Opinion

Hágase la ley en los bueyes de mi compadre

Francisco Ortiz Bello
Analista

2018-08-11

Cuando al independiente Armando Cabada se le ocurrió inconformarse con la resolución de la Asamblea Municipal, de otorgar la constancia de mayoría a su contendiente Javier González Mocken, basada en una deficiente captura y conteo de los votos, las huestes del neomorenista se volvieron rabiosas contra el alcalde en busca de la reelección, lo menos de lo que lo acusaron fue de necio, aferrado, mal perdedor y quién sabe cuántas lindezas más.
Ahora que se voltean las cosas, y que será Mocken quien impugne ante el Tribunal federal, ¿aplicarán sus seguidores el mismo criterio para pedirle a su candidato que sea sensato y que acepte la derrota como lo hicieron con Cabada? ¿También criticarán y fustigarán duramente a Mocken en las redes sociales por “necio, aferrado y mal perdedor”? Triste y condenable condición humana la de acusar a otros de lo mismo que hacemos todos.
Lo dije en su momento, y lo repito ahora, cada ciudadano de este país goza del sagrado derecho a defenderse, por todos los medios legales, cuando cree que sus garantías individuales están siendo vulneradas. Para eso son las leyes, y los abogados lo saben muy bien.
Por esa misma razón dediqué varios artículos y comentarios editoriales, en radio y televisión, a defender ese derecho. No a defender a nadie en particular, ni a atacar a nadie. Sólo a preservar la garantía de hacer valer un derecho, un medio de defensa que impida una injusticia. Todos tenemos derecho a ello, y nadie puede criticar a otro por ejercer su derecho a la defensa o a exigir justicia.
Las cosas llegaron demasiado lejos entre los seguidores del candidato de Morena. Llegaron al extremo de denostar y descalificar con insultos y ofensas a cuanto medio de comunicación, periodista o reportero se le ocurriera publicar alguna nota o información que pudiera favorecer a Cabada. Ciegos y sordos los morenistas hicieron cera y pabilo de este rotativo cuando publicó  una información extraoficial adelantando el fallo del tribunal.
La columna de ayer explica muy bien este tema: “Repetimos que de manera extraoficial conocimos que ese dictamen favorecería a Cabada. No son las razones de esta columna, serían en todo caso explicaciones de los magistrados. Adelantar el sentido de una resolución ni es inmoral ni es antiético, es simplemente un ejercicio periodístico que en condiciones semejantes ejercen todos los medios y todos los periodistas en la medida de sus alcances y sus capacidades. Igualmente todo mundo asume los riesgos de un equívoco o de un cambio de último momento”.
Sin embargo a los simpatizantes de González Mocken –que han hecho de este tema un pleito personal–, que nada saben de capacidades, competencia y fuentes periodísticas, poco les importó que fueran varios medios de comunicación los que publicaron sobre el sentido de la resolución del TEE, para ellos la sola publicación fue “una ofensa” digna de un furioso y rabioso contra ataque. Hoy, la realidad, la cruda y cruel realidad, los aplasta sin piedad.
Desde el principio de la controversia advertimos que el fondo del conflicto no era teórico-jurídico, no, nunca lo fue. Siempre fue un asunto de matemáticas simples. De capturar y sumar bien una serie de actas de escrutinio. Ese fue siempre el tema, y la resolución de los magistrados del TEE así lo confirmó ayer.
La sentencia del órgano electoral tiene varios aspectos. Desechó las inconformidades de Morena y del PES porque no acreditaron sus agravios; ordenó modificar el resultado de la elección, revocar la constancia de mayoría expedida a González Mocken y emitir una nueva a favor de Armando Cabada; ordenó dar vista al INE y a la Fepade para deslindar responsabilidades de la Asamblea Municipal Electoral de Juárez.
Durante nuestro trabajo periodístico al reportear toda la jornada completa del cómputo municipal, siempre advertimos que se habían cometido una serie de irregularidades, que ponían en clara desventaja al candidato independiente por la reelección, publicarlo incluso nos costó descalificaciones, insultos y hasta amenazas de quienes defienden el triunfo de González Mocken. Grave, muy grave. La intolerancia en pleno ante la verdad.
