Opinion

Cuando la justicia es venganza

Javier Cuéllar
Abogado

2018-08-11

En un acto de elemental justicia tardía que desconcierta a todo el pueblo de México, la maestra Elba Esther Gordillo fue liberada de su prisión al encontrar, finalmente, que todos los cargos de que se le acusaba el régimen de Enrique Peña Nieto fueron desestimados por falta de solidez. ¿Solidez? Más bien pudiéramos llamarlos por falsedad. Todos lo sabían de cierto modo, la falta de la señora Elba Esther no fue alguna violación a nuestras leyes penales, sino una deslealtad al sistema político mexicano por haber ayudado en ese tiempo en su campaña a AMLO con muchos de los recursos que ese sistema puso a su alcance y haber desafiado la figura presidencial. Antes no la asesinaron. Algo parecido sucedió años antes con “La Quina”.
La justicia que se imparte en nuestros tribunales ha quedado en entredicho y se parece mucho más a un acto de venganza que a uno de equidad. Justicia para México ha sido más bien un acto de venganza o represalia del gobernante triunfante en turno contra algunos de sus detractores que en la disidencia la interpretan como traición a la manera de tribus bárbaras. “Si el hombre llegado a su entera perfección, es el primero de los animales y es el último cuando vive sin leyes y sin justicia. Nada más monstruoso en efecto, que la injusticia armada”. Nos dice sabiamente Aristóteles y la irresistible fuerza del estado, de cualquier estado, supera mucho al concepto de la injusticia armada. Porque neutraliza cualquier ayuda, incluyendo la de algunos abogados defensores que se atemorizan ante un oponente tan formidable como el estado.
No existen nuevos elementos, la injusticia siempre estuvo ahí a la vista de todos y nadie la hizo valer, ningún juez la atendió. Afortunadamente al término del sexenio del licenciado Peña Nieto esta mujer es liberada coincidiendo con el triunfo electoral del candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Lo cual resulta ominoso para la sociedad mexicana porque “una injusticia hecha a una persona amenaza a todos”, según nos dice sabiamente el Barón de Montesquieu.
Desgraciadamente este tipo de venganzas políticas se están haciendo muy populares en nuestro ambiente y sólo esperamos que el proceso multimodal emprendido en Chihuahua contra el exgobernador César Duarte Jáquez y muchos de sus colaboradores publicitado como “Justicia para Chihuahua” no sea en el fondo solamente una “Venganza para Javier Corral” y este hombre sea liberado de sus acusaciones hasta el término de la presente administración estatal. No debemos olvidar que “Desterrada la justicia que es el vínculo de las sociedades humanas, muere también la libertad que está unida a ella y vive por ella”, nos dice Juan Luis Vives. ¡Qué triste es este país!

La muerte. Fría y dolorosa
Sabemos perfectamente que al morir no podremos llevarnos ninguna de nuestras posesiones las cuales nos fueron prestadas de alguna manera durante nuestro tránsito por este valle de lágrimas. Sólo nuestras buenas acciones nos acompañarán ante la presencia del Altísimo a la hora de nuestro juicio personal. Pero resultan sumamente dolorosas e intimidantes para toda la sociedad mexicana los asesinatos de muchos de nuestros policías y mandos intermedios que dirigen las acciones en contra de la delincuencia organizada y desorganizada en un acto legítimo de protección a la comunidad.
La más reciente, al momento de escribir esta nota, es la del jefe de la Unidad de Asuntos Internos, señor Dan Gerardo Fonseca Torres, en las inmediaciones de la colonia Infonavit Aeropuerto; entre la gente surgen diversas ideas para proteger a estos guardianes de la ley cuya misión es a su vez protegernos y cuidar de todos nosotros. Vimos sus funerales y no podemos más que exclamar con Amado Nervo: “¡Y a pesar de mi fe, cada día evidencio que detrás de la tumba ya no hay más que silencio!”.
Se habla de mejorarles sus sueldos, pero ¿qué salario se le puede pagar a una persona a cambio de arriesgar su vida? Se habla de dotarlos de un seguro de vida decoroso, pero ¿qué seguro de muerte puede compensar a las familias desamparadas por el fallecimiento de su ser querido? Se nos dice que debemos hacerlos sujetos de créditos hipotecarios para la adquisición de viviendas para ellos y sus familiares pero de poco les servirán estos inmuebles ante la fría lapida que cubre sus cuerpos. Lo correcto sería tomar medidas lógicas para asegurarles su supervivencia en ese ingrato trabajo.
Lo cierto es que su ambiente se encuentra plagado de traiciones y corruptelas propiciadas mayormente por el narcotráfico, por lo que para sanear su entorno laboral debemos tomar medidas como sociedad para resolver este problema que se nos ha agudizado al grado de llegar a sentir que en esta comunidad nacional la vida no vale nada y cuidarse ha sido poco efectivo porque es muy difícil saber ¿cuándo cuidarse y de quién? Es un problema tan grande que sólo Dios puede con él.
Toda esta violencia salvaje solamente puede combatirse legalizando el uso de las drogas porque la batalla contra los estupefacientes hace mucho tiempo que está perdida, así, estas muertes y las que siguen serán perfectamente inútiles, sólo servirán para aumentar el luto y el dolor engordando las morbosas cifras. Después de los sentidos pases de lista y los toques de silencio estas personas ya no volverán y nos dejarán tan solos como siempre. Todas las batallas y los esfuerzos carecen de sentido ante un sepulcro, aunque este esté cubierto de laureles.

