Opinion

Peña Nieto satura

Sergio Sarmiento
Periodista

2018-08-29

Ciudad de México.- Alguien debe haberle dicho al presidente Enrique Peña Nieto que estaba dejando el campo abierto al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. Su respuesta ha sido lanzar una campaña de medios, con entrevistas, spots y cadenas nacionales de radio y televisión por su último informe de gobierno, que en vez de ayudarlo lo perjudican. Una vez más el mandatario está fallando en su estrategia de comunicación.
Peña Nieto llegó a la Presidencia en buena medida por su habilidad para comunicar en los medios electrónicos tradicionales. Era un candidato telegénico (atractivo en las pantallas de televisión) acompañado por una esposa, Angélica Rivera, muy guapa y que había sido una gran estrella de las telenovelas. Cuidaba sus palabras y hablaba con precisión. Los ciudadanos lo eligieron en 2012 porque supo comunicar que los priistas sí sabían gobernar y que el retorno del PRI a Los Pinos llevaría a recuperar el crecimiento económico y a eliminar la violencia que había dominado al país en el sexenio del panista Felipe Calderón.
La capacidad de comunicación le permitió a Peña Nieto, ya como presidente, forjar una alianza entre el PRI, el PAN y el PRD para lanzar el Pacto por México y las reformas estructurales. En los dos primeros años de gobierno, el mandatario logró mantener razonables cifras de popularidad. En el extranjero generó un fuerte entusiasmo que se reflejó en el mexican moment. Los medios de comunicación más importantes del mundo ofrecieron reportajes y artículos positivos sobre los cambios que Peña Nieto estaba impulsando en México. El presidente logró sacar al país de las páginas de nota roja y devolverlo a las de negocios.
Las cosas, sin embargo, empezaron a deteriorarse a partir del segundo informe de gobierno. Las revelaciones sobre la forma en que la esposa del presidente había comprado la "casa blanca", una lujosa residencia en Las Lomas de la Ciudad de México, con un crédito de Grupo Higa, contratista del gobierno, fueron un golpe muy fuerte a la pareja presidencial. Un video en el que Angélica Rivera ofreció declaraciones sobre el tema hizo más daño en lugar de ayudar. La matanza de normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, también representó un golpe a la imagen del presidente. El gobierno simplemente no supo explicar los resultados de las investigaciones, a pesar de que éstas llevaron a la detención de decenas de presuntos responsables.
Hoy, después de la derrota del PRI en las elecciones del 1 de julio, y de haber permanecido en segundo plano durante semanas, el presidente ha vuelto a los medios en un intento por rescatar su imagen a tres meses de acabar su sexenio. Ha ofrecido entrevistas a los conductores de los principales noticiarios de televisión, está utilizando los tiempos de Estado en los medios electrónicos para ofrecer una defensa de sus acciones como presidente y ha recurrido también a cadenas nacionales de radio y televisión para presentar sus posiciones.
No sé cuáles vayan a ser los resultados de esta intensa campaña de promoción en vísperas del sexto informe de gobierno. Los mensajes parecen oficialistas y contrastan con las comunicaciones más libres y fluidas de López Obrador en conferencias de prensa y videos de producción casi casera, como el que emitió el domingo sobre el tema de la consulta sobre el nuevo aeropuerto.
Peña Nieto fue elegido en 2012 por su manejo de los medios tradicionales. Hoy está mostrando falta de comprensión de cómo ha cambiado la comunicación política. Su técnica de saturación, en lugar de ayudar, perjudica.

Sombrerete
Napoleón Gómez Urrutia ya es senador con fuero; pero este 21 de agosto terminó la huelga de Sombrerete, la mina de Zacatecas que mantuvo cerrada durante 11 años para castigar a Grupo México y a los mineros.

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