Opinion

Postales juarenses

Cecilia Ester Castañeda

2016-06-20

¿Cuál es nuestra imagen de Ciudad Juárez? Literalmente, ¿cuál es la escena, en colores y pixeles, que visualizamos al pensar en la población donde despertamos a diario? La respuesta dice mucho sobre la identidad y el carácter de más de un millón de habitantes de la frontera.
Ahora que se ha popularizado tanto la fotografía amateur gracias a los teléfonos celulares, sería interesante hacer un recuento de los paisajes juarenses atrapados en un clic. Entre selfies, tomas familiares y eventos masivos, deben de estar colándose numerosas imágenes urbanas dignas de enmarcar. ¡Ya hay algunas hechas incluso desde drones!
Están, asimismo, las escenas difundidas por Facebook. Como nunca antes, juarenses y visitantes se hallan definiendo de manera visual a Ciudad Juárez ante ellos mismos y el mundo. Atrás quedaron los días cuando fotógrafos extranjeros comercializaban en los albores del Siglo XX las “exóticas” imágenes de una población que luchaba por sostenerse a pesar de devaluaciones, éxodos y la Revolución. También ha pasado la época de escasas postales donde se retrataban edificios y monumentos solitarios y se dejaba fuera el trajín de la dinámica fronteriza.
Hoy, en cambio, abundan las fotografías con la ciudad como tema. Es hora de ordenarlas. Hay que identificar, clasificar, archivar, preservar. En cuanto a su difusión, hace falta llevarla a cabo de manera organizada y sistemática. Resulta urgente crear un álbum visual que hable en torno a Ciudad Juárez.
Sin embargo, creo, debe ser un proyecto integral y plural, de todos. En demasiadas ocasiones salen a la luz imágenes fronterizas estereotipadas o incompletas, por decir lo menos –¿ya vieron las de la enciclopedia virtual Wikipedia?: las primeras son de la réplica del parisino Arco del Triunfo situada en un fraccionamiento y la de un templo ¡mormón! –. A nosotros nos corresponde que se dé a conocer el panorama entero.
¿Dónde está, me pregunto yo, registrada la representación visual sobre la importancia de la industria maquiladora? Me gustaría poder consultar una extensa base de datos fotográficos relativa a la arquitectura juarense con tanta facilidad como surgen en Google tomas por la visita del Papa, o viajar a aquel Verano Ardiente del 86… Pero qué digo, ¡si ni siquiera se ha terminado el tan anunciado museo de Tin Tan casi un año después del centenario del natalicio de Germán Valdés!
Sí se han organizado, en cambio, muestras de escenas fronterizas captadas por el lente profesional o amateur. Hoy mismo el Instituto Municipal de Investigación y Planeación está presentando “Andantes Urbanos”, una exposición itinerante con 40 imágenes cotidianas de su colección que aún puede apreciarse en centros comunitarios.
Es un buen principio, lo mismo que las diversas páginas de redes sociales dedicadas a compartir visualmente cómo éramos antes y nuestro aspecto actual. Ahí, gracias a la accesibilidad del internet, descubrimos desde edificios ya desaparecidos hasta la irreverencia de personajes cuya falta de respeto a las obras de arte los convierte en protagonistas de memes fronterizos. Se trata de una forma de desarrollar el arraigo y definir los límites en nuestra comunidad.
Pero falta mucho. Hasta las dependencias municipales y los periódicos carecen de archivos fotográficos completos para su uso interno, ya no digamos disponibles al público en general. Al parecer donde está realizándose un esfuerzo más serio es en las universidades, afortunadamente, sobre todo en el aspecto histórico.
A propósito de historia, resulta una lástima que en nuestros hogares se pierdan arrumbadas tantas imágenes de la vida fronteriza. El primer paso es documentar esas fotografías impresas o digitales para tener certeza sobre la fecha, la dirección, los nombres, el motivo… Después sigue protegerlas. Guardarlas, respaldarlas. Y por último se tienen que compartir.
Ya sea en “la nube”, en libros o las paredes de un recinto ex profeso, rescatemos nuestra memoria colectiva visual.

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