Opinion

Elevan tensión Armando y Mocken... desde Guadalajara

LA COLUMNA
de El Diario

2018-08-28

• Elevan tensión Armando y Mocken... desde Guadalajara

• Los 750 kilos de mariguana que llaman la atención

• Con AMLO militares ‘tradicionales’ y los de West Point

• Maribel o Lily a Comunicación Social

Hoy tendrán un ‘topón’ histórico-político en la Perla de Occidente, Armando Cabada Alvídrez y Javier González Mocken. Ambos serán recibidos en audiencia por los tres magistrados que integran la Sala Regional Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Es la instancia donde se dirime la impugnación que el candidato de Morena a la Presidencia Municipal interpuso contra el dictamen del Tribunal Estatal Electoral que revirtió el triunfo otorgado a Mocken por la Asamblea Municipal electoral de Juárez.
Juntos o separados con los magistrados del TEPJF, los antagonistas electorales fronterizos deberán verse allá las caras y comprometerse a respetar la resolución correspondiente.
La presidenta del órgano electoral federal, Gabriela del Valle Pérez, y sus compañeros magistrados, Eugenio Isidro Gerardo Partida Sánchez y Jorge Sánchez Morales, son los encargados de conocer del caso y conceder la razón a quien consideren la tenga según las pruebas documentales que han aportado los representantes legales de los dos equipos.
Tienen los magistrados todos los números surgidos de la Asamblea Municipal Electoral mediante los cuales fue extendida la constancia de mayoría a González Mocken, también la “contabilización adecuada” con la que luego revirtió esos números el Tribunal Estatal en favor del independiente. Será la valoración correspondiente de ambas sumas y restas la base principal para la nueva resolución.
Hasta el momento ha transcurrido en santa paz esta fase del proceso. Algo de verbo exaltado en redes pero no ha pasado de ahí. Esperemos siga igual venga como venga el dictamen, que puede ser rendido este fin de semana o entre lunes y jueves de la próxima.

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Son detalles muy extraños los que saltan de un “operativo de cateo” llevado a cabo por la Procuraduría General de la República (PGR) allá en el extremo sur de Chihuahua, en lo más alto de las montañas boscosas del estado, Guadalupe y Calvo.
Si buscamos antecedentes hemerográficos o hasta boletines oficiales no vamos a encontrar nada en años; consignaciones sí, bastantes, pero acción de la PGR en el lugar de los hechos, cero.
Ahora resulta que se metieron a casi 300 kilómetros desde Parral por caminos complicados en todos los sentidos, llevaban una orden de cateo para un bodegón en medio de la Sierra e incautaron casi la tonelada de mariguana.
Así lo detalló la institución del Gobierno federal:
“Personal de la Procuraduría General de la República (PGR), cumplimentó en Chihuahua una orden de cateo, librada por un juez de Distrito Especializado en el Sistema de Justicia Penal Acusatorio, que permitió el aseguramiento de 744 kilos 900 gramos de hierba verde con las características propias de la mariguana.
“Elementos de la Policía Federal Ministerial de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), derivado de actos de investigación coordinados con personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), llevaron a cabo la técnica de investigación en una propiedad ubicada en el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua.
“El inmueble y el estupefaciente quedaron a disposición del fiscal de la Federación, adscrito a la Delegación de la PGR en Chihuahua, quien continúa con las investigaciones correspondientes, por la probable comisión del delito contra la salud, en contra de quien o quienes resulten responsables”.
Para empezar no dice en qué lugar de Guadalupe y Calvo fue ese operativo, son más de mil 500 comunidades las que conforman el municipio; no es tiempo de cosecha de mariguana; peor todavía, hasta los aprendices de la DEA saben que en aquella región los cultivos de amapola han sustituido a los de mariguana desde hace una década.
Y lo más importante, es imposible que un operativo de la PGR, por muy simulado que fuera, por tierra o por aire, no haya sido detectado por los agentes estatales de Óscar Aparicio y de César Peniche, o de los propios militares que mantienen al menos tres bases de operación en varias comunidades de Guadalupe y Calvo. Todos ellos debieron saber de ese cargamento desde que apenas eran matitas tiernas e inofensivas en uno o varios predios... si apeláramos a la lógica.
El boletín de PGR es muy escueto; oculta más de lo que informa. Quizá en las consecuencias de ese operativo nos enteremos sobre la misteriosa verdad de esos 744 kilos de mariguana decomisada donde ya no siembran cannabis y donde tampoco es temporada de cosecha; donde no hay agentes federales pero sí muchos estatales, militares y municipales.

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Ayer en su artículo de El Universal aventó porras al mayoreo Jorge Nuño Jiménez, (director general del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo) por el rumbo positivo que ha tomado la relación entre el Ejército Mexicano y el president electo, Andrés Manuel López Obrador.
Pocos confiaban en que un izquierdista rudo como lo ha sido AMLO lograra socializar adecuadamente con los militares. Hubo por parte de él un “acto de responsabilidad y de congruencia, tácito reconocimiento a la histórica labor desarrollada por las Fuerzas Armadas” al admitir que el Ejército siga en las calles participando en los operativos de seguridad pública, escribió Nuño.
Ese pronunciamiento del tabasqueño se dio la semana pasada tras la comentada reunión con el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos.
El Ejército no solamente es armas y disciplina castrense. También le entra a lo político y a lo diplomático, ambas características manejadas con mano diestra a lo largo de una campaña electoral que se perfilaba justo con resultados ganadores para López Obrador. No hubo necesidad de juramentaciones ni polémicas, sólo de mantener visión y discurso institucional.
Los dos grandes sectores de la milicia coincidieron en esa misma posición, tanto los generales formados en la antigua tradición de los cuarteles mexicanos como aquellos con formación “extranjera” en West Point. Los primeros representados por Arturo Granados, los segundos por Felipe Gurrola Ramírez.
López Obrador se ha esmerado en evitar errores hacia toda la sociedad mexicana, incluidos con particular énfasis ahora los militares, en otros tiempos severamente cuestionados ni más ni menos que por su participación contra la inseguridad en las calles.

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La pelea está entre quienes dejarán de ser diputadas en unas horas más, Maribel Hernández y Lilia Ibarra.
Ambas han sido anotadas por Javier Corral y Francisco “Pancho” Muñoz como posibles sucesoras de José Pérez Espino en la subcoordinación de Comunicación Social Zona Norte.
Todo fue cuestión de esperar sólo días, semanas, para comprobar que “Josépepe” no daría el ancho en el cargo y le darían las gracias. Eso está por ocurrir. Igual que siempre, ayer no sabía nada de nada sobre la gira de trabajo que emprenderían por Juárez varios colaboradores de Andrés Manuel López Obrador que serán funcionarios en el nuevo régimen federal. Esto molestó al patrón.
Sabemos que desde hace días tanto Corral como su secretario privado iniciaron sus sondeos para buscar el relevo de Pérez Espino. Casi lo tienen, aparece entre las diputadas Maribel y Lily, cuya última levantada de dedito será justo hoy. No pudieron con la reelección y no les queda más que la nómina del Gobierno del Estado.

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