgaría permiso para retocar la leyenda bíblica, se informó. El presente año, sin embargo, el propio alcalde Armando Cabada participó en las labores de mantenimiento, calificando la frase como un llamado a los juarenses a la reflexión para ser mejores personas, informaron medios.
Que leer la Biblia sea “la verdad” es debatible, si no dogmático. Y en cuanto a la efectividad del mensaje como fuente de unidad y fortaleza en Ciudad Juárez, baste decir que las enormes letras de cal han sido testigo del deterioro de los vínculos comunitarios en el curso de los últimos 30 años.
La leyenda, creo yo, debe su permanencia a la escasa consciencia ecológica en dicho lapso. En mi opinión también ha continuado gracias a la falta de sitios emblemáticos en una población donde se han destruido tantos puntos históricos y elementos endémicos del ecosistema que existe una enorme necesidad de referencias culturales. Claro, para las iglesias organizadoras representa además una propaganda internacional única —calcule usted el costo de un anuncio panorámico de esas dimensiones— y la oportunidad de aprovechar las ansias de reconocimiento de un pueblo golpeado por la inseguridad, las promesas incumplidas, el abandono gubernamental…
¿Quién no quiere ganar un récord Guinness? Pues al retocar el mensaje en el cerro, dice El Diario, los organizadores aspiran a registrar oficialmente “la invitación más grande a leer la Biblia”, “la letra más grande en una palabra”, la multitud más numerosa en un evento de ese tipo y la mayor cantidad de personas enviando texto en forma simultánea.
Yo agregaría otro premio. No, no se trata de la publicidad mundial por aparecer en el Guinness, sino de conseguir casi de manera segura la aprobación municipal a largo plazo de las enormes letras de cal en la ladera del cerro Bola en agradecimiento por la imagen de valores de buena voluntad asociados con Ciudad Juárez.
El hecho de que la cal pueda perjudicar a la flora y la fauna, no sólo de la ladera, sino de la falda del cerro o las superficies alcanzadas por el escurrimiento parece un precio mínimo en comparación, ¿no?   
Sin embargo, la organización Árboles en Resistencia anunció vía Facebook que interpondrá una denuncia ante Ecología por el daño en la vegetación y el suelo provocado por desmontar y por marcar con cal.
Tal vez ya sea hora de comportarnos como una sociedad responsable embarcándonos en algo más que obras de relumbrón, empezando por fin a proteger nuestro ecosistema.
Quizá en vez de promover el libro más vendido de la historia debamos difundir lecturas sobre la naturaleza o los cambios en el medio ambiente. Porque si no comprendemos el impacto que estamos teniendo en el equilibrio ecológico, ¿cómo lo preservaremos para nuestros hijos?

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