Opinion

Corral y el grupo de transición

Sergio Conde Varela

2016-06-30

Desconcertaron a muchos los personajes que de parte del gobernador electo Javier Corral Jurado forman parte del grupo de transición que recibirán la entrega de la documentación esencial y formal de parte del grupo del gobernador saliente César Duarte Jáquez.
Los juarenses y buena parte de los chihuahuenses necesitamos saber en qué problemas colectivos participaron los integrantes del grupo transicional, qué resultados tuvieron y qué función desempeñarán una vez que termine la transición, antes de que tome posesión y proteste Javier Corral Jurado.
Porque nunca oímos nada de ellos cuando se llevaron los camiones del llamado ViveBús a la ciudad de Chihuahua. Tampoco opinaron nada cuando se anunció el costo de 2 mil 200 millones de pesos y 2000 millones de intereses al Plan de Movilidad Urbana. Hubo bocas calladas cuando a los fronterizos nos obligaron al pago del 16 por ciento del IVA con excepción de dos o tres diputados, los cuales callaron completamente cuando se anunció la reforma energética. Se hizo “mutis” cuando los ingresos del puente internacional se concentraron en la capital del estado y se asignaron en un fideicomiso.
Los nombres que aparecen como integrantes del grupo, designados por el gobernador electo son empresarios: Alejandra de la Vega, Pablo Cuarón Galindo que viró a última hora hacia Corral; Gustavo Madero que aparece como diputado pero que tiene conexiones en el área empresarial por haber participado fuertemente en esa actividad. Francisco Barrio exgobernador de Chihuahua con antecedentes importantes en Coparmex.
Javier Corral sabe perfectamente qué papel tuvo el PAN en la elección y sabe que el pueblo de Chihuahua rebasó a su partido y a los otros al volcarse en las urnas por el hartazgo social y las promesas que él hizo.
El pueblo y el gobernador electo saben que esas promesas tendrán que cumplirse. Los juarenses y chihuahuenses estamos hasta el copete de promesas mentirosas, palabras vanas y esperanzas frustradas.
Definitivamente como no hubo tibieza en las palabras dichas para ganar la voluntad popular tampoco habrá tibieza del pueblo para exigir su cumplimiento.
El fogonazo democrático que dio el pueblo de Chihuahua exige que no vuelva la promesa mediática a sustituir la obligación que tiene el Gobierno de cubrir con categoría y prontitud las necesidades públicas de la gente, de las familias.
Parece que en el grupo transicional no se incluyeron a campesinos, a obreros, a periodistas, a intelectuales prominentes. Que entienda el nuevo gobernador que los empresarios son importantes, pero no entienden muchos de ellos la marcha distinta de la administración pública de la administración privada. Si no son cosas contrarias sí son diferentes en esencia y fondo.
Corral prometió y fijó en su campaña el interés de atender a los más pobres de los pobres y fue informado por las noticias de los jesuitas de la Sierra, que hay mucha hambre, mucha desatención cultural y humana, es pues materia importante pendiente y que no queden las ayudas en el Palacio de Gobierno o prevaricadas por funcionarios ladrones.
La promesa anotada movió a muchas almas y a electores a que precipitaran su voto copiosamente en las casillas a pesar de que no hubo representantes del PAN en muchas urnas, principalmente aquí en nuestra frontera. La votación nutrida dejó sin recursos válidos a quienes querían impugnarla.
Que se entienda bien que los juarenses y chihuahuenses somos otro pueblo. Que se entienda bien, la elección no terminó con el depósito del voto. Los moradores de estas tierras queremos cumplimiento cabal a lo que se dijo y se prometió y que se sepa el principio trascendental y universal dicho por Abraham Lincoln, que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no desparezca de la faz de la tierra.
Por lo dicho, se aplica también la sentencia de San Agustín: Todo gobierno tiene por objeto el bien de los gobernados. Ningún otro bien, añadimos. Punto.

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