Opinion

La Columna

De los reporteros

2016-07-19

A partir de octubre los ciudadanos juarenses no sólo tendrán la mira puesta en el alcalde sin partido, también seguirán los pasos del primer cuerpo edilicio de mayoría independiente.
Son 11 los regidores que conformarán el grupo que, se supone, vigilará pero también cobijará a la administración de Armando Cabada.
Los Reporteros anduvieron preguntando quién está más cerca de los afectos del alcalde electo para que coordine al grupo y supieron de dos nombres, entre los que seguramente saldrá el responsable de guiar el acompañamiento que desde el Cabildo se le dará a las políticas públicas de los próximos dos años.
Se trata del médico Carlos Ponce Torres y de la abogada Jaqueline Armendáriz Martínez.
El primero ya fue alcalde suplente de Jesús Macías Delgado y se quedó al frente del despacho cuando el priista se fue de candidato a gobernador, a principios de 1992. Como médico ha presidido varias instancias gremiales y dirigido equipos en varias instituciones de salud, pero sobre todo ha sido el doctor de cabecera de toda la vida en la familia Cabada.
Por su parte, Armendáriz Martínez dejó el cargo de directora del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para irse a la campaña de Cabada. A ese cargo en el sector privado llegó en 2015 cuando lo presidía Jesús Andrade Sánchez-Mejorada, entonces presidente de Coparmex en donde antes trabajó Jaqueline.
También tuvo militancia priista. Fue secretaria general de la Fundación Colosio cuando ese organismo era presidido por el exdiputado federal Luis Murguía Lardizábal.
Los Reporteros de la fuente económica la llegaron a conocer en el CCE como “La prefecta” cuando les calmaba sus relajos, pero nada más.
Completan la lista de regidores independientes: Irma Celia Medrano Flores, José Guadalupe Ávila Cuc, Margarita Peña Pérez, Alfredo Seáñez Nájera, María del Rosario Valdez Aranda, José Ubaldo Solís, Juana Reyes Espejo, Pablo Arana Pérez y Martha Leticia Reyes Martínez.

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Por cierto que la planilla de independientes ha participado en algunas sesiones de capacitación en las oficinas de transición. Por ahí han pasado la expanista María Antonieta Pérez Reyes y el priista (no se sabe que haya renunciado y todavía no lo corren del PRI), Luis Manuel Aguirre.
La primera, exdiputada federal, les ha hablado de participación ciudadana, procesos legislativos, compromiso social y ética mientras que el exregidor en tiempos de ‘Teto’ Murguía, precisamente les compartió su experiencia en Cabildo respecto a los procesos en los que deberán participar. También el coordinador de Comunicación Social en la campaña de Cabada, Gerardo Sáenz, les dio ya una repasada sobre manejo de medios y hasta asesoría sicológica han tenido con el doctor Javier Cabada.

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En Estados Unidos no es raro que un político acepte sus errores y hasta se disculpe públicamente por ellos. Pero en México la soberbia que caracteriza a los hombres del poder ha vuelto poco común esa práctica.
Por ello destaca esa nueva faceta que perfiló el presidente Enrique Peña Nieto en su discurso del perdón enmarcado por la Promulgación de las Leyes del Sistema Nacional Anticorrupción, el pasado lunes.
Cuando se viven etapas de transición en todo el país, y Chihuahua no es la excepción, bien harían en reflexionar quienes se van, pero principalmente quienes arriban al poder, el alcance de un acto de humildad como lo es aceptar cuando se han equivocado.
La humildad no puede sino generar empatía pero la arrogancia estará siempre condenada al rechazo.

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La información publicada en El Diario respecto a los antecedentes de Juan Manuel Escamilla, recientemente contratado por Javier Corral Jurado como su jefe de escoltas, no es ningún “rumor” o “señalamiento” como lo afirma el gobernador electo.
Escamilla estuvo detenido cerca de un mes, cuando se hizo efectiva la orden de aprehensión en su contra, en octubre de 2010, por el delito de abuso de autoridad y tortura.
El caso fue ampliamente documentado en su momento por los medios de comunicación y en los expedientes policiacos, igual que la polémica que envolvió a Escamilla cuando en un operativo encabezado por él en 2005, murieron cinco personas en Plazuela de Acuña (un policía y cuatro hermanos a quienes se responsabilizaba de haber participado en el homicidio de un agente).
Cuando el jefe policiaco renunció lo hizo también en medio de una crisis por diferencias con el entonces alcalde Héctor ‘Teto’ Murguía. El Grupo Delta que dirigió siempre estuvo en el ojo del huracán por su forma de operar.
Y no se trata de descalificar a nadie, sólo de informar. Sin embargo, pese a los antecedentes que constan en archivos judiciales, para el gobernador electo el exjefe de escoltas de Patricio Martínez está “limpio” y nada se le ha comprobado “en ninguno de los casos". Finalmente, es su vida y la de su familia lo que está en juego.