Intentona de manipulación en la UACJ
La elección del próximo rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez se ha vuelto una pachanga con diez candidatos a saber y los que se acumulen esta semana: Ricardo Melgarosa Ramos, Osvaldo Martínez Jiménez, Francisco Javier Heredia García, Francisco López Hernández, Daniel Constandse, Juan Ignacio Camargo Nassar, Roberto Acosta Varela, Ernesto Morán, David Ramírez Perea y Manuel Loera de la Rosa. Son las personas que se han inscrito y externado sus intenciones de participar de acuerdo a los últimos informes publicados por la prensa local.
Esta profusión de candidaturas crea un grave desconcierto entre la comunidad universitaria que se confunde y, lo más peligroso, se divide al grado de la atomización. Al menos esa es la intención del actual rector Ricardo Duarte pues es bien sabido que, “a río revuelto, ganancia de pescadores”, reza un viejo adagio popular.
Este vodevil de candidaturas tiene su antecedente más inmediato en una táctica idéntica utilizada por el gobernador César Duarte Jáquez con motivo de la selección interna del PRI de su candidato a gobernador en las pasadas elecciones. Al final la elección fue un fracaso para el partido tricolor que quedó muy dividido para enfrentarse al proceso electoral que finalmente ganó el licenciado Javier Corral Jurado. Luego se identifica claramente la directriz política que se está ejecutando o que se pretende ejecutar al interior de la UACJ. Como que se quiere dar la impresión de que muchos de los candidatos son gente de ese grupo político puesto que le siguen el juego en lugar de adoptar criterios de unidad que resulten más sanos para la institución. Pero a Ricardo Duarte la unidad de la comunidad universitaria le importa un cacahuate, y tal vez piensa: “Para lo que duro en este convento, defeco adentro”.
Estas elecciones en la UACJ son inéditas, no tanto por la profusión de candidatos, sino porque se puede intuir que es la primera vez que un exgobernador, por intermedio de su hermano, pretende manipular la elección pasando por encima del actual mandatario cuando por lo menos debiera de estar en el retiro o por lo menos en el exilio estadounidense a donde lo han confinado la docena de órdenes de arresto que penden sobre su cabeza. Pero no, se encuentra gozando de cabal salud política, vivito y coleando. Cuidadito, la UACJ puede ser utilizada como un respetable factor político de presión. Pero volvamos al análisis de la elección.
Salvo los doctores Ernesto Morán García, David Ramírez Perea y Juan Ignacio Camargo Nassar, los demás precandidatos por muy respetables que sean carecen de posibilidades reales de obtener la victoria y ni cuando menos hacer un papel decoroso y así, lo más sensato sería que retiraran sus candidaturas para despejar un poco el proceso electoral de la universidad y contribuir al sentimiento de unidad de la comunidad de maestros y alumnos. Si este proceso de unificación no se realiza, gane quien gane, es muy posible que tenga que enfrentarse a un ente universitario dividido y bronqueado que se convierta en un dolor de cabeza para la sociedad juarense y, desde luego, para el gobernador Javier Corral, que es el primer responsable político de la estabilidad del estado. 

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