Opinion

La dispersión urbana daña la ciudad

Javier Cuéllar

2016-07-26

Como una herencia maldita de la guerra de Felipe Calderón contra casi todos los narcos, el abandono de viviendas en nuestra ciudad y en general en todo el estado fue exagerado al grado que habiéndose recuperado 20 mil 400 viviendas, todavía quedan muchas en ese deplorable estado otorgándole a la ciudad un aspecto de urbe siniestrada por una guerra maldita que no acaba de capitular y no nos deja vivir en paz.
Hoy por hoy Chihuahua viene a ocupar el segundo lugar en incidencia de asesinatos después del estado de Guerrero que ocupa el lugar número uno, lo cual no es nada satisfactorio.
Pero de acuerdo a información proporcionada a El Diario de Juárez por el Infonavit, de esas más de veinte mil casas recuperadas y entregadas al Gobierno del Estado por medio de Coesvi, tan sólo se han comercializado en reciclado unas 4 mil 537, lo que aparentemente es una cifra importante pero es muy reducida en comparación con el cúmulo de viviendas que deben reciclarse.
Claro que es más fácil destruir que construir y más cómodo adquirir en bloque vivienda abandonada que regenerarla y venderla nuevamente por medio de contratos viables que nos permitan asegurar que los nuevos compradores van a habitar la vivienda por un tiempo razonable y que no la abandonarán.
Como quiera que sea ese es el trabajo que debe hacerse pero resulta inconcuso que ante este escollo de vivienda reciclada que aún permanece sin venderse, el Cabildo de nuestra ciudad autorice la construcción de 14 nuevos fraccionamientos que vienen a agravar el problema de la vivienda abandonada con más vivienda de desperdicio.
Catorce fraccionamientos nuevos han sido autorizados por la actual administración municipal en un alarde de desperdicio de los recursos sociales en vivienda que tiene muchas probabilidades de ser abandonada y que acentúa el problema de dispersión urbana que ya hemos tenido desde hace tiempo.
La política habitacional del Plan de Desarrollo Urbano trazaba una ruta para la densificación de la mancha urbana y esa directriz se desvirtúa y se contradice con esos nuevos fraccionamientos.
Los nuevos desarrollos están autorizados a realizarse en la punta del demonio, en tierra de nadie, donde llevarles servicios y atender las necesidades de esos centros urbanos va a costar mucho dinero que no se tiene y que muchas de las veces provocará que los juarenses que se asienten en esos lugares queden marginados de la comunidad.
Ciudad Juárez es una tierra de libertades pero no se puede abusar de este concepto para realizar desarrollos urbanos donde es difícil atender las necesidades de un grupo de colonos cuando, por otra parte, ya existen desarrollos que en su tiempo fracasaron pero que ahora con la vuelta a operación ofrecen más posibilidades de éxito o al menos no agravan el problema.
En el propio centro de nuestra ciudad, con todos los servicios instalados y buenas vialidades, existen un sinfín de terrenos desocupados y casas abandonadas que esperan un buen programa de densificación urbana para repoblar esa zona sin que esto ocasione mayores gastos a la Administración municipal para la dotación de infraestructura y equipamiento urbano.
¿Por qué no se ocupan esos terrenos y viviendas abandonadas?  ¿Por qué no se crea un plan para que los inmuebles no estén muertos y entren a la circulación comercial?
Aunque las autoridades digan que los 14 nuevos fraccionamientos cumplieron con todos los requisitos estos no debieron haber sido autorizados porque estaban fuera del programa de densificación urbana y ese era un pretexto suficiente para no autorizarlos. Lo que da la apariencia es que cuando se trata de empresas poderosas y adineradas, todos sus caprichos se autorizan así se agrave el problema de dispersión urbana que padecemos y esta situación nos hace pensar que son esas empresas las que mandan en esta ciudad y no el interés público que ya ha sido postergado muchas veces.

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