Opinion

Brexit nacionalista

Sergio Sarmiento

2016-06-26

Ensenada– Brexit fue una causa promovida inicialmente por razones liberales, pero se convirtió en un triunfo del nacionalismo conservador y la xenofobia.
Los impulsores originales de la salida del Reino Unido de la Unión Europea eran empresarios y políticos que se quejaban de la interferencia de Bruselas. Los reguladores europeos imponían reglas absurdas a las empresas y trataban de socavar la liberalización que ha hecho de Londres el mayor centro financiero de Europa. El gobierno británico rechazó adoptar el euro como divisa (con razón) y mantiene el mayor número de opt-outs (cláusulas de abstención) de las políticas generales europeas. Los políticos que pidieron inicialmente el referéndum querían escapar a la burocracia europea.
La mayoría de los británicos que votaron el 23 de junio por el Brexit, sin embargo, lo hicieron por razones conservadoras, nacionalistas. El tema que definió el voto fue la inmigración, que muchos británicos, particularmente los de mayor edad, consideran está cambiando la cultura del Reino Unido. Los lemas de campaña, como “Vamos a recuperar el control”, eran nacionalistas. El resultado ha sido aplaudido por los xenófobos internacionales como Marine Le Pen, del Frente Nacional de Francia, y Donald Trump.
Prevaleció el voto del miedo. Incómodos ante los nuevos vecinos que hablan polaco, los viejos votaron por dejar Europa. Los jóvenes, que hablan idiomas y se han acostumbrado a viajar, estudiar y trabajar en la Europa continental, se pronunciaron por la Unión. Quienes no tienen educación universitaria, temerosos de perder empleos ante esos mismos polacos, rechazaron a Europa; pero los que cuentan con grados universitarios votaron por ella. Escocia, que siente una mayor imposición de los parlamentarios de Westminster que de los burócratas de Bruselas, votó por Europa. La cosmopolita Londres, que perderá miles de empleos financieros, también lo hizo. La conservadora Inglaterra del interior sufragó en contra.
El resultado del cerrado referéndum quizá habría sido distinto si todos los británicos en el extranjero hubieran podido participar. La actual ley británica no permite el voto a quienes han estado fuera del país más de 15 años. Esta limitación ha sido considerada violatoria de los derechos ciudadanos por la Corte Europea de Derechos Humanos, pero se aplicó en el referéndum. Cinco millones de británicos viven fuera del Reino Unido, 1.2 millones en la Unión Europea. No hay estadísticas sobre cuántos llevan más de 15 años en el exterior. El margen de victoria del Brexit fue de 1.2 millones de votos, por lo que una regla distinta quizá habría cambiado el resultado. Los mayores afectados por el resultado serán los británicos en otros países de Europa, ya que perderán derechos.
El Brexit no provocará un desastre económico, pero sí tendrá efectos negativos. Muchas empresas internacionales tendrán que mudarse de Londres. Pueden surgir nuevas barreras comerciales. Las restricciones a la inmigración restarán competitividad a la economía británica. La decisión de los viejos limitará las opciones económicas de los jóvenes británicos, que ya no podrán trabajar libremente en Europa. Incluso la Liga Premier de futbol se verá debilitada, ya que cientos de jugadores europeos no podrán ser considerados locales.
Brexit es un triunfo del nacionalismo y la xenofobia en un momento en que el resto del mundo mantiene el avance a la globalización. Europa pierde, el Reino Unido pierde más.

Calor y uva
Una oleada de calor el 18 y 19 de junio, con temperaturas superiores a los 45 grados, ha dañado de 10 a 40 por ciento los viñedos del valle de Guadalupe y de San Vicente en Ensenada. Para algunos productores las pérdidas son desastrosas.
Twitter: @ SergioSarmiento
 

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