Opinion

La Columna

De los reporteros

2016-07-17

Muy campiranos se pusieron ayer los principales alcaldes electos de Chihuahua y la Cabalgata Villista en Parral se tornó en crisol de colores partidistas e independientes.
Quién sabe qué tan difícil resultará montarse a sus administraciones mal amansadas a partir de octubre, pero al menos ayer parecían que iban en caballo de hacienda los ganadores del pasado proceso electoral.
Cabalgaron junta a Pancho Villa y sus grandes bigotes, la alcaldesa electa de Chihuahua capital, la blanquiazul Maru Campos; el independiente de Juárez, Armando Cabada con su camisa y su logotipo guinda-rojizo, así como su homólogo anfitrión de la capital del mundo, Alfredo “El Caballo” Lozoya. Además iban muchos priistas que siempre han participado en la cabalgata.
El ausente este año fue el gobernador César Duarte que por prescripción médica tiene prohibido montar pero aun sin malestares en la columna era difícil imaginar la escena junto a quienes ganaron, y no por una nariz, en la carrera del 5 de junio.
El grupo de jinetes hizo el último recorrido, de Maturana a Parral, donde el expanista que ganó la elección en 2013 bajo las siglas del PRI, Miguel Jurado, deberá entregar la administración al extricolor Lozoya que se lanzó como independiente.
También cabalgaron junto a Maru, Cabada y Lozoya, los alcaldes electos de Santa Bárbara y Villa Matamoros, Beto Rodríguez (de Movimiento Ciudadano) y María De Los Ángeles Gaucín Salas (PAN), respectivamente.

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Quien no ha tocada base aquí con ninguna otra autoridad electa, es el futuro síndico de origen tricolor, Aarón Yáñez. Se aventó una gira por la Ciudad de México y todavía hoy anda por León Guanajuato, conociendo experiencias en materia de rendición de cuentas, participación ciudadana y combate a la corrupción.
Fue a dar a la Auditoría Superior del Estado pero también hasta las oficinas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y hasta un curso se aventó en el Instituto Mexicano para la Competitividad. Vendrá filoso para cuando le toque, a partir de octubre, auditar al gobierno de Armando Cabada y promover en general mejores prácticas en la administración pública.

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Ya habíamos comentado aquí el broncón que viene para la Administración municipal por los listados de quienes pretenden asegurarse de por vida un ingreso de burócratas, obteniendo su plaza sindical.
Pero la verdad no se sabía la magnitud de la movida pues resulta que al menos mil 500 trabajadores o funcionarios andan en esos menesteres para conseguir la sindicalización aunque hay quienes aseguran que la cifra fácilmente podría duplicarse.
Es un tema espinoso. Tanto que en el Gobierno municipal prácticamente nadie quiere hablar del asunto porque resulta que implica negociación de los funcionarios con los líderes del sindicato para armar esos listados con las posibles sindicalizaciones por dependencia.
Incluso se ha dicho que hasta corrupción hay en el corazón de ese enjuague, precisamente para que pague “mordida” el que quiera asegurar su futuro en la nómina, con todas sus prestaciones y sus privilegios.
La sindicalización, junto al asunto de las jubilaciones tempranas, le mete bastante ruido a la transición, que al menos por encimita ha caminado en buenos términos a nivel municipal.
De acuerdo con el último reporte de la Sindicatura Municipal, en la Administración hay registrados 10 mil 010 trabajadores (incluyendo los 2 mil 748 jubilados) con una nómina mensual de poco más de 118 millones de pesos. La mayoría de los activos corresponde a 6 mil 329 que son trabajadores de base y hay 848 eventuales.
Aparte están los 85 funcionarios de primero y segundo nivel que se llevan una nómina mensual de 3.6 millones. De ese tamaño es la maquinaria municipal que cambiará de operador en octubre.

