Opinion

El que se fue a la Villa…

Francisco Ortíz Bello/
Analista político

2016-07-16

Dentro de muy poco tiempo, unos dos meses y medio cuando mucho, habremos de empezar a conocer los nombres de los funcionarios que ocuparán los cargos en el gabinete del gobernador electo, Javier Corral Jurado, y el asunto de ninguna manera es cosa menor, porque serán quienes habrán de acompañar al panista los siguientes cinco años de gobierno y los que, para bien o para mal, deberán ejecutar sus políticas de gobierno.
Así de trascendente y delicado es el tema. Serán los hombres y mujeres que tendrán a su cargo las dependencias de gobierno encargadas de la ejecución directa del estilo de gobernar del panista, por tanto, en ellos y ellas recaerá la responsabilidad de que la administración de Corral luzca bien y, en consecuencia, la ciudadanía chihuahuense le refrende al PAN la confianza para seguir gobernando, lo que todos sabemos no ocurrió en 1998 cuando al término de su gestión como gobernador del estado, Francisco Barrio Terrazas no logró que Ramón Galindo ganara la gubernatura para el PAN.
Y no lo logró, en buena medida, porque muchos de los funcionarios que designó durante su gestión, no entregaron buenas cuentas a la sociedad chihuahuense, y eso repercutió a la hora de la votación. Además de haberse caracterizado por una gestión que marcó una muy clara distancia con los medios de comunicación, lo que impidió una adecuada promoción y difusión de sus programas y obras.
En ese entonces, el mismo Barrio fue señalado de haber ejercido un mandato represor, autoritario y poco cercano a la gente. En general, las gestiones panistas de gobierno, tanto en el estado como en los municipios que ha gobernado, excepto la de Carlos Borruel y la de Juan Blanco, se han caracterizado por ser gobiernos de puertas cerradas, en las que la audiencia pública es poco menos que imposible, ya no se diga recibir a los ciudadanos en la oficina del gobernante.
En general, los panistas en el gobierno tanto a nivel federal, como estatal y local, han demostrado muy poco aprecio y reconocimiento hacia los medios de comunicación, y al gremio periodístico, lo que invariablemente se ha traducido en una generalizada percepción social de gobiernos autócratas, insensibles y poco eficientes, aunque esto no haya sido así.
Cada caso es distinto, pero, en general, los panistas en el gobierno asumen la postura equivocada de confundir difusión informativa con publicidad, lo que los ha llevado a relaciones muy tensas con el gremio de los medios de comunicación, sin comprender que, publicidad e información son cosas totalmente distintas.
Una nota –que es información– sobre lo que ocurre o realiza un funcionario público, solo tendrá contados impactos entre el auditorio de televidentes, radioescuchas o lectores, ya que solo tiene como vigencia la temporalidad natural del tema y tiempo que afecta. En cambio, la publicidad consiste en mensajes especialmente diseñados para causar un impacto determinado entre quienes los reciben, y por más tiempo, con más repeticiones y en más canales de difusión.
En el mundo entero, y gobiernos de todas las ideologías políticas y tendencias económicas, utilizan la publicidad en los medios de comunicación porque, además de ser perfectamente legal, constituye en sí misma la mejor manera que tiene un gobierno para fortalecer y promover la libertad de prensa, así como una prensa verdaderamente libre e independiente.
Así pues, una cosa es que un medio informativo publique todo lo que hace un gobierno, como es su obligación, y otra muy distinta que el gobierno utilice la publicidad en ese mismo medio para promover su gobierno, sus obras y sus acciones. Por eso, cuando ambos temas se confunden, el resultado suele ser catastrófico para el gobierno, ya que no logrará persuadir a la sociedad de que su trabajo es el adecuado.
Tan sólo para ejemplificar lo que acabamos de afirmar, aquí le presento el gasto en publicidad de las más importantes empresas del mundo.
Coca Cola dedica a publicidad 12 mil millones de dólares; Procter & Gamble gasta 5 mil millones de dólares al año; Comcast 3 mil 80 millones; AT&T gasta 2 mil 910 millones de dólares; Ford 2 mil 560 millones; Verizon 2 mil 440 millones; L’Oreal invierte 2 mil 340 millones.
Y así podríamos seguir con una lista enorme de empresas, de reconocido prestigio todas, que saben de la necesidad que tienen de permanecer en la mente de sus consumidores y que para ello es necesario invertir grandes sumas de dinero para este propósito. Y son dos partidas distintas, todas estas empresas tienen sus áreas de prensa, y no por eso dejan de invertir en publicidad.
¿Requiere un gobierno de publicidad? ¡Claro que sí! El mundo de la comunicación social, es el mundo de las percepciones. Independiente de si es verdad o no, lo que la gente percibe, eso es lo que es. Y ahí es en donde trabaja la publicidad, ese es el campo de acción de creativos, diseñadores y publicistas, para lograr que la sociedad perciba algo.
Por ello resulta de vital trascendencia, primero, que haya un gabinete de gobierno, en el caso de Chihuahua, con personas altamente calificadas para los puestos que desempeñan, luego, que ese desempeño sea totalmente transparente a la ciudadanía y, por último, que todo eso sea respaldado en campañas publicitarias de gobierno que refuercen esa percepción social. Una cosa sin la otra, indistintamente, no dan buenos resultados.
Por eso el tema de los nombres de quienes acompañarán a Javier Corral en su gobierno, cobra relevancia, porque habremos de conocer si realmente se ha empoderado el PAN o, como lo ha afirmado el gobernador electo, privilegiará la pluralidad, la inclusión, la aptitud y sobre todo, la preparación acorde al puesto, de cada uno de quienes habrán de ser sus principales colaboradores.
Lo cierto es que la apabullante victoria panista, en varios municipios y en el congreso estatal, traerá consigo un serio problema para el gobernador electo, y en general para la institución como partido, porque muchos de los mejores hombres y mujeres del PAN serán llamados a colaborar en las administraciones municipales que se ganaron, otros irán al congreso, y algunos más se sumarán al proyecto partidista que, también muy pronto, habrá de renovarse.
¿Tendrá el PAN suficiente gente para llenar todos los espacios de gobierno que ganó el 5 de junio? Es una pregunta que ya se hacen muchos analistas políticos y no pocos liderazgos al interior de Acción Nacional.
Habremos de ver pues, la capacidad de reacción de un partido que se encontró de pronto con una victoria inesperada y fortuita, parra la que no necesariamente estaba preparado como institución, pero sobre todo habremos de ver las capacidades de liderazgo de Javier Corral para encontrar a la gente adecuada a cada puesto, en ello le va su prestigio como político y ya como gobernante en ciernes.

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