Opinion

Libre importación de gasolinas

Javier Cuéllar

2016-07-19

De acuerdo a una nota periodística publicada por El Diario de Juárez el pasado lunes, Ciudad Juárez se encuentra en riesgo de sufrir un desabasto de gasolina.
El combustible de reserva almacenado en la terminal de Pemex sólo alcanza para cumplimentar las necesidades de nuestra población de dos días, lo cual no habla muy bien de la administración de reservas por parte del monopolio paraestatal, pues se maneja con un inventario sumamente bajo.
Cualquier desfase o eventualidad en la línea de abastecimiento puede provocar una escasez de combustible que causaría graves perjuicios a la actividad total de la ciudadanía.
Por otra parte Excélsior nos informa que, siendo México un país míticamente petrolero, en el mes de julio del 2016, por primera vez en nuestra historia el 62 por ciento de las gasolinas que consumirán los mexicanos provienen de las importaciones de ocho países entre los que destacan Estados Unidos, Países Bajos, España, India, Bahamas, Antillas Neerlandesas, Francia y Trinidad y Tobago, que la mayoría no son países productores de crudo pero que cuentan con refinerías y una línea de comercialización más eficiente que nosotros.
La reforma energética del presidente Peña Nieto no nos ha llevado a una eficiente producción de refinados del petróleo y, por lo que puede verse, ni siquiera a una comercialización eficiente porque de acuerdo a la última orden de compra, México importará 504.6 mil barriles diarios de gasolina durante el mes de julio del presente año para poder satisfacer el 62 por ciento de la demanda interna promedio nacional que durante el mismo mes ascenderá a la suma de ochocientos quince mil barriles diarios.
Claramente nuestro país se ha colocado ya en la lista de países importadores del citado combustible y de nada nos han servido los veneros de petróleo que nos escrituró el diablo, según reza la Suave Patria, bella poesía de Ramón López Velarde.
Lo cierto es que como herederos de los pozos petroleros del diablo, el gobierno mexicano no ha sabido manejarlos de tal manera que con toda y esa herencia no hemos sido capaces de satisfacer la demanda del mercado nacional pues de acuerdo a datos proporcionados por la Secretaría de Economía que corresponden a los meses que van de enero a abril del presente año, México ha requerido comprar gasolinas por un valor de casi tres mil millones de dólares a los países antes señalados.
A pesar de la reforma energética nos hemos convertido en un país preferentemente importador de energéticos, principalmente gasolina.
Sin embargo, las escasas reservas que se tienen en Ciudad Juárez nos dan una idea de que así debe estar el país entero y esa raquítica línea de reservas nos coloca en un alto grado de vulnerabilidad.
De hecho esta situación nos hace reflexionar si como simple importador y comprador de gasolina, Pemex pudiera ser considerado eficiente pues ni una simple carnicería de barriada se maneja con inventarios tan bajos, máxime que la gasolina no es un producto que se comercialice a crédito sino que todos los pedidos a la paraestatal se aceptan previo pago que es más que de contado, por adelantado.
Ante este riesgo de sufrir por cualquier pequeña causa un desabasto de gasolina, no tan sólo en la ciudad sino en todo el país, es necesario que las autoridades federales autoricen a la iniciativa privada el derecho de convertirse en importadores y comercializadores de gasolina con mayor eficiencia que la paraestatal y tal vez con mejores precios o, ya de perdida, mejor calidad.
En la ciudad de Chihuahua, cuyas reservas sólo alcanzan a satisfacer la demanda de un día y medio, ya experimentaron una crisis de desabasto y surgió un mercado negro que vendió la gasolina hasta en veinte pesos el litro y nosotros, con medio día más, es conveniente que nos veamos en ese espejo y exijamos la libre importación de gasolinas como un recurso que nos conjure una crisis de abasto, al borde de la cual nos tiene la incompetente paraestatal que ni para comercializar puede dar el ancho.

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