Opinion

Prioridades, humanismo e innovación

Óscar Fidencio Ibáñez Hernández/
Analista político

2016-07-23

La época que nos ha tocado vivir está caracterizada entre otras cosas por su constante movimiento, ni siquiera está a discusión que es una nueva época sino su definición; entre sus características está la novedad, la inmediatez, y al mismo tiempo la caducidad de sus elementos que han llevado a pensadores como Bauman a definirla como la “modernidad líquida”; una época en flujo constante que plantea retos a los esquemas tradicionales de convivencia social y política.
Por supuesto que las instituciones y sus burocracias asociadas representan modelos más adecuados a la “modernidad sólida”, pero ya no responden con la flexibilidad y rapidez que demanda la nueva época, como todo cambio paradigmático, las diferentes perspectivas coexisten y buscan adaptarse, se crean nuevas instituciones o nuevas reglas de juego que se van adaptando, pero que difícilmente responden a los constantes cambios.
Así pues, este nuevo entorno reta a las estructuras y a las prácticas de gobierno que a veces se llegan a considerar tradiciones inamovibles. Por ejemplo, hacer acciones u obras para los primeros 100 días de gobierno no tiene sentido en un entorno dinámico dominado por la inmediatez de las redes sociales. El reto hoy estriba en la capacidad de adaptación a una sociedad plural y a entornos dinámicos que requieren resultados continuos, sin perder de vista los principios, objetivos y metas de largo plazo que son los que logran transformaciones verdaderas o soluciones de fondo que hacen trascender a los gobiernos.
El triunfo de Acción Nacional en Chihuahua es una invitación de la sociedad a que las autoridades electas definan nuevas prioridades desde una perspectiva humanista utilizando formas innovadoras.

Nuevas prioridades
A partir de las frases textuales del gobernador electo, se pueden esbozar algunas de las prioridades: “La característica fundamental del gobierno entrante de Chihuahua será la honestidad, porque hoy lo revolucionario en la política es conducirse con honestidad”, esto conlleva fortalecer la transparencia, aumentar la rendición de cuentas y por supuesto combatir la impunidad, esta intención ha sido sintetizada desde la campaña con el objetivo de encarcelar al gobernador César Duarte.
El combate a la corrupción es una condición que puede sentar las bases para que exista honestidad, por una parte manda un mensaje muy claro hacia los integrantes del nuevo gobierno sobre las consecuencias de actos deshonestos, y por otra parte, hace que el proceso de documentar, denunciar y procesar delitos se establezca como una práctica hacia adentro de la administración.
Existen muchas otras acciones asociadas a este tema que tendrían que desarrollarse, entre las importantes estará crear las instituciones estatales que se derivan del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción que recién se aprobó, el nuevo gobierno tiene la oportunidad no sólo de homologar lo que se aprobó, sino de profundizar en las propuestas derivadas de la iniciativa ciudadana 3 de 3, por ejemplo la ciudadanización de las instancias que se desarrollen para el estado.
Otra prioridad seguramente será el replanteamiento en la relación entre sociedad y gobierno, sintetizada por Javier Corral cuando ofreció “En Chihuahua vamos a demostrar que gobernar es mandar obedeciendo”. Los mecanismos que impulsó el movimiento #ReformaPoliticaYa hace algunos años logró algunos avances a nivel nacional, nuevamente, no todo quedó plasmado en las instituciones, pero algo se puede aprovechar.
El modelo brasileño de participación ciudadana electa para distintos organismos de fiscalización y definición de presupuestos es un modelo a revisar, sin embargo el marco legal que la acompaña tiene orígenes de respuesta al autoritarismo militar de Brasil que le han dado una fuerza institucional que en México no se ha intentado.
En la administración de Francisco Villarreal se hizo el primer ejercicio de presupuesto participativo local asociado al pago de impuesto predial, mientras que el de la Ciudad de México ha resultado uno de los fracasos más evidentes, además de mediatizar la participación ciudadana en lugar de promoverla, ha servido para fortalecer los esquemas clientelares y corporativos de la izquierda de la capital.
Muchas otras prioridades se pueden intuir de las declaraciones del gobernador electo, como la atención a los más necesitados, reducir las desigualdades, trabajar por salarios dignos, generar un modelo de desarrollo económico sustentable, a las que buscaré referirme en colaboraciones posteriores, pero no puedo dejar de mencionar la declaración que apunta hacia otra prioridad: “Hacer un buen gobierno logrará que volteen a ver a Chihuahua como un nuevo modelo político para México”.
La construcción de nuevos modelos políticos no es fácil ni siquiera en la teoría, pero la premisa de hacerlo a partir de realidades, en este caso, a partir de “hacer un buen gobierno” es una vía saludable que reta a la construcción desde las acciones y cambios concretos, en lugar de hacerlo derivado de planteamientos ideológicos que muchas veces no son aplicables en condiciones particulares.