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Hablando del monstruo municipal, a partir de hoy se verá bastante aletargado porque muchos de los funcionarios y regidores toman sus maletas para irse de vacaciones, la última vez que lo podrán hacer antes de que se les acabe el trienio.
A ver qué ediles tienen un poquito más de pundonor y se quedan a trabajar luego de que se relajaron de plano en sus actividades, después del proceso electoral. Principalmente los tricolores, que andan de capa caída, se dejaron ver menos en sus cubículos. Cuando los reporteros preguntan por ellos, como siempre dicen las secretarias que andan “trabajando en comisiones”.
Hablando de quienes trabajan poco en la Administración, Los Reporteros tuvieron acceso a un reporte oficial en el que se indica que nada más en el primer trimestre de 2016, hubo un registro de 1059 incapacidades. Resulta que ahí se enferman demasiado (813 reportes de enfermedad general en esos tres meses) y tienen muchos accidentes de trabajo (el reporte indica 202). A menos, claro, que no sean reales y estén los casos “inflados” o “armados”, simplemente para justificar inasistencias. El sindicato y los funcionarios siempre se ponen de acuerdo.

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No sólo la actividad se cae esta quincena en el Gobierno municipal, también en la Administración estatal están trabajando a medio gas por vacaciones y en la Ciudad Judicial, prácticamente dejaron puros jueces de guardia.
La actividad criminal no descansa pero sí el aparato de justicia. Luego no saben por qué se acumula tanto rezago.

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Durante todo lo que va del 2016 la Sindicatura Municipal le bajó varias rayitas al nivel fiscalizador de su trabajo y no había informado gran cosa sobre la Administración que dejó Enrique Serrano para irse en pos de la gubernatura que no consiguió.
El propio síndico, Fernando Martínez, dejó el changarro a su suplente para irse de candidato aliancista a la diputación del PRI y también perdió por lo que regresó a su cargo, no sin antes haberse tomado un buen tiempo para descansar y asimilar la derrota.
El caso es que por motivos político-electorales se dejó en stand by la parte de la difusión sobre lo encontrado en las auditorías a las distintas dependencias municipales. El informe del último trimestre de 2015 se concentró en hablar de los índices de rendición de cuentas mientras que el primero de 2016 simplemente había quedado pendiente para después de las elecciones.
El pasado viernes se entregó finalmente el último reporte Al Ayuntamiento, con varias observaciones. Destaca el manejo en los contratos para atender la visita papal de febrero, cuando el Municipio apoyó con una inversión de casi diez millones de pesos. Nada más ahí se dieron 15 recomendaciones al Comité de Adquisiciones.
Pero también llama la atención que en el apartado de Obras Públicas, luego de hacerse la revisión del trabajo del Comité Técnico Resolutivo, la Sindicatura encontró que durante todo el primer trimestre de 2016 no se llevó a cabo ninguna obra mediante el proceso de licitación pública.
Hubo 41 obras pero 24 se entregaron por adjudicación directa y las restantes 17 por “invitación a cuando menos tres”. 
La oficina del síndico observó que “en los procesos de contratación de adjudicación directa, no siempre se contrata la mejor opción, dado que no se llevan a cabo comparativos con otros contratistas para asegurarse la selección de la mejor opción”.
Ahí deja las recomendaciones aunque al final señala que en general el manejo de los recursos públicos en la administración “es razonablemente aceptable y cumple con los parámetros y reglamentos”. Habrá que revisar más a detalle el documento de 341 páginas que también quedó a deber porque no incluyó auditorías al trabajo específico de las dependencias en campo, sólo el de los distintos comités. Y todavía quedan pendientes dos informes de los últimos trimestres.

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El panismo juarense está de luto. Murió un ícono de la aguerrida militancia femenina: Lucita Anderson.
Desde los tiempos de la insurgencia electoral se mantuvo como referente de fidelidad, compromiso, congruencia y perseverancia partidista. No fue de las que buscaba cargos públicos, sino la rectoría efectiva del partido y su solidez ideológica y estructural por lo que siempre participó en Promoción Política de la Mujer.
Cuando había campañas internas, los aspirantes a cargos de elección popular la querían de su lado. Era figura de respeto y hoy la lloran cuadros y militantes, por igual.

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