Opinion

Ciudad Juárez, la violencia y sus habitantes

Verónica González
Analista

2018-08-06

En los últimos días en Ciudad Juárez hemos visto historias que se han tornado de miedo y escozor. Los debates entre los que conocen las causas y las consecuencias han mostrado que tal vez exista sólo un factor detonador que propicia la violencia y que muestra la cara más terrorífica del ser humano: la carencia de empatía hacia el otro y la falta de humanidad.
El día de hoy comenzará a nivel nacional un ejercicio que propone el gobierno electo a nivel federal: el “Foro Escucha Juárez”, este será el primero que comienza en esta región fronteriza, lo que en el fondo hace que albergue un poco de esperanza del porvenir. El nombre del foro nos invita a la reflexión porque no queda claro si nosotros los juarenses escucharemos las propuestas o el foro servirá para que otros nos escuchen desde la perspectiva del día a día de la cotidianeidad, de las carencias, limitaciones y esperanzas.
Los resultados del foro permitirán establecer una política integral de seguridad. Y aquí es donde surge la duda, ¿será suficiente un sólo foro en Juárez para recabar información sobre los temas que aquejan a los ciudadanos? ¿Con un foro se pude mitigar la violencia excesiva, las desapariciones? ¿Con el foro se va diluyendo el dolor o la impotencia que sufren miles de víctimas? ¿Es suficiente el establecimiento de una política pública en materia de seguridad para sensibilizarnos ante el dolor, la pérdida y el sufrimiento que comenzó hace más de una década?
La resolución a estas inquietudes debe analizarse desde una visión holística; la respuesta está en integrar a diversos actores que desde diversas escalas deberán proponer alternativas para mejorar las condiciones de seguridad en esta ciudad, pero aquí surge una duda, ¿la responsabilidad sólo es de los actores que siempre son involucrados en los procesos de reconstrucción social y paz? ¿Será que cada habitante deberemos hacernos responsables de las obligaciones que como individuos tenemos?
Esta reflexión la baso en dos situaciones que se presentaron en diversos entornos y con magnitudes distantes. El primero es a una escala menor, que conjuga dos áreas de oportunidad. En un parque de un fraccionamiento cerrado, estuvieron descompuestas las luminarias por más de dos meses, hace un par de semanas varios adolescentes se congregaban en este espacio, a charlar y a fumar mariguana, la controversia se desató entre los vecinos porque los jóvenes podrían ser de influencia en los niños que visitan el parque donde juegan y hacen amistad. Pero también por el interés de saber si los jóvenes son habitantes de allí o si eran visitas de alguien más. Al final se tuvo conocimiento que son todos habitantes del mismo lugar, luego de esta confirmación nos preguntamos, ¿los padres saben que sus hijos están haciendo estas prácticas que lejos de edificarlos los alejan y abstraen de una vida sin ataduras? Y en dado caso que la respuesta sea afirmativa emerge otra inquietud: ¿por qué los padres permiten estas prácticas aun conociendo que en la mayoría de los casos las consecuencias son las mismas?
Otra situación se presenta a una escala municipal, es de conocimiento de los que aquí vivimos, en este año se ha incrementado el número de homicidios atribuidos al crimen organizado, hasta este día suman más de 700 personas. En este caso las dudas que surgen son: ¿las políticas de prevención de la violencia no han resuelto la problemática en los últimos años? ¿Las autoridades son responsables de esta situación? ¿El trabajo de las organizaciones de la sociedad civil ha sido insuficiente para resolver los problemas? ¿Qué nuevas alternativas de cooperación y resolución de problemas será necesario explorar? ¿Todo está explorado? ¿Faltan más personas, grupos y organizaciones sumarse hacia el mismo esfuerzo?
La diversidad de opiniones en esta temática sin duda es diversa, cada persona podemos desde el ámbito de ejecución y de conocimiento opinar al respecto, construir soluciones y opinar en el quehacer de las autoridades y de las organizaciones que participan. Pero de manera transversal la respuesta es sencilla y simple, toda solución puede abordarse desde nuestro entorno más cercano, donde tenemos un control más puntual y contundente: nuestra casa, con nuestra familia. En los últimos meses hemos criticado a las autoridades con tal énfasis como si nosotros estuviéramos exculpados de nuestras acciones. Considero que debemos hacer una reflexión hacia nuestro entorno próximo, motivando crear ciudadanos comprometidos, respetuosos, dignos de autoridades alejadas de la corrupción, el nepotismo y el robo.  Como ciudadanos debemos hacernos responsables de nuestras acciones y de las consecuencias de las responsabilidades que de forma intrínseca tenemos por el sólo hecho de vivir en esta ciudad, en este país y en este mundo.

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