Con el cambio de Administración municipal habrá empresas que están en el padrón de proveedores que se colocarán bajo escrutinio especial por la forma en que se han visto favorecidas con jugosos contratos.
Una de ellas es la que en el ramo de las refacciones y el servicio de mecánica posee el exdirigente del Frente Juvenil Revolucionario, Alfredo Curiel.
Los Reporteros supieron que gracias a su buena relación con Lizbeth Corral, funcionaria de Recursos Materiales, le fue bastante bien en el trienio que está por concluir, aunque desde la gestión de Héctor ‘Teto’ Murguía, ya operaba ese taller con buena facturación, sobre todo a la hora de arreglar el parque vehicular de Seguridad Pública Municipal.

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Jesús Ramírez Salcedo, Víctor Yuri Zapata, Jacques Adrián Jáquez Flores, Julio César Merino Enríquez, César Lorenzo Wong Meraz ¿Le suenen los nombres? Si no los ubica despreocúpese, ninguno presenta antecedentes destacados en el ejercicio de la abogacía, sin embargo tuvieron suficientes relaciones para ser nombrados magistrados del Tribunal Estatal Electoral, a principios del año.
Sobre la conciencia de estos cinco personajes recae la responsabilidad de anular, o no, el pasado proceso electoral, por el tema de las boletas de más que presentó el PRI a manera de impugnación.
Sus nombres serán escuchados en los próximos días, pues según plazos fatales de la Ley Electoral, deben emitir sentencia antes del 31 de julio, es decir, en menos de dos semanas, aunque hay quienes dicen que desde este viernes 22 habrá definiciones.
El asunto para los magistrados, como siempre cuando se trata de política, no tiene que ver con leyes sino con las presiones que reciban por parte de los distintos actores, el PRI como impugnante y el PAN como interesado, para que orienten su voto en el sentido que les favorezca.
Por lo pronto han observado discreción. Han sabido mantener la secrecía requerida en estos casos, evitando mandar señales anticipadas del rumbo en que orientarán su sentencia.
Sin embargo Memo Dowell, todavía presidente del PRI, muestra inaudito entusiasmo, suponiendo que pronto estarán de nuevo en campaña, pues asegura que ganarán en la mesa. Con esa certeza organiza reuniones con presidentes de otros partidos, para formalizar alianzas de cara a lo que sería un proceso electoral extraordinario.

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Dieciocho años intentando regresar a Palacio y cuando lo hacen, se les ocurre menospreciar al PAN o jugar de independientes. Son los huérfanos de Mario Vázquez, los que pudiendo disfrutar hoy de la esperada victoria, están vetados hasta para transitar frente al partido.
El que se debe lamentar una y mil veces es Cruz Pérez Cuéllar; si hubiese conservado la relación que durante años tuvo con Javier Corral, hoy sería inmejorable prospecto a senador, dentro de dos años, y un aspirante serio a la gubernatura, en tres más.
En cambio su nombre hoy está proscrito en el equipo de los ganadores, olvidó que “ofender a un compadre es ofender al eterno”. Lo mismo aplica para otro compadre incómodo, un personaje de negocios oscuros que durante el presente sexenio recibió el mote del “rey farmacéutico”.
A Cruz lo acompañan Jaime Beltrán del Río, dócil seguidor de la zanahoria que le pusieron sobre la nariz para terminar relegado en un partido inexistente, como el PRD de Chihuahua. Apunte además a Héctor Ortiz y los independientes Javier Mesta, ‘Chacho’ Barraza, Enrique Terrazas, todos de corte panista, así como a una larga lista que integra los setenta expulsados del partido.
Si el tsunami dejó fríos a los priistas, los expanistas quedaron temblando. Cuando iban a ganar no supieron interpretar el momento ciudadano y fueron por las migajas de los nanopartidos. Ahora regresar al poder es casi imposible, no obstante Movimiento Ciudadano los espera. A ver cuánto les aguanta.

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