Siempre lo dijimos: en democracia se gana o se pierde por un voto. Si al final de todo este proceso legal, ese fuera el caso (un voto de diferencia para uno u otro contendientes), igualmente defenderé y ponderaré a quien resulte ganador sea Cabada o sea Mocken, pero sólo luego de que las instancias electorales le hayan dado certidumbre y legalidad a todo el proceso, porque eso es precisamente lo que estuvo en duda gracias al deficiente desempeño de la Asamblea Electoral a cargo de Víctor Edgar Villegas Baray, quien sin duda alguna tendrá que responder por ello.
En un comunicado oficial, el Tribunal Estatal Electoral expone: “El candidato independiente, en su demanda de juicio, expuso 6 agravios, de los cuales, en 2 de ellos, del análisis realizado, el pleno consideró que le asistió la razón, al acreditar las causales de nulidad en casillas previstas en el artículo 383, numeral 1, incisos e) y m) de la ley, por lo que en 21 de ellas se anuló la votación.”
“Así mismo del estudio realizado por la ponencia del magistrado César Lorenzo Wong Meraz, se encontró que en algunas de las casillas hubo errores de captura e inconsistencias entre los datos asentados en las constancias individuales de recuento y el cómputo de la elección, lo que hace que el resultado se corrija; ello pues hubo ocasiones en que no se le contabilizaban al independiente hasta 100 votos.”
Luego de realizar las sumas y restas obligadas al anular algunas casillas, y al corregir la suma y captura de otras, el resultado final que arroja la elección de Ayuntamiento en Juárez, el pasado 1 de julio, le da 175 mil 982 votos al independiente Armando Cabada Alvídrez, y 175 mil 134 al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Javier González Mocken, lo que el voto de los juarenses le concede la reelección al independiente.
Al argumentar y razonar el sentido de su voto, los cinco magistrados coincidieron en destacar la gravedad de los errores de captura cometidos. Incluso, en su proyecto de sentencia, el magistrado Wong presentó diversos ejemplos esquematizados gráficamente sobre la naturaleza de los errores y omisiones cometidas por la AMEJ. Por ejemplo, en una casilla de recuento, en el acta se asientan 109 votos para el candidato independiente, pero en la captura sólo se consignan 9. Así de ese tamaño fueron los errores en muchas de las casillas revisadas. De plano 100 votos de diferencia.
Pero esos errores no lo son todo. ¿Por qué sólo se “equivocaron” en contra de Cabada? ¿Por qué no hubo errores de captura contra González Mocken? Lo que es todavía peor, sí hubo casillas con errores para el morenista, pero en esas el error era a su favor, es decir, se le restaban votos al independiente y se le anotaban a González Mocken. ¿Extraño no? Las leyes del azar y la probabilidad indican que, cuando hay errores u omisiones sin dolo, estos se presentan por igual de un lado que de otro, lo que no ocurrió en el recuento y computo de la Asamblea Municipal en Juárez.
Por esas razones es que los magistrados del TEE deciden dar vista al Consejo General del INE y a la Fepade, para que se realicen las investigaciones pertinentes y se precise si los errores u omisiones fueron deliberados o no. Qué grave asunto en una elección. Triste y penoso papel del árbitro electoral quien no estuvo a la altura de las circunstancias.
Para concluir este artículo, citaré fragmentos de las intervenciones de dos magistrados la mañana de ayer. Primero el magistrado José Ramírez Salcedo:
“...bien aquí lo que hay que revisar con mucha calma es el desempeño de las autoridades, de la autoridad administrativa electoral y el impacto que tuvo en este, en esta situación que hoy está resolviendo el tribunal electoral; siento totalmente que, con esto, la elección está quedando en claro, es el pasado en claro hay mucha diferencia entre poner el pasado en limpio, con poner el pasado en claro.... se está respetando la ley pero sobretodo se está respetando el sentido del voto de los habitantes de la gran metrópoli y de México que es Ciudad Juárez”.
Ahora el magistrado Jacques Adrián Flores Jácquez: “…debo comentar que del caudal probatorio que obra en autos del expediente, ha quedado demostrado ante este órgano jurisdiccional, que en la elección estudiada existieron diversas irregularidades graves y evidentes que trastocaron los principio de certeza y de objetividad, estos principios como ejes rectores de la materia deben ser prioridad para los órganos electorales…”, fin de la cita, y, en la especie, no lo fueron para las autoridades de la Asamblea Municipal en Juárez. Así de sencillo. Así de contundente.

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