Perspectiva humanista
La propuesta política que ganó en Chihuahua es humanista y sus principios se vuelven esenciales en la construcción de políticas públicas, de mecanismos de interlocución y en el enfoque para definir prioridades.
Centrarse en la atención a la persona, respetando su dignidad, su vida y sus derechos se convierte en el principio fundamental para el gobierno, articular esto en el trato cotidiano de los empleados gubernamentales con los ciudadanos, es un reto que va más allá de la definición teórica o de los códigos de ética, e incluso de la normativa administrativa, se requiere una capacitación general en el personal de gobierno para entender este principio y las distintas maneras de su ejercicio, algo que realmente puede lograr un cambio paradigmático.
El enfoque solidario que atiende las necesidades de los más necesitados en todos los aspectos es otra condición que sin ser excluyente debe condicionar prioridades, recursos y actitudes de atención. El discurso por los pobres es muy común pero las actitudes y las políticas públicas que pudieran cambiar esa condición raramente se plantean, hay aquí una oportunidad de oro para revisar muchas acciones y programas de gobierno.
La necesidad de fortalecer la sociedad a partir de la familia que es su célula básica se convierte en una oportunidad para generar políticas con perspectiva familiar, muchas de las acciones que buscan mejorar el salario o las condiciones laborales de las personas fallan por no tener una perspectiva familiar, y por el contrario, muchas de las posibilidades de fortalecer la sociedad, las empresas y la comunidad están en una aproximación a los problemas desde y para la familia, que además permiten el ejercicio de la subsidiariedad.

Formas innovadoras
La campaña de Pedro Kumamoto es un claro ejemplo de la utilización de la tecnología y las redes sociales, entre otras cosas para dar opciones de participación a la ciudadanía, para transparentar los procesos y el manejo de recursos, y por supuesto para ganar una campaña política rompiendo los paradigmas tradicionales. A partir de esa experiencia y otras como la de #ReformaPoliticaYa es necesario construir mecanismos similares.
Hay muchos ejemplos de lo que implica la utilización de redes sociales como nueva forma de acción política mucho más de acuerdo a las necesidades de esta época, Javier Corral ha incursionado en el uso de redes sociales principalmente a través de Facebook, logrando una comunicación efectiva con la sociedad, al mismo tiempo de que los ciudadanos pueden retroalimentarlo y comunicarse con él. ¿Cómo será la nueva estructura de comunicación, y cómo se replanteará la relación con los medios tradicionales a partir de esta realidad?
Otra novedad estriba en el diseño transversal e integral de las acciones de gobierno, por años se ha privilegiado la elaboración de planes y objetivos por dependencias, lo que ha llevado a una ineficiencia en la resolución de problemas y a una frustración de la sociedad, hay aquí retos como promover un desarrollo económico sostenible, que implicaría alinear la visión y las políticas de agua, energía, medio ambiente y las diferentes áreas que tienen que ver con el desarrollo económico.
Lograr un desarrollo social humanista implicaría alinear las políticas de educación, salud, cultura y fortalecimiento social con perspectiva de familia, y lo mismo para lograr un verdadero gobierno y seguridad de la población, hay muchas acciones que tendrían que vincularse para lograr una verdadera atención integral, las prioridades, con enfoque humanista e innovación se convierten pues en el eje de la construcción práctica de un nuevo modelo de gobierno que sea un ejemplo a seguir en México